Lo que sigue ocurriendo con el consulado español en la República Dominicana, en relación con el maltrato a los ciudadanos dominicanos que van allí a procurar una visa para visitar España o Europa, parece sacado de la guía o el manual de la barbarie.
Una cosa es el discurso de las autoridades españolas sobre sus relaciones históricas con la isla y con los dominicanos. Todo es bonito y agradable. El discurso histórico encaja casi a la perfección y los dominicanos y los españoles hablamos el mismo idioma y nuestra historia casi comienza con Colón y la llegada de las naves españolas, y luego se reafirma con la anexión a España al momento de iniciarse la etapa republicana. Una anexión indigna, por cierto, por parte del inefable Pedro Santana, llamado luego con el pomposo título de Marqués de las Carreras.
Los españoles tienen acuerdos de exención de visado con todos los países de América Latina y el Caribe, con excepción de la República Dominicana, Cuba, Bolivia y Ecuador. Los ciudadanos de los países con los que España tiene esos acuerdos pueden entrar a España sin visa por un período menor a tres meses, y de paso acudir a cualquier país de la zona Schengen sin ninguna dificultad.
Los dominicanos somos parte de la lista negra para los españoles y los europeos. Tal vez la responsabilidad sea de nuestras autoridades que no pudieron, en el pasado ni en el presente, negociar la inclusión del pasaporte dominicano.
Asumiendo que la responsabilidad es de los dominicanos, no se justifica el tratamiento que ofrecen los cónsules españoles a los dominicanos que acuden, por múltiples razones, a buscar visa española para ir a Europa. Generalmente nuestra puerta de entrada a Europa es España.
Los casos extremos incluyen estudiantes, universitarios y de post grado, que han pagado diplomados, maestrías, cursos, licenciaturas, doctorados en universidades y centros académicos españoles, y que cuando acuden a buscar la visa de estudios, se las niegan. No hay justificación para que nieguen un visado a un estudiante que ha realizado sacrificios para realizar estudios en otro país, y que por la indigestión de un cónsul le digan que no califica.
¿Cómo es posible que un magistrado, miembro de la Suprema Corte de Justicia, acuda al consulado de España a buscar una visa para realizar un viaje, aún sea de placer, y los cónsules de España en Santo Domingo le digan que no califica? Y eso ha ocurrido y está ocurriendo no solo con personal y jueces de la SCJ, sino que pasa a diario con funcionarios del gobierno, con empresarios de diversas áreas que se ven impedidos de viajar a Europa porque creen (erróneamente) que el consulado idóneo es el español.
En abril de este año, para que se conozca otro caso extremo, había una feria agropecuaria a la que acudirían agroempresarios dominicanos, y que se realizaría en las Islas Canarias. Cuando acudieron al consulado español a procurar las visas para viajar les colocaron las fechas de entrevistas para unos cuantos meses después de abril. Y tuvieron que suspender la feria.
El maltrato es como un rayo que no cesa, como diría el poeta español. Y no hay justificación porque los dominicanos residentes en España no pasan de 185 mil, cuando otros países del área tienen 500 y 400 mil ciudadanos en España.
En anteriores editoriales hemos expuesto este sinsentido, y hemos planteado la necesidad de que las autoridades españolas, en aras de las relaciones históricas y la supuesta hermandad con el país de las primacías en las américas, cambien ese trato ogro, abusivo, desconsiderado y desproporcionado con los ciudadanos y las ciudadanas dominicanas. Que le hagan honor a las palabras, y que respeten la receptividad tradicional de los dominicanos hacia los españoles, que vienen a RD y trabajan o invierten, o se quedan a vivir, en un calor amigable, respetuoso, afectivo y cumbanchero.
Cuando una persona dominicana tiene que ir a buscar una visa española al consulado se encuentra con este esquema de pagos obligatorios:
Cargo por servicios BLS: 5,076 pesos
Más un cargo adicional: 980 pesos
Courrier: 476 pesos
Fotografía: 260 pesos
Mensaje de texto (SMS): 150 pesos
Llenado del formulario: 600 pesos
VIP Lounge: 4,000 pesos
Prime time: 4,000 pesos
Horas flexibles: 600 pesos
Seguro de viaje: 1,500 pesos
Eso no incluye el pago de 8,000 pesos por servicio biométrico (y no hay especificaciones), y tampoco hay especificaciones de por qué o cuál es el criterio para la aplicación de los cargos, ya que cuando se solicita un adelanto de la cita o el servicio VIP el cobro es mayor al precio individual de estos servicios, tal y como los presentan en su página web.
La otra cara de la moneda es que las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores, aún conociendo el maltrato que sufren los ciudadanos dominicanos acudiendo a buscar los visados españoles para viajar a Europa, no han hecho ni hacen absolutamente nada para reclamar la reciprocidad que se brinda en estos casos. Nadie conoce el reclamo de las autoridades dominicanas ante los maltratos de las autoridades y sus cónsules españoles en el país.
Es un abuso al que debemos buscar las formas de ponerle fin. Dejar de ir al consulado español y acudir a los consulados de los demás países europeos en la República Dominicana. Y aplicar la reciprocidad consular, como corresponde a un país que está reclamando su dignidad ante la comunidad de naciones.