Desde el inicio oficial de la relación entre República Dominicana y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), surgida en la década de los 60, Quisqueya ha obtenido recursos para avanzar en áreas vitales para el desarrollo social, como infraestructura, educación, salud, transporte, desarrollo rural, energía y fortalecimiento institucional.

“Hoy en día se encuentran vigentes 24 programas con el sector público tanto de apoyo presupuestario como de inversión pública, nueve con el sector privado y cerca de 52 en cooperación técnica en donaciones con el Grupo BID”, explicó el ministro de Hacienda, Jochi Vicente.

El funcionario dijo que República Dominicana cuenta con financiamiento activo por alrededor de US$ 2,500 millones, recursos distribuidos en sectores con impacto a nivel nacional.

El titular de Hacienda dijo que entre los proyectos se destaca la primera fase de ampliación y rehabilitación del puerto de Manzanillo por un monto de US$ 100 millones, “que nos permitirá mejorar los niveles de competitividad e impulsar el crecimiento socioeconómico de la zona noroeste”.

Este proyecto financiado a través de préstamos internacionales permitirá convertir al país en un “hub logístico regional”, generar nuevos empleos y oportunidades de desarrollo.

Además, la segunda fase de desarrollo turístico de la Ciudad Colonial por US$ 90 millones  y el financiamiento del programa de gestión integral de residuos sólidos en Santo Domingo con un inversión de US$ 110 millones.

“Es importante resaltar que el BID es nuestra mayor fuente de recursos de los acreedores multilaterales, representando el 44 % del financiamiento multilateral al cierre del 2023 lo que también evidencia la confianza que tiene el BID en nuestro país”, agregó.

De acuerdo con el funcionario, el sector público con alianza al sector privado como un rol eficiente del organismo como promotor de sinergia entre los sectores para lograr con avance sostenible.

“Vemos la relación con República Dominicana que ha tenido muchos avances… Es un país que crece más de 5 % cada año, por encima de la media en la región de América Latina y el Caribe, y es lo que República Dominicana ha hecho desde 2010 hasta 2022“, comentó el presidente del Grupo BID, Ilan Goldfajn.

El ejecutivo dijo que esto se debe a la reducción de la pobreza, creación de políticas económicas más prudentes y estables, que fomentan la inversión extranjera directa (IED) y recibe la “inyección” de capital privado.

Pese al progreso social y económico, el titular del Grupo BID, aseguró que existen oportunidades de mejoras. “Hay lugares donde podemos ayudar trabajando siendo el principal socio, facilitando financiamiento con condiciones favorables, proveyendo asistencia técnica, conocimiento y donaciones”, sostuvo.

Reunión de gobernadores

En la reunión anual de Gobernadores del BID, celebrada esta semana en Punta Cana, se abordará el desarrollo sostenible de las naciones de América Laguna y el Caribe.

En el país, la agenda está inclinada hacia la transición energética debido a los efectos del cambio climático que se enfrenta cada año.

“El cambio climático tiene un impacto en la finanzas públicas, por lo que nuestro objetivo está claramente definido cada centavo que el gobierno dominicano gasta tiene que impactar en el bienestar de la vida de nuestra gente”, aseguró Vicente.

Goldfajn destacó que están proponiendo simultáneamente tres transformaciones fundamentales: una estrategia institucional para fortalecer al Grupo BID con reformas para tener más impacto y escala; una nueva visión y modelo moderno de negocio con capitalización para doblar el tamaño del BID Invest, el brazo privado; y más recursos y un modelo de negocio más escalable y sostenible para BID Lab, de innovación y emprendimiento.  

Dijo que espera que estos tres cambios ayuden a la región a enfrentar su “desafío estructural y aprovechar la oportunidad de tener un impacto global”. O sea, nuevas demandas sociales, escasos recursos fiscales y bajo crecimiento, con el reto del cambio climático.

“Esto representa una gran oportunidad para que la región se convierta en parte de la solución de los desafíos globales compartidos y genere un punto de inflexión de crecimiento y desarrollo”, agregó Goldfajn.