Una de las razones que siempre me ha motivado a analizar y estudiar los mercados e industria energética ha sido continúa distorsión de mercados, al igual que la recomposición de estos a través del tiempo, donde una muestra lo es precisamente nuestro país República Dominicana.

Bien, como nosotros, después de depender de las importaciones de petróleo de Venezuela, vía el Acuerdo de San José en los años 80, y posteriormente, a principios de este milenio con Petrocaribe. Sin embargo, dejamos de importar desde la República Bolivariana desde hacen unos años, en parte por sanciones impuestas por los Estados Unidos que incluía restricciones a la industria petrolera venezolana y a las transacciones financieras que involucraban a ese país, lo que limitó a capacidad venezolana para exportar su oro negro.

Desde entonces, las importaciones por parte nuestra se redujeron drásticamente. De esa manera, por razones de disponibilidad y la misma competencia de los precios nos hemos inclinado a importar desde Texas.  Lo anterior lo traemos a relucir debido a que realmente no ha sido más que un prematuro reflejo de lo que en la actualidad acontece en los mercados globales, donde EE. UU. otorga exenciones a las empresas para exportar crudo venezolano, mientras por otro lado Venezuela requiere diluyentes para mezclarlos con su crudo pesado. Adivinen quién se ha convertido en el principal proveedor de diluyentes para Venezuela. Pues nada más y nada menos que ¡Irán!

Pero las "contradicciones" no se quedan ahí, pues ante la disminución de la importación prácticamente a casi cero del crudo ruso (Ural), China adquiere más Ural y menos petróleo del Medio Oriente (Dubái/Omán). Al igual que lo ha hecho la India, pasando de alrededor de una importación de 135 M b/d a 2 MM b/d.

El caso de la India es tal vez el que más nos llama la atención al estar importando grandes cantidades del oro negro refinado de Rusia, mientras que Estados Unidos lo está haciendo también en cantidades récords de productos refinados de la misma India, aunque indirectamente. Es importante hacer notar que la India importa la mayoría de su crudo de Rusia.

Lo anterior señalado ha conllevado a que en la actualidad Europa esté compitiendo con las refinerías de la India, que está adquiriendo crudo ruso con descuento, mientras las refinerías europeas no pueden acceder a los mercados del petróleo de Rusia.

Por lo mencionado previamente, podríamos afirmar que estamos viendo una paradoja en el mapa energético global que si bien es cierto ha distorsionado la exportación exportación/importación de tradicionales socios comerciales, en el fondo no busca sacar a Rusia del mercado global, aunque sí reducir los ingresos de la Rusia de Vladimir Putin, situación que muestra cómo la interconexión de los mercados energéticos globales ejerce efectos significativos en la economía y política de los países.

Miguel Andújar en Acento.com.do