El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, aseguró que los hallazgos de la investigación sobre su supuesta relación íntima con una empleada y malversación de fondos, "como era de esperar", no corrobora las "acusaciones falsas" y anónimas que se hicieron en su contra.

En un declaración sobre el reporte presentado al directorio ejecutivo del Banco, publicado en la página oficial de la entidad, Claver-Carone calificó el proceso como arbitrario, desde su inicio, y violatorio de las reglas y normas del BID.

En marzo pasado un correo electrónico anónimo puso en la mira al presidente del BID, al denunciar que el ejecutivo tuvo una relación íntima con una empleada, malversó fondos y canceló a tres trabajadores para encubrir el delito.

Tras esto, el directorio ejecutivo del Banco inició una investigación  y contrató al  estudio de abogados Davis Polk & Wardwell LLP, cuyo informe fue presentado en esta semana. Aún no se han dado a conocer los detalles.

Investigación arbitraria

Claver-Carone dijo que es la primera vez en la historia de cualquier banco multilateral de desarrollo que esta clase de proceso se lleva a cabo, donde un líder electo ha sido objeto de una investigación "arbitraria" sin ninguna denuncia formal dentro de las normas administrativas de la organización, y que se inició sobre la base de denuncias anónimas y sin fundamento.

A pesar de la ausencia del debido proceso, cooperé plenamente sin renunciar a mis derechos constitucionales. El manejo de la investigación ha violado repetidamente las Reglas de Ética del Banco, las normas básicas y ha planteado prácticas seriamente cuestionables, incluida la manipulación, la distorsión y el uso consciente de información que se ha comprobado que no es confiable para predeterminar un resultado en lugar de presentar una revisión justa e imparcial", sostuvo

Consideró que las denuncias, aunque sean anónimas, deben tomarse con seriedad y cuidado, y defiendo firmemente que el BID debe ser una institución basada en reglas, según lo establecido por estatuto, y no una organización política impulsada por intereses ideológicos o partidistas.

Reiteró que el proceso de investigación no cumplió con los estándares internacionales de integridad que tanto el BID como la región, se esfuerzan por ejemplificar.

"En contravención clara y directa a las reglas de ética del BID, ni yo ni ningún otro miembro del personal del BID hemos tenido la oportunidad de revisar el informe final de investigación, responder a sus conclusiones o corregir imprecisiones. Estas reglas se aplican a todos los empleados del BID, incluyéndome a mí y al personal que ha recibido alegaciones en su contra, requieren que los empleados del BID tengan 15 días hábiles para responder a las alegaciones", indicó

El presidente del BID, dijo, además, que las reglas están diseñadas para garantizar el debido proceso y resultados justos y cualquiera que esté familiarizado con América Latina y el Caribe es consciente de las preocupaciones persistentes entre los ciudadanos sobre la falta de derechos al debido proceso que con demasiada frecuencia plagan los sistemas judiciales y socavan la provisión de justicia en la región. "Y es lamentable que esta institución en la que se confía en la región no pueda brindar el debido proceso a su propio personal".

Consideró que el BID debe personificar el tipo de conducta ética, transparencia y ambición por la justicia que promueve en toda la región.

"y uno debe preguntarse por qué el banco no ha respetado sus propias reglas, e incluso preceptos éticos de sentido común, a lo largo de este proceso de investigación. Desafortunadamente, este proceso ad-hoc y arbitrario, desde su inicio, ha violado las reglas y normas del BID, incluidas las salvaguardias de privacidad y las reglas de confidencialidad, y no previene los conflictos de interés entre los responsables de llevar a cabo y evaluar la investigación", argumentó

Dijo que el incumplimiento deliberado de las reglas y procesos establecidos por el BID, representa un riesgo para la reputación de la entidad  y, de manera negligente, no protege al personal en sus 26 países miembros prestatarios regionales, así como en Europa y Asia.

Concluyó que este episodio brinda  la oportunidad de considerar las acciones necesarias para salvaguardar y proteger la integridad del BID, su trabajo y fuerza laboral contra cualquier forma de abuso, violaciones o maquinaciones políticas institucionales.