Es innegable que las cooperativas generan un impacto positivo en nuestra economía y en el desarrollo local. A través de su enfoque en la comunidad y la cooperación, han logrado fortalecer sectores clave como la agricultura, la producción de alimentos, las microfinanzas, y muchos otros ámbitos de la vida económica y social.

Las cooperativas han demostrado ser un mecanismo eficiente para empoderar a las personas, especialmente a aquellas que tradicionalmente han sido excluidas o marginadas en el sistema financiero convencional.

Sin embargo, las cooperativas abiertas al público, aquellas que ofrecen servicios múltiples, y se hacen llamar “Cooperativas X de Ahorro y Crédito”, las cuales ofrecen servicios financieros al público en general, como si fueran como un banco, pero sin las estrictas regulaciones, ni la supervisión que emana de la Ley Monetaria y Financiera No. 183-02, y con un tratamiento fiscal envidiable que ningún negocio financiero en la libre competencia lo tiene, hace de ella el mejor atractivo para operar un banco sombra o shadow bank, tal cual lo llama el Fondo Monetario Internacional que desde el año 2005, años tras años, ha estado llamando la atención al país de que ese importante sector de la economía debe ser regulado y supervisado conforme a los estándares internacionales, a los fines de evitar una crisis que pudiera afectar la estabilidad financiera alcanzada en el país en los últimos veinte años.

No es un secreto para nadie, que en el país no existen estadísticas claras y precisas, de la cantidad de cooperativas que operan, ni del número de sus asociados, ni de las operaciones ni transacciones que diariamente realizan,  que el supervisor que lo rige no cuenta con los recursos financieros y humanos para supervisar más de 2,000 cooperativas que a mano alzada se pueden inferir que operan en el país y que representan en conjunto por la sumatoria de sus activos, alrededor del 10% del producto interno bruto, es decir, más de USD$ 11,400.00 millones de dólares.

Lo que ha pasado en la COOPERATIVA DE AHORRO Y CRÉDITO HERRERA (CoopHerrera), una entidad financiera con más de 12 mil millones de pesos en activos, y que ha sido recientemente intervenida por el Instituto de Desarrollo y Crédito Cooperativo (IDECOOP), revela la punta del icerberg de lo que pudiera estar pasando en muchas cooperativas en la República Dominicana.

Uno de los problemas más comunes que enfrentan las cooperativas es la deficiente gobernanza interna. La falta de liderazgo efectivo, la mala toma de decisiones y la falta de transparencia pueden llevar a la ineficiencia operativa y la disminución de la confianza entre los miembros y por tanto a la quiebra de estas.

La quiebra de una cooperativa puede atribuirse a una combinación de factores y no se puede señalar a una única entidad o persona como responsable absoluto.  La responsabilidad principal recae en la gestión de la cooperativa en sus directivos y administradores que tienen la tarea de tomar decisiones estratégicas, establecer políticas, garantizar la buena gestión financiera y operativa, y fomentar un ambiente propicio para el éxito de la cooperativa.  Si la administración falla en cumplir con estas responsabilidades, puede contribuir al colapso de la cooperativa.

La toma de decisiones inadecuadas, la falta de planificación estratégica, la falta de control financiero y la deficiente gestión de recursos pueden contribuir a su quiebra. Una mala gestión financiera como la falta de liquidez, la acumulación de deudas, la falta de acceso a financiamiento, y una rentabilidad insuficiente pueden llevar a una situación de insolvencia y cierre de la cooperativa.

Los conflictos entre los miembros de una cooperativa, como desacuerdos constantes, luchas de poder o falta de colaboración, pueden debilitar la cohesión interna y afectar negativamente la operatividad de la organización. Estos conflictos pueden llevar a una disminución de la eficiencia y productividad, y eventualmente a la quiebra.

Esta es la realidad de muchas cooperativas, lo cual debería empezar a preocupar a sus miembros, a su supervisor y al Congreso de la República, éste último responsable de actualizar y fortalecer el marco legislativo por las que se rigen actualmente las cooperativas, el cual data del año 1964, es decir casi 60 años.

Reconocemos los esfuerzos que se realizan desde el IDECOOP, sin embargo y por causas ajenas a su voluntad, este opera con muchas dificultades para supervisar de manera correcta a las cooperativas.

IDECOOP enfrentar limitaciones de recursos, tanto en términos de personal como de presupuesto. Esto puede dificultar la supervisión adecuada de las cooperativas, ya que el supervisor tiene una carga de trabajo excesiva y carece de los recursos necesarios para realizar visitas regulares de supervisión.

No tiene suficiente autonomía o autoridad para tomar decisiones y aplicar medidas correctivas, es posible que no pueda abordar eficazmente los problemas identificados durante la supervisión. Esto puede deberse a una estructura de gobernanza inadecuada o a limitaciones impuestas por la legislación, y la intervención de la política.

Reiteramos que Fondo Monetario Internacional le preocupa la supervisión de las cooperativas de ahorro y crédito porque busca promover la estabilidad financiera, proteger a los consumidores, prevenir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, y fomentar el cumplimiento de los estándares internacionales en el sector financiero. La supervisión adecuada es fundamental para abordar estos aspectos y garantizar la integridad y el buen funcionamiento de las cooperativas de ahorro y crédito abiertas al público.

Visto lo sucedido en CoopHerrera, es importante que se haga con la colaboración de la Superintendencia de Bancos o de algún organismo internacional del alta credibilidad y reputación un diagnóstico exhaustivo del sistema de las cooperativas en el país, en aras de determinar cuáles son financieramente viables y cuales pudieran cumplir con los estándares internacionales en materia de regulación y supervisión.

Desde esta Columna la Banca Dominicana por Dentro hemos estado abogando porque el Congreso de la República retome el ante proyecto de Ley elaborado por la Administración Monetaria y Financiera que busca robustecer el marco regulatorio y de supervisión de las cooperativas.

La Junta Monetaria ya hizo su trabajo en el 2018 de elaborar un proyecto robusto que protegería a cientos de miles de asociados de las cooperativas y preservaría la estabilidad financiera del país. Ahora le corresponde al Congreso de la República decidir si permitirá que en el futuro cercano más cooperativas quiebren o sean intervenidas, y si mantendrá un IDECOOP con las deficiencias que hemos señalados en este artículo.

La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram.