En los últimos tres días la República Dominica vio partir a cuatro ciudadanos queridos.

El profesor Carlos Dore Cabral, maestro de generaciones de sociólogos y politólogos; monseñor Agripino Núñez Collado, sacerdote diocesano, del equipo fundador de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y activista social en materia de diálogo y solución conflictos; Omar Fortuna, escritor, poeta, activista cultural y muchas cosas más, y ingeniero Roberto Sánchez, expresidente del Colegio de Ingenieros y Arquitectos; profesor de la UASD.

Agripino Núñez Collado, en una de sus tantas intervenciones para evitar enfrentamientos y violencia.

El sacerdote Núñez Collado fue hombre de fe y guía de creyentes, además de un comprometido mediador en muchas ocasiones en que la sociedad vivió momentos de tensiones políticas y se hizo necesario convocar al diálogo y al consenso social.

Por su lado, Dore Cabral, Fortuna y Sánchez fueron de la generación que estuvo dispuesta a sacrificar sus metas personales por el bien del país, comprometiéndose con los ideales que abrazó a riesgo de perder la vida y de sufrir represión y persecución.

Los cuatro, desde sus roles particulares, aportaron todo lo que consideraron necesario para hacer de nuestra amada República Dominicana una sociedad más justa y próspera.

Lamentamos la partida de estos cuatro buenos dominicanos, que han dejado un legado de trabajo fructífero.

Un abrazo solidario para sus deudos y para todos sus amigos y compañeros de labores de tantos años.