Más de 180 millones de personas en la región no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y, entre ellas, 70 millones carecen de ingresos para adquirir la canasta básica de alimentos, indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Casi un tercio de la población de la región vive en situación de pobreza, porcentaje que se eleva a 42,5% en el caso de la población infantil y adolescente
En 2022, el 29% de la población de América Latina viven en pobreza, mientras que la pobreza extrema disminuyó a 11.2% de la población de la región (70 millones de personas), manteniéndose en niveles similares a 2019.
El informe Panorama social de América Latina y el Caribe 2023: la inclusión laboral como eje central para el desarrollo social inclusivo señala que además la reducción de la desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini y la recuperación del empleo.
No obstante, advierte que la tasa de crecimiento del producto interno bruto (PIB) esperada para 2023 en América Latina y el Caribe (1.7%) -significativamente inferior al 3.8% registrado en 2022 y que podría llegar incluso al 1.5% en 2024- no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza en la región para este año.
De acuerdo con el informe, la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo disminuyó 8.2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años.
Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, uno de cada dos se encuentra en empleos informales, cerca de un quinto vive en situación de pobreza, 4 de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones.
Si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región vive una crisis en cámara lenta en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral sino también como las condiciones en que se accede al empleo en el mercado laboral, explica el organismo regional de las Naciones Unidas.
Esto quiere decir que la inserción en el trabajo remunerado es fundamental, pero no suficiente para alcanzar la inclusión laboral. Se requiere acceso a trabajos productivos, bien remunerados y con acceso a la protección social, en particular para las mujeres y las personas jóvenes, remarca la Cepal.
En 2022, 54.2 millones de hogares en la región (39% del total) dependían exclusivamente del empleo informal. Más aún, la mayoría de las niñas y niños (menores de 15 años) y las personas de 65 años o más viven en hogares completamente informales o mixtos (61.2%).