El viceministro de Planificación e Inversión Pública, Pavel Isa, destacó los efectos económicos que podría enfrentar la República Dominicana como resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania, durante una presentación en la Asamblea Nacional con las cámaras congresuales.
El economista señaló tres elementos importantes. El primero es el impacto directo que tiene que ver con los efectos de la guerra en la relación económica directa entre la República Dominicana y los dos países; impactos indirectos que se dan a través de los efectos que tiene la guerra en la economía global y los impactos que están asociados a las respuestas de política del país o el mundo a los impactos de la guerra.
En ese sentido, indicó que los impactos comerciales directos son pequeños debido a que el intercambio económico entre la República Dominicana y los países en conflicto es muy reducido. Destacó que, entre 2017 y 2020, el comercio de la República Dominicana con Ucrania y Rusia fue equivalente a apenas el 0.8% del comercio total del país.
Sin embargo, señaló que, aunque no es catastrófico, el impacto en el turismo será importante porque ambos países aportaron más del 7% del total de los arribos de turistas al país por vía aérea. Lo previsible es que en 2022 no existan más arribos de turistas de esos dos países lo cual puede implicar que el número de arribos no crezca en este año respecto al año pasado.
Manifestó que el segundo efecto, el que se deriva de los impactos de la guerra en la economía y los mercados globales, es el más relevante para la economía dominicana debido a que Rusia y Ucrania exportadores de peso de algunas de las materias primas más importantes que se comercian a nivel mundial como petróleo, cereales, grasas comestibles e insumos para fertilizantes.
El economista explicó la guerra y las sanciones económicas contra Rusia está elevando de forma significativa los precios internacionales de esos productos, los cuales la República Dominicana depende en cerca de un 100% de las importaciones.
“Los efectos de la guerra se sienten en los aumentos que se han generado en los precios de todos los productos. Desde que inició la guerra hasta la fecha, los incrementos van desde un 5% a un 31% en el maíz, el trigo, el petróleo, el aceite de soya y el hierro”.
Precisó que también habrá un impacto macroeconómico negativo pero manejable. El déficit de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, en la que se registran las transacciones cotidianas de la economía dominicana con el exterior, crecerá porque el valor de las importaciones de combustibles y alimentos se incrementarán sensiblemente. No obstante, dijo que el nivel de reservas internacionales es alto lo que garantiza que la economía pueda absorber ese choque.
En ese sentido señaló que la presente gestión de Gobierno procura contener los efectos de esos aumentos sobre la economía dominicana y sus consumidores, lo que está generando presiones sobre las finanzas públicas, lo que puede obligar a incrementar el déficit público respecto al nivel previsto o puede comprometer la velocidad de la inversión pública u otros gastos del Gobierno para acomodar los subsidios.
Además, se refirió al tema geopolítico indicando que lo que estamos viendo es una reconfiguración de los espacios geopolíticos globales y una reversión parcial de los procesos de globalización económica que fueron tomando forma desde inicios de los noventa.
“Lo que nos va quedando de lección es que tenemos que apuntar hacia avanzar hacia una política de mayor resiliencia alimentaria y energética, la cual sin pretender la autosuficiencia plena en esos rubros, tenga como objetivo alcanzar más capacidad de autoabastecimiento de alimentos y de energías de fuentes renovables. Debemos perseguir, que la economía tenga más capacidad de resistir los choques energéticos y alimentarios persistentes”, dijo el viceministro.