El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió con una subida de un 0.81%, hasta situarse en US$ 85.84 el barril, tras conseguir ayer su precio más alto desde octubre 2023.
Los contratos de futuros del WTI para entrega en mayo 2024 sumaban US$ 0.69 con respecto al cierre de la sesión anterior.

La creciente tensión en Medio Oriente y Ucrania están detrás de esta tendencia alcista que ha llevado al oro negro a niveles que no se veían desde hace seis meses.

En Medio Oriente -la región que acumula las mayores reservas del mundo-, los riesgos de una expansión regional del conflicto en Gaza son cada vez más agudos, tanto en el territorio libanés como en Siria, sobre todo tras el bombardeo del Consulado de Irán en Damasco, que Teherán ha prometido no quedará sin respuesta.

Mientras que en Ucrania, el frente está más estabilizado, pero los contendientes parecen optar por ataques más precisos, y concretamente contra las instalaciones energéticas, como el registrado en la noche del lunes contra una refinería de petróleo en la república rusa de Tatarstán, realizado con drones de largo alcance.

Por su parte, la OPEP+, liderada por Arabia Saudí y Rusia, dejó sin cambios la actual oferta de petróleo del grupo, pero subrayó su disposición a intervenir en el mercado en cuanto lo considere necesario, e instó a sus países miembros a cumplir con los recortes de producción vigentes.

En total, son 19 países del grupo comprometidos con los recortes de suministros adoptados en 2022 y 2023 (salvo Venezuela, Irán y Libia), a los que se suman en algunos casos planes de reducciones adicionales y voluntarias.

El objetivo de estas limitaciones de la oferta petrolera es evitar una presión a la baja sobre los precios del barril causada por un exceso de suministros.