El sector industrial es uno de los principales impulsores del desarrollo a nivel mundial. De acuerdo con las cifras del Banco Mundial, el porcentaje de crecimiento de dicho sector en el 2021 para América Latina fue de 8.1, con una aportación para la misma región al PIB del 30,5 %.
Así mismo es considerada como una fuente primordial de generación de empleo. Por ejemplo, en la República Dominicana, el sector industrial aporta alrededor de 138,000 empleos formales a la economía nacional, de acuerdo con registros de la Tesorería de la Seguridad Social (TSS).
No obstante, a pesar de fungir como columna vertebral de la economía, y estar alineado a estrictas normativas, las empresas del sector industrial son constantemente cuestionadas sobre la confiabilidad en sus procesos y la gestión con su entorno, lo cual tiene un impacto inmediato en su reputación.
Por ello, con miras a tener un mejor entendimiento sobre la percepción del sector industrial, LLYC elaboró el informe El desafío de la confianza en el sector industrial, en el cual se analizaron 37,857 menciones en redes sociales sobre temas que conciernen al sector, a partir de herramientas de Big Data, Inteligencia Artificial y Machine Learning de México, Panamá y República Dominicana.
En dicho análisis, República Dominicana demostró ser un gran ejemplo de los resultados positivos que tiene la participación del sector industrial en la conversación pública, específicamente en el sector minero, donde a través de su estrategia de comunicación ha mejorado su posicionamiento e incrementado el nivel de conversación positiva.
Iban Campo, director general de LLYC Santo Domingo, junto a otros profesionales de la firma, reflexionan sobre las claves para abordar la comunicación en un sector que puede verse muy técnico y poco digerible por los ciudadanos:
- Generar credibilidad más allá de la transparencia: El sector industrial es uno de los más transparentes en cuanto a publicación de documentación técnica y seguimiento a normativas, pero esta transparencia se mantiene a nivel de reporting, no está visible en la conversación pública. El reto está en involucrar a los usuarios finales, haciéndolos conscientes de la labor que hay detrás de cada componente que da vida a un producto final y así puedan generar opinión más objetiva de la industria.
- Talento, el mayor activo de las compañías: Los colaboradores son los principales embajadores de marca con capacidad de influir en la percepción del sector, existe en ellos un sentimiento de orgullo, de pertenencia que hay que capitalizar.
- Gestión de riesgos, más allá de los accidentes: Las industrias deben anticipar los riesgos propios del nuevo contexto mundial en el que estamos inmersos, con conflictos entre países que afectan a la cadena de suministro, un entorno político cambiante y las constantes demandas sociales, tal vez lejos de su centro de negocio, pero que si no las anticipan y atienden, se convierten en un riesgo para su “licencia de operación social.
- Partícipes de la conversación digital: Es esencial analizar las conversaciones y descubrir cuáles son las comunidades y territorios relacionados con las áreas de actividad más importantes para el sector y así participar y conectar con esos stakeholders que influyen en la percepción de la industria.
- ESG, un compromiso con las próximas generaciones: El reto de las compañías del sector industrial es adoptar desde el núcleo del negocio la sostenibilidad. Es clave tener un compromiso real, medible y bien comunicado que muestre que las empresas han pasado de una hoja de verificación operativa a una estrategia integral con impacto en todos sus stakeholders.