El Observatorio Nacional para la Protección del Consumidor (ONPECO), declaró que los productores dominicanos de arroz deben ser protegidos ante la amenaza que implica para los consumidores el ingreso al país de arroz libre de aranceles, como sucederá el próximo año cuando cese la protección de este cereal por el acuerdo del DR-CAFTA (tratado de libre comerico de Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, República Dominicana, Guatemala, Honduras y Nicaragua).
La entidad recordó la importancia del alimento en la mesa de los dominicanos.
La entidad entiende que el arroz dominicano está integrado a la cultura culinaria y que el consumidor ha impuesto la calidad que prefiere del cereal, cuyas características son un color blanco, grano entero y un sabor intrínseco generado por el ecosistema y las manos que lo producen.
“El mayor riesgo para el país es que ingrese al mercado arroz importado con precios muy por debajo del arroz de producción nacional, lo cual podría atraer inicialmente la atención del consumidor debido a su atractivo precio. Sin embargo, esto podría llevar a la desaparición de la producción dominicana”, indicó.
ONPECO recordó que algo similar ocurrió en Haití, donde la dependencia de las importaciones surgida tras la desaparición de sus productores locales afectó gravemente su economía alimentaria.
Cita otro riesgo es que, para ocultar el monopolio, se adquiera parte de la producción local y se produzca una mezcla engañosa del cereal, lo que perjudicaría la calidad del arroz, parte esencial de nuestra cultura alimentaria.
Considera que el decreto 693-24 emitido por el presidente de la República no tendrá ningún efecto para la población consumidora del cereal, porque un decreto no puede estar por encima de un acuerdo internacional.
“Valoramos la intención del jefe de Estado, pero ese decreto sería más efectivo si estuviera orientado a una gran campaña para la defensa de la producción nacional de arroz”, expone.
La República Dominicana es autosuficiente en la producción de arroz, generando 15 millones de quintales según cifras oficiales y consumiendo unos 14 millones de quintales, lo que significa que no se requiere importar el cereal.
ONPECO recordó que somos una isla y que depender de las importaciones para alimentarnos nos expone a riesgos de inseguridad alimentaria ante posibles catástrofes o guerras.
Refiere que la producción de arroz nacional permite que las provincias productoras exhiban un gran progreso, asegurando ingresos para satisfacer las necesidades básicas de su población, lo que es crucial para el desarrollo económico y social de estas comunidades.
Considera que el progreso no lo generan los comerciantes, sino los productores y los consumidores, quienes son aliados estratégicos en el mercado de bienes y servicios.
“Con el Tratado de Libre Comercio, se nos vendió la idea de que tendríamos alimentos baratos, pero no se consideraron las consecuencias del monopolio y otros trastornos que afectarían a los consumidores”, analiza.
Finalmente sostiene significó que es imperativo iniciar una campaña en defensa de la producción del arroz dominicano, un producto que los consumidores valoran por su calidad y sabor inigualables.