Existe una realidad: el financiamiento incentiva el crecimiento social, el desarrollo de sectores productivos rezagados y permite a una nación lograr un desarrollo sostenible a mediano y largo plazo.

En el caso de los Gobiernos, los préstamos permiten crear proyectos que impactan a la comunidad, ampliar operaciones y expandir el gasto social.

República Dominicana cuenta con préstamos internacionales con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), por un monto de más de US$ 2,500 millones, hasta febrero del 2024.

Ante esto, el presidente del BID, Ilan Goldfajn, afirmó que el papel de Quisqueya como deudor de una entidad financiera internacional es “ejemplar, destacable y ha mantenido su comportamiento estable durante los últimos años”.

“No es simplemente un socio al que estamos aumentando la presencia financiera o el desembolso de más recursos económicos cada año para que desarrollen nuevos proyectos o programas, es un socio importante desde su entrada en la década del siglo XX hasta la actualidad”, explicó el ejecutivo.

Además, agregó que la tierra ubicada en la región de América Latina y el Caribe se convirtió en un socio importante desde hace décadas, contribuyendo al desarrollo regional y, a la vez, impulsando programas de desarrollo social y económico para lograr el bienestar de los 10.7 millones de dominicanos.

Sin embargo, durante la rueda de prensa previa al inicio de la Reunión de Gobernadores 2024, que se celebrará en Punta Cana, La Altagracia, dijo que se debe abordar una transición hacia la implementación de mayor energía limpia.

“Además de trabajar en el sistema eléctrico e ir transformando hacia las energías limpias y aumentar esfuerzos, tenemos que contribuir con la gestión del cambio climático en el país”, comentó.

Esta problemática cada año afecta las finanzas públicas de República Dominicana, debido a que se destina hasta el 1 % del producto interno bruto (PIB) nacional para subsanar a las comunidades y sectores productivos afectados por el cambio climático.