La seguridad privada experimentó un crecimiento promedio anual del 9.2 % en los últimos cinco años, consolidándose como un sector dinámico y de relevancia económica, según un estudio de la Asociación Dominicana de Empresas de Seguridad (ADESINC) este sector aportó un 0.32 % al Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado, lo que equivale a RD$ 21,705 millones.

Este crecimiento refleja la importancia de este renglón productivo en la economía nacional, a pesar de los desafíos que aún quedan por superar, afirmó el presidente de ADESINC, Adi Grimberg, durante la presentación del estudio "La seguridad privada en la República Dominicana: Creando valor público-privado".

El director ejecutivo de ADESINC, Víctor Garrido, consideró que es importante prestar atención a la creciente competencia desleal e ilegalidad que, según las cifras presentadas, está teniendo un crecimiento exponencial en los últimos años por la falta de un marco normativo que permita regular correctamente el sector.

La investigación señala que el sector emplea a 62,000 personas, de las cuales el 60 % ocupa puestos formales, lo que evidencia un alto nivel de estabilidad laboral en comparación con otros sectores de la economía. Con salarios promedio de RD$ 27,075 mensuales, la seguridad privada ofrece remuneraciones equiparables a las del sector público, destacando su impacto en la calidad de vida de sus trabajadores.

Además, el peso laboral dentro del PIB del sector es del 67.2 %, por encima del promedio nacional de 28.7 %, lo que demuestra su alto nivel de contribución económica.

Los servicios que ofrecen las empresas de seguridad privada abarcan desde vigilancia y patrullaje hasta la instalación de sistemas de alarmas y cámaras de seguridad. Este amplio portafolio permite que sectores como el financiero, el comercio y la construcción dependan cada vez más de la protección privada para resguardar sus bienes y personal con eficiencia.

Sin embargo, el informe de ADESINC destaca una creciente brecha entre empresas reguladas y no reguladas.  Las compañías no reguladas, que aumentaron en un 54%  desde 2019, representan un desafío para la formalización del sector. Si bien han ganado participación de mercado, su menor inversión en depuración de personal y equipamiento pone en riesgo la calidad del servicio.

En términos financieros, el sector regulado concentró el 84.5 % de las ventas totales, que ascendieron a RD$ 24,253 millones en 2023. No obstante, las empresas no reguladas han mostrado un crecimiento promedio anual del 16.8 % en ventas durante los últimos cinco años, en comparación con el 10.7 % de las empresas reguladas. Este dinamismo sugiere una expansión acelerada, aunque persisten limitaciones en términos de sostenibilidad y calidad.

El informe también subraya la necesidad de un marco legal robusto que garantice la profesionalización de los trabajadores y la regulación adecuada de las empresas. ADESINC propone la creación de una ley marco que centralice las regulaciones dispersas, fomente la depuración de personal y promueva el uso de tecnología en los servicios de seguridad.