Para desarrollar un país, crear nuevos empleos y captar inversión extranjera, se necesitan políticas de incentivos en pos del crecimiento. En República Dominicana, los incentivos tributarios a las empresas están orientados a determinadas zonas como la región fronteriza, actividades como las energías renovables, turismo y proyectos cinematográficos.

Para la socia de impuestos y servicios legales de Deloitte, Alejandra Arguedas, las políticas de incentivos fiscales permiten atraer inversión extranjera directa y, a la vez, fortalecer algún sector específico.

“Escuchamos muchísimo que queremos atraer inversión, que queremos dar regímenes de incentivos, pero entendemos que debemos ser una nación competitiva frente a los demás países de América Latina”, explicó.

La especialista afirmó que la mano de obra especializada, la seguridad jurídica y competitividad por la ubicación geográfica y cercanía con otras naciones, hacen de República Dominicana un lugar para invertir. Pero, además, resaltó que como puerto destino de materia prima es una facilidad y ventaja ante los demás países de América Latina.

“República Dominicana tiene una serie de regímenes especiales que han ido consolidados a través del tiempo y que nos han permitido tener un abanico de opciones para cuando tenemos empresarios potenciales que buscan establecerse en el país y los marcos regulatorios dan esa seguridad al inversionista extranjero”, explicó.

“Tenemos leyes que promocionan sectores productivos específicos, como zonas francas y exportaciones, que tratan facilitar el comercio, fomentar el desarrollo de las operaciones especializadas y lograr una mejora competitiva, no como país, sino a nivel industrial”, consideró.

Si bien Arguedas agregó que los marcos regulatorios “buscan acomodar los beneficios fiscales a la industria específica que busca desarrollarse”, esta regulación conlleva un gasto tributario para República Dominicana. Es decir, los ingresos que las arcas estatales dejan de recibir por el pago de varios tipos de tributos.

Para el 2023, el gasto tributario estimado ascendió a RD$ 310,120.7 millones, equivalente a 4.5 % del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con el Ministerio de Hacienda. De este monto, el 12.1 % fue al sector de zona franca industrial, con RD$ 37,589.8 millones, seguido de salud con el 9.2% o RD$ 28,453.7 millones y educación con RD$ 16,747.9 millones.