Ya es norma que cada vez que percibimos una sustancial alza en los commodities, inmediatamente reaccionamos con la clásica narrativa de que "los están elevados por culpa del especulador", pero sucede que no es así. La misma creencia se tuvo con el pico del petróleo en el año 2008, al alcanzar US$147 el barril, al igual en lo referente al gas natural en el verano del año pasado, al superar los US$9.50 MMbtu.
Así tenemos que gran parte de la sociedad, por no decir la mayoría, entiende que la especulación, o el especulador, es un agente negativo para la sociedad. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Lo primero que hay que entender es que toda forma de inversión es especulativa y que todos los seres humanos, diariamente, tomamos decisiones de cara a un futuro eventualmente desconocido, evidencia de que todos, de una u otra manera, actuamos de manera especulativa.
Así, en el caso particular de los mercados financieros y de commodities, afírmanos que son dinámicos y complejos, en las cuales participa una gran variedad de agentes económicos, incluyendo a los especuladores. Para los detractores, por desconocimiento o por aferrarse a una retórica sin fundamento, es importante entender que su presencia y actividad en estos mercados desempeña un papel importante en la formación de precios y en la gestión de riesgos para los demás participantes.
En términos generales, un especulador es un agente que busca obtener beneficios financieros al comprar y vender activos sin que necesariamente esté interesado en la posesión física o el uso real de los mismos. Ciertamente que los especuladores pueden operar en una gran variedad de mercados, como el mercado de acciones, el de divisas, materias primas y otros.
En vez de satanizar los pisos bursátiles y a los especuladores, usémoslos para nuestro beneficio
Tomemos como ejemplo el de la principal bolsa de comercio de futuros y opciones y opciones de materias primas en el mundo, ubicada en la ciudad de Nueva York, New York Mercantil Exchange (NYMEX). En la misma se realizan millones de negociaciones diarias de contratos de futuros de energía, metales y productos agrícolas. Estos contratos se utilizan para protegerse de las fluctuaciones de los precios. En el caso particular del petróleo, como ha hecho México en numerosas ocasiones, se protege contra la baja de los precios del crudo; igual pudiese un país importador cubriéndose del alza de este.
Es precisamente en la búsqueda de un comprador o vendedor donde la presencia de un especulador en los mercados financieros entra en juego, proporcionando liquides y profundidad al mercado, facilitando la entrada y salida de otros participantes y permitiendo que los precios reflejen mejor las condiciones actuales del mercado. Además, los especuladores pueden actuar como contrapartes para los inversores que buscan reducir o transferir riesgo de sus posiciones, lo que ser especialmente útil en mercados volátiles o con alta incertidumbre.
Los detractores del especulador plantean que su relación con el mercado físico subyacente, en el caso de los mercados de materias primas, por ejemplo, los especuladores pueden comprar y vender futuros de materias primas sin tener intención de tomar posesión física del producto. Ahora bien, esto puede ser una herramienta útil para los productores y los compradores que buscan reducir su exposición al riesgo de precios, como también puede generar distorsiones en los precios reales de las materias primas si los especuladores se vuelven demasiado dominantes en el mercado.
Aunque la preocupación es válida, pensamos que el especulador como tal, difícil pudiese manipular a su antojo un mercado de millones de transacciones diarias; esto, por no decir imposible. El mejor testamento de ello ha sido Marc Rich, el más grande intermediario de petróleo en la historia de los mercados bursátiles y nunca pudo manipular los precios a su antojo.
De manera muy sintomática, con el lanzamiento de la cotización del oro negro en el NYMEX, en año 1982, es de conocimiento que el sistema de precios duales de los fijos de la OPEP y el del mercado spot, se vieron sometidos a una presión creciente, reduciéndose el papel de los productores de petróleo en la fijación de los mismos. Desde entonces, la OPEP no ha podido manejar los precios a su antojo, es decir, la cotización en la bolsa ha reducido la manipulación de los precios por el cartel.
Diríamos que previo a la próxima alza de los precios de los commodities nos toque la puerta; en vez de satanizar los pisos bursátiles y a los especuladores, usémoslos para nuestro beneficio, pues ya en el 2022 nos agarró fuera de base a pesar de numerosas advertencias, costándonos más de US$ 600 millones de subsidios en combustibles. ¡El especulador pudiese ser nuestro aliado!