El Caribe es una región que cuenta con más de 44 millones de habitantes, bordeado del mar Caribe y el océano Atlántico, que comparte playas de arenas blancas, cimientos del petróleo y oro, con antepasados de españoles, franceses y holandeses. Son 12 países que por su cercanía con República Dominicana los hacen un potencial destino para diversificar el mercado exportador.
Esto lo demuestran las estadísticas del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (ProDominicana), al destacar que entre 2019 y 2022, Quisqueya realizó un intercambio comercial con el Caribe por US$ 9,120 millones. Al analizar los datos, el 2022 cerró con US$ 2,143 millones, el 2021 se situó en US$ 1,878.9 millones, el 2020 se fijó en US$ 1,500.6 millones y el 2019 por US$ 1,619.2 millones.
“Nuestra cercanía geográfica con los países insulares, junto con el desarrollo productivo agropecuario y agroindustrial y el crecimiento de nuestro intercambio comercial regional, nos reta a conocer el mercado caribeño y el potencial que representa para nuestros bienes y servicios”, comentó el ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Victor Bisonó.
“Si observamos las exportaciones, se evidencian los productos frutales que pasaron de US$ 4.8 millones en 2018 a US$ 17 millones en 2022; exportamos aguacate a Guayana y triplicamos las ventas de plátano fresco hacia Turcas y Caicos”, expresó.
Las remesas, la migración, la compra y venta de bienes y servicios, las inversiones y el turismo, en su mayoría, proceden de Estados Unidos y el denominado “viejo mundo”. “Tenemos el desafío estratégico de diversificar el mercado, ampliar y aprovechar el acceso al Caribe e internacionalizar a las empresas dominicanas”, consideró la directora general de ProDominicana, Biviana Riveiro.
De acuerdo con la ejecutiva, el país exportó US$ 100 millones hacia Jamaica en 2022, pero las naciones de Guyana, Trinidad y Tobago, Curazao, Granada y San Cristóbal y Nieves son potenciales destinos para que las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) sean insertadas en la cadena de valor del sector exportador.
“Hay que diversificar los mercados tradicionales, el Caribe es que tiene las varas mas bajitas de exigencias para la compra de nuestros productos frente a Estados Unidos y Europa”, aseguró Bisonó.
Los retos: conectividad, mano de obra e infraestructura
Para la directora general de ProDominicana, se debe impulsar la conectividad para potencializar las fortalezas de exportación que caracterizan al país.
“Tenemos ubicación geográfica, infraestructura de transporte y capital humano que nos han conducido a ser un hub logístico y alcanzar una posición viable para conectar con las naciones caribeñas de forma rápida y eficaz”, explicó. Esto significa el aumento de mayores oportunidades de negocios.
Sin embargo, el país tiene el reto de impulsar la conectividad comercial, contar con infraestructura logística y mano de obra calificada en tecnología, factores que permitirán nuevas alianzas.
Hay un hecho: la guerra entre Rusia y Ucrania, el cierre temporal de la frontera domínico-haitiana, los efectos de la pandemia en el comercio marítimo, y el alza de los costos de la materia prima y los combustibles afectaron la balanza comercial de República Dominicana con el mundo. Para el director del Consejo Nacional de Competitividad, Peter Palewonsky, los factores globales inciden en la economía nacional.
“Estamos enfocados en Estados Unidos y Europa para nuestras exportaciones, pero la región del Caribe es un potencial mercado para diversificar nuestros destinos”, acotó.
Sector empresarial y la economía naranja
Aquí el dato: US$ 87,020 millones es la proyección de exportación de servicios desde y hacia el Caribe en 2023. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) indica que las exportaciones en el Caribe (Cuba y República Dominicana) superarán los US$ 50,661 millones en 2023, esto equivale a un decrecimiento de 0.9% respecto igual período que 2022 (US$ 51,162 millones), pero US$ 14,772 millones de diferencia respecto el 2021 (US$ 35,889 millones).
En tanto, la Comunidad del Caribe (Caricom), conformado por Bahamas, Barbados, Belice, Guyana, Haití, Jamaica, Suriname y Trinidad y Tobago exportarán US$ 36,086 millones al cierre del 2023. Mientras, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), unos US$ 273 millones.
“Hemos consolidado la sinergia con el sector privado como aliado fundamental para acelerar la inserción de las empresas dominicanas en mercados estratégicos”, comentó Bisonó. Ante esto, dijo que apuestan a que las nuevas empresas de carácter exportadoras impulsen servicios enmarcados en la economía naranja.
“Estas han demostrado cómo el talento y la creatividad del dominicano traspasan la frontera, además de impulsar de manera sostenible e inclusiva las exportaciones a través de herramientas de digitalización y el fomento de uso de nuevas tecnologías para mejorar el proceso y fortalecimiento de la capacidad comercial”, reveló el funcionario.
El 98% del tejido empresarial está conformado por las mipymes, situación que las caracteriza como un motor de crecimiento e innovación para el país. De este monto, las pequeñas y medianas empresas (pymes) generan el 25 % del empleo en República Dominicana.
“Debemos orientar a nuestras empresas y crear políticas para que las pymes aprovechen las oportunidades de intercambio comercial y, a la vez, catalizar el crecimiento y colaboración dentro de la región insular”, consideró el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD), Pavel Isa Contreras.
Para Isa Contreras, el comercio caribeño debe ser un empuje para que las pymes aprovechen las oportunidades y sean sostenibles a largo plazo. “El Caribe es estrategia, contribuye a la diversificación de mercado para nuestros pequeños y medianos productores”, sostuvo. Sin embargo, depender de unos mercados puede ser riesgoso, según el funcionario, especialmente en un entorno económico cambiante e incierto.
“Aumentar las exportaciones se convierte en un motor para el desarrollo nacional. No se trata de valores y de volúmenes, la penetración en mercados externos y la competencia con empresas internacionales debe contribuir a una transformación cualitativa de las empresas”, aseguró el ministro del MEPyD.
Las empresas deben considerar los efectos del cambio climático
En un mundo cada vez más afectado por el cambio climático, las empresas se ven obligadas a enfrentar una realidad innegable: el aumento de la temperatura, la sequía, las tormentas y el hundimiento de tierras que amenazan sus operaciones y el bienestar de sus ciudadanos.
El funcionario del MEPyD explicó que la transformación del tejido productivo es sinónimo de adquirir habilidades, capacidades empresariales productivas, construcción de lazos comerciales y una recuperación sólida. No obstante, destacó que el cambio climático debe ser puesto sobre las políticas de una empresa y su agenda de expansión.
“Los estados insulares en desarrollo en el contexto de las negociaciones sobre el cambio climático deben considerar la creación de un fondo para la reparación de daños, pérdidas y la construcción de una economía más resilientes”, afirmó.
El Proyecto de Ley del Presupuesto de 2024 ha destinado RD$ 718.9 millones para combatir los estragos del cambio climático. De este monto, se asignará RD$ 4.5 millones para la mitigación, RD$ 16 millones para la gobernanza del riesgo de desastres climáticos, RD$ 62.7 millones para la reducción del riesgo y RD$ 149.3 millones para el conocimiento del riesgo de desastres climáticos.
Pero, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierte sobre las consecuencias económicas alarmantes para países como Guatemala, República Dominicana, Santa Lucía, Honduras, El Salvador y Barbados. Estos podrían experimentar una disminución del 9% al 12% en su Producto Interno Bruto (PIB) para el 2050 debido al cambio climático.
“El comercio intrarregional es fundamental para ir construyendo integración regional y fomentar la resiliencia frente a los desafíos globales. La diversificación geográfica del mercado fortalecerá nuestras exportaciones hacia el Caribe y ayudará a nuestras pymes a ser más resistentes frente a crisis económicas en mercados específicos proporcionando una mayor estabilidad”, agregó.
El ítem 13 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), denominado “acción por el clima”, subraya la urgencia de implementar medidas para abordar la emergencia climática y garantizar un futuro sostenible para las generaciones futuras.
El informe “The Sustainable Development Goals 2023” destaca la importancia de la financiación climática, que ascendió a US$ 803,000 millones a nivel mundial entre 2019 y 2020, evidenciando un aumento significativo en la inversión destinada a la adaptación climática.