Al inicio del mes de junio, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) anunció un conjunto de medidas que permitiría el financiamiento a los sectores productivos y los hogares en condiciones más favorables, en aras de estimular el crecimiento de la economía dominicana, que conforme a los datos oficiales durante el período enero-abril 2023 apenas ha crecido en un 1.2%.
Estas medidas incluían: la reducción la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos básicos, de 8.50 % a 8.00 % anual; la liberación de recursos del encaje legal por unos RD$ 34,000 millones, equivalente al 2 % del pasivo sujeto a encaje; la creación de una nueva facilidad de liquidez rápida (FLR) por RD$ 60,000 millones, con el objetivo de proveer de liquidez adicional al sistema financiero y facilitar el financiamiento al sector privado, a una tasa de interés no mayor al 9 % anual y fija por cuatro años.
En base a nuestra experiencia ya habíamos advertido que no todas las personas, ni las empresas, ni todos los bancos medianos y pequeños se beneficiarían en lo inmediato de estas medidas, debido a que la reducción de la tasa de política monetaria tiene un rezago en la aplicación por parte de las entidades bancarias. También, porque más del 80% de los depósitos sujeto a encaje legal, está concentrado en apenas seis entidades de un total 45 entidades de intermediación financiera activas. A esto hay que agregar que sólo los bancos grandes y algunos medianos podrían deprenderse de sus títulos de valores del Banco Central y Ministerio de Hacienda para ser colocados como garantía para el acceso a la tercera facilidad crediticia del Órgano Rector de la política monetaria, aspecto que fue cambiado en última instancia por los nuevos préstamos que sí serían la garantía de esta facilidad.
Lo cierto es que hay un malestar general entre las personas y empresas de los diferentes sectores productivos que han acudido a sus bancos en busca de esas facilidades crediticias a un 9% y fija a cuatro años. Las respuestas por parte de las entidades bancarias han sido: que aún no han tenido acceso a esas facilidades o que simplemente los recursos se agotaron y que deberán esperar la ampliación a un monto mayor por parte del Banco Central.
En un mundo donde hay mucha avidez, algunos clientes de los bancos con buenos contactos lograron conseguir o reservar dinero en un banco X para pagar al banco Z logrando una reducción de sus costos de préstamos de un 18.95% a un 9%; a otros dichosos les han reservado montos para adquisiciones de villas en los lugares turísticos de nuestro país, y algunos recursos sí han llegado a las manos de empresas que les darán el uso que esperaba el Banco Central para dinamizar la economía.
De hecho, a mi correo de Tu Consultorio Financiero, me han llegado muchas consultas de por qué el banco XZ, le está aumentando su tasa de préstamo en este momento. Les he tenido que explicar que son las actuales condiciones del mercado, y que deberán esperar hasta noviembre o diciembre para ver una reducción de sus tasas de financiamientos de sus facilidades actuales siempre y cuando en el contrato firmado corresponda revisar la tasa de interés de financiamiento.
Conocedor de que el espíritu que impera en el Banco Central es que el mayor número de personas y empresas se beneficien de estas facilidades crediticias y que tengan un impacto positivo en el crecimiento de la economía y en la generación de empleos, sugiero al Banco Central que la asignación de estas facilidades crediticias a las entidades bancarias sea conforme a los siguientes criterios:
Evaluación de las necesidades de financiamiento: El Banco Central debería realizar una evaluación exhaustiva de las necesidades de financiamiento de diferentes sectores de la economía, como la agricultura, la pequeña y mediana empresa, la vivienda, la educación, microfinanzas, entre otros. Esta evaluación permitiría identificar las áreas donde se requiere un mayor acceso al crédito y establecer prioridades, los bancos deberían comprometerse a sólo utilizar estas facilidades en los sectores que sean de prioridad para Órgano Rector.
Asignación basada en criterios de inclusión: El Banco Central debería establecer criterios de inclusión claros y transparentes para la asignación de préstamos a los diferentes tipos de bancos. Estos criterios podrían incluir el alcance geográfico del banco, su enfoque en sectores desatendidos, el tamaño de las instituciones, su historial de préstamos a segmentos de bajos ingresos, microfinanzas, entre otros.
Reserva de fondos para bancos enfocados en sectores desatendidos: El Banco Central podría establecer una reserva de fondos específicos destinados a los bancos que se enfoquen en atender a sectores desatendidos o a personas de bajos ingresos. Estos fondos adicionales permitirían a los bancos ofrecer préstamos a tasas de interés más bajas o con requisitos de garantía más flexibles.
Número de clientes activos de los bancos por zona geográfica: El Banco Central podría establecer una reserva de fondos para los bancos según la zona geográfica donde operan, esto permitiría a entidades bancarias medianas y pequeñas que cubren nichos donde entidades grandes no llegan poder colocar préstamos a personas y empresas en condiciones más favorables.
Promoción de la cooperación interbancaria: El Banco Central junto al Superintendencia de Bancos podrían promover la cooperación entre los diferentes tipos de bancos, fomentando alianzas estratégicas que permitan el intercambio de mejores prácticas y el acceso a redes de distribución más amplias. Esto facilitaría la llegada de los préstamos a un mayor número de personas y sectores.
Posición dominante del banco. El Banco Central debería considerar que la asignación de los recursos no debería primar la posición dominante del banco, dado que los bancos con mayores niveles de activos son justos lo que tienen las menores tasas de captaciones, y sería justo asignar una proporción adecuada a los bancos medianos y pequeños para no afectarle sus costos de colocaciones y de captaciones.
Es importante destacar que esta propuesta es una sugerencia general y que la puesta en práctica de políticas específicas requeriría un análisis más detallado de las condiciones económicas y financieras del país. Además, se recomienda la participación de expertos en banca y economía para evaluar la viabilidad y efectividad de estas medidas.
Somos conscientes de que se pueden utilizar múltiples criterios combinados, la intención de esta propuesta es crear la conciencia de que las facilidades crediticias que está otorgando el Banco Central no se queden para repagar deudas de un cliente del banco z al banco x, ni solo para compra de villas de lujo, ni que los amigos de algunos banqueros se beneficien, sino que los recursos lleguen donde deben llegar: al financiamiento de las empresas grandes, medianas, pequeñas, microfinanzas y hogares.
La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram.