En la República Dominicana, como en otros países emergentes, la llamada “Revolución Digital” plantea un enorme desafío y, a la vez, supone una enorme posibilidad para lograr la inclusión de ciudadanos que no tienen acceso a los servicios financieros.

Así lo afirmó el ex presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán, quien señaló que “la revolución digital, la existencia del teléfono inteligente o smartphone, permite unas posibilidades de bancarización a unos costes tremendamente reducidos que son únicos”, al aminorar una serie de procesos para la incorporación de esos nuevos usuarios a los servicios financieros por esa vía.

Roldán adelantó algunos de los aspectos que abordará en la conferencia “El Futuro de la Banca es hoy: Perspectiva global y regional en una economía digital”, que pronunciará en el XXII Congreso Latinoamericano (CLAB), a realizarse en Cap Cana del 18 al 21 de septiembre y organizado por la Asociación de Bancos Múltiples de la República Dominicana (ABA) y la Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN).

Destacó que la tecnología actual, en la cual se porta “el ordenador en el bolsillo”, tiene unas posibilidades “absolutamente enormes en términos de llevar una vida productiva, cultural y personal más provechosa”, aunque advirtió que también existe el ciber riesgo, por lo cual hay que procurar entender mejor todo lo que implica esta realidad.

Fortaleza bancaria y flexibilidad a nivel de regulación

El experto español resaltó que la pandemia ha demostrado lo relevante de fortalecer las instituciones financieras y de también tener una regulación flexible, que pueda adaptarse a los requerimientos coyunturales y hacer frente a futuros imprevistos, manteniendo la seguridad en el sistema.

De hecho, ponderó positivamente que los bancos y los reguladores reaccionaron de una manera adecuada ante el panorama incierto que implicaba la pandemia, adoptando medidas fuera del manual habitual, experiencia que, según expresó, ha preparado a estos sectores para potenciales crisis a futuro.

“Lo primero que aprendimos es que es bueno tener más capital y más liquidez, porque nunca sabes a lo que vas a tener que hacer frente. La regulación no se diseñó para hacer frente a la covid-19, pero realmente ha sido muy conveniente tener esa mayor liquidez en los balances de los bancos para poder enfrentar ese tipo de imprevistos”, apuntó Roldán.

Coyuntura internacional

José María Roldán expresó que el sector bancario, a nivel global, afronta un panorama exigente que plantea retos inmediatos, caracterizado por shocks externos de la crisis económica internacional, así como por requerimientos y obligaciones de carácter normativo, de gobernanza y sostenibilidad que deben cumplir las instituciones financieras.

Estimó que, como consecuencia de la guerra Rusia- Ucrania, los bancos centrales se verán conminados a continuar la subida de tipos de interés con prudencia, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre. Consideró que estas medidas propiciarán “una vuelta a la normalidad financiera”, incentivando el ahorro y propiciando un coste de financiación razonable.