El 2024 ha sido uno de los años en que más de la mitad de la población mundial participó en elecciones para elegir a sus autoridades. De hecho, República Dominicana fue uno de los países que celebró este año sus elecciones.
No todos los sistemas electorales siguen las mismas reglas y leyes. No todos los pueblos pueden votar en libertad, sin que se les robe su voluntad expresada en las urnas. Los ejemplos abundan en todas las regiones del mundo.
En lo que resta de 2024 los pueblos de Uruguay y de los Estados Unidos de América acudirán a las urnas para elegir gobierno.
EE.UU elegirá presidente el 5 de noviembre. La República Oriental del Uruguay, situada en la región sur del continente americano, celebrará sus elecciones este domingo, 27 de octubre.
Los candidatos uruguayos principales son Yamandú Orsi, del Frente Amplio (izquierda democrática); Álvaro Delgado, del Partido Nacional (derecha); y Andrés Ojeda, del Partido Colorado (que se ha movido entre la derecha y la izquierda moderada).
Uruguay es un ejemplo valioso, no sólo para América Latina, sino para cualquier región del mundo
Uruguay, que durante la etapa de las dictaduras militares en Suramérica sufrió la quiebra de su democracia, hoy exhibe una envidiable estabilidad política, una economía saludable y, sobre todo, unos excelentes indicadores de bienestar y calidad de vida de su ciudadanía.
En Uruguay no está permitida la reelección, pero sí la posibilidad de que un gobernante, una vez que permanezca un período de gobierno fuera del poder, tiene la posibilidad de volverse a postular.
Según las más reconocidas encuestadoras, se proyecta el regreso al poder de la izquierda, organizada en torno al Frente Amplio, y su candidato Yamandú Orsi. Y es casi seguro que no se produzcan perturbaciones ni sobresaltos. La izquierda democrática uruguaya ya ha gobernado, y cuando pierde entrega el poder sin poner obstáculos a sus competidores.
Uruguay es un ejemplo valioso, no sólo para América Latina, sino para cualquier región del mundo, cuando tantos partidos y líderes extremistas amenazan la democracia, los derechos y la libertad de las personas.
¡Buena suerte Uruguay!