República Dominicana exhibe niveles de competitividad superiores al promedio latinoamericano en cinco sectores económicos y cuatro ejes transversales relevantes para el desarrollo competitivo nacional.
Sin embargo, continúa mostrando brechas importantes como el caso del sector educativo y de género, innovación y sector salud.
Así lo indica el Boletín de Competitividad Sectorial (BCS) 2023, publicado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.
Los indicadores analizados en el BCS 2023, destaca que el país exhibe niveles de competitividad superiores al promedio regional en cinco sectores económicos: agropecuaria, turismo, transporte y logística, salud y administración pública. Este resultado también se observa en los ejes transversales: mercado laboral, género, clima de negocios y territorio.
De acuerdo con el informe, turismo, transporte y logística, administración pública y clima de negocios se constituyen en los pilares de la competitividad del país, al obtener el mayor porcentaje de indicadores con resultados positivos con respecto al promedio de ALC.
Señala que a pesar de que en estas áreas República Dominicana se encuentra en una posición favorable frente a América Latina y el Caribe, se observan resultados precarios en algunos indicadores relacionados a la distribución más equitativa de los beneficios derivados del crecimiento del turismo entre los actores que participan, a la calidad de los servicios públicos básicos, al cumplimiento de contratos y a la protección de los inversionistas.
Por otro lado, las áreas como industrias, energía, educación, institucionalidad, economía digital, innovación y desarrollo y medio ambiente representan los desafíos más importantes para el país en términos de competitividad. Estas áreas se caracterizan por requerir de políticas públicas que impulsen cambios estructurales para mejorar su competitividad, las cuales son visibles en el largo plazo.
El informe resalta como importante que en estas áreas el país posee ciertas fortalezas con respecto a nuestros pares latinoamericanos en aspectos como: diversidad y complejidad de la canasta exportadora, intensidad energética, gasto público educativo, gobierno abierto, asequibilidad de las TIC, marcos de propiedad intelectual y protección de patentes y esfuerzos de preservación del medio ambiente, entre otros.
Mirada a la competitividad: sectores económicos
El documento precisa que, en agropecuaria, el país continúa sosteniendo una producción bruta per cápita por encima de la media regional, acompañada de importantes rendimientos económicos por hectárea cosechada. A pesar de estos resultados, los precios al productor se mantienen en niveles superiores al conjunto de países latinoamericanos como consecuencia de los procesos inflacionarios internos y externos.
En cuanto al sector industrial, señala que la competitividad del país experimentó una variación negativa en la cuota de exportaciones manufactureras hacia Estados Unidos, aunque logró un mejor resultado que sus competidores regionales. A pesar de este resultado, el 46.5% del valor de las exportaciones dominicanas hacia este destino se encontraron clasificadas como estrellas nacientes.
El sector energético presentó un mayor nivel de eficiencia en el uso de la energía respecto a la intensidad energética de la región. Asimismo, el país exhibe perdidas de electricidad por debajo de la media regional. No obstante, el país continúa presentando retos en lo referente a la autosuficiencia y la transición energética, y a la capacidad instalada de energía, encontrándose por debajo del promedio de América Latina.
En turismo, el país ocupó el segundo lugar en llegadas de turistas internacionales a nivel regional, con un gasto total promedio por turista por encima de la media regional. También, el país exhibe un buen desempeño en la encuesta mejores países para aventura.
En cuanto a transporte y logística, el país registró un desempeño superior al de la región en todos los indicadores considerados; dentro de estos, el índice de conectividad marítima y de desempeño logístico.
En el sector educativo continúa mostrando brechas importantes con respecto a la región, obteniendo resultados desfavorables con respecto al promedio regional en indicadores como: pobreza de aprendizaje, tasa de desescolarización, calidad de la enseñanza de la educación superior y el dominio de habilidades en tecnología y ciencia de datos.
El sector salud, a pesar de presentar resultados positivos en lo concerniente a la cobertura sanitaria, se observan importantes brechas con los países de la región en lo que se refiere las estadísticas vitales de salud como la tasa de fertilidad en adolescentes, tasa de mortalidad neonatal, tasa de mortalidad infantil y tasa de mortalidad en menores de cinco años.
Por otro lado, administración pública se colocó por encima del promedio latinoamericano en cinco de los seis indicadores mundiales de gobernanza. Además, el país logró mejores resultados en todos los indicadores de servicios en línea brindados por el gobierno. A pesar de este resultado, el país se mantiene menos estable que la región latinoamericana en el pilar de servicios públicos del índice de estados frágiles.
Ejes transversales
El eje institucionalidad continuó mostrando un desempeño deficiente comparado con la región. Sin embargo, presentó mejoría en el índice de percepción de la corrupción, explicado por el fortalecimiento de la independencia de los órganos de justicia y control, la mayor transparencia en las contrataciones públicas y la promulgación de la ley de extinción de dominio.
El mercado laboral exhibió resultados positivos en la mayoría de los indicadores. Sin embargo, registró un alto desajuste educativo, un elevado nivel de informalidad, una fuerza laboral con bajos niveles de cualificación y un marco legal y regulatorio del mercado laboral con libertades limitadas.
En género, la pobreza siguió afectando en mayor grado a las mujeres que a los hombres, resultado peor al promedio regional. De la misma forma, la integridad física y el empoderamiento político de las mujeres están más restringidos que en el resto de la región. No obstante, el país logró un resultado igual o superior a ALC en la mayoría de los indicadores considerados.
En lo referente al territorio, se observa un mejor desempeño con respecto a ALC en todos los indicadores comparables presentados. Igualmente, clima de negocios presentó un mejor desempeño en cuanto a condición empresarial, clima de inversión, derechos de propiedad, asociaciones Público-Privadas, entre otros aspectos.
En economía digital se obtuvo un mejor resultado en los aspectos relacionados con asequibilidad y uso de las TIC. Sin embargo, el país mostró un resultado inferior a ALC en la mayoría de los indicadores considerados, desatándose las brechas en el índice de calidad de vida digital y en el desarrollo digital por cada 100 habitantes.
El informe concluye que República Dominicana registró importantes deficiencias en los ejes innovación y desarrollo y medio ambiente. En el primero, es imperante aunar esfuerzos para mejorar el capital humano, las investigaciones, la producción creativa y la preparación tecnológica. En el segundo, el país obtuvo la mayor cantidad de indicadores con un desempeño peor a la media regional, demostrando la necesidad de aumentar los esfuerzos en áreas como protección de especies en peligro de extinción, manejo de residuos, gestión de riesgos y adaptación.