Los gobiernos de América Latina y el Caribe tendrán que adaptar los sistemas fiscales a los cambios estructurales que han surgido en la economía mundial y contribuir a la mitigación, adaptación y gestión de riesgos.

Así lo planteó el ministro de Hacienda, Jochi Vicente, al indicar que la actual situación de guerra en Europa ha hecho que algunos de los países que habían mostrado mayor compromiso con la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero hayan vuelto a recurrir a apuestas contaminantes, como el uso del carbón como fuente de energía.

Explicó que la invasión rusa a Ucrania, no solo ha empeorado el bienestar de la gente por problemas de desabastecimiento y encarecimiento, sino que los extraordinarios incrementos de precios han empujado a subsidiar o bajar impuestos a combustibles fósiles, lo que contraviene su naturaleza pigouviana (impuestos por daños ambientales) y el propósito de desalentar su consumo.

El funcionario, al hablar durante el lanzamiento de una plataforma regional de cambio climático, sostuvo que estos cambios que los gobiernos están obligados a empujar para depender menos de combustibles fósiles, acaban erosionando una de las fuentes principales de ingresos fiscales.

“En la República Dominicana, por ejemplo, cerca de una décima parte los ingresos tributarios el año pasado se derivaron de los hidrocarburos”, manifestó

Vicente indicó que los ministerios de Economía y Finanzas tienen la doble responsabilidad de, por un lado, diseñar y aplicar los instrumentos económicos que contribuyan a la mitigación del calentamiento, y por otro, adaptar los sistemas de ingresos y gastos públicos hacia esos propósitos.

“La transición energética global contribuirá a erosionar las fuentes de ingresos vinculadas al patrón de consumo tradicional, lo que implica que nuestros ministerios tienen que abordar también su planeación para esta transición en la recaudación, incluyendo el reforzamiento de los impuestos directos tradicionales sobre la renta y el patrimonio y la implementación de impuestos verdes”, sostuvo.

Manifestó que los sistemas tributarios tendrán que pasar a depender de manera más significativa de las nuevas actividades económicas que los cambios inducen, incluyendo el creciente comercio por Internet y el consumo de servicios a través de plataformas digitales.

Vulnerabilidad del país

El ministro de Hacienda recordó que el número de eventos que impactan a República Dominicana han crecido en el tiempo, pasando en promedio de un evento cada dos años en la década de 60, a uno anual en los años 90 y a 2.6 eventos por año en la década del 2000, disminuyendo levemente a cerca de 2 eventos por año en el decenio posterior al 2010.

Sostuvo que a pesar de esta leve disminución, la República Dominicana permanece consolidada como el segundo país del Caribe más vulnerable a los embates de eventos de origen meteorológico y sísmico, y se mantiene entre los países de mayor exposición al riesgo en el mundo.

"El hecho de que una quinta parte de la población viva en condiciones de pobreza, y la economía aún muestre una considerable dependencia del turismo de playa como fuente de generación de empleos y divisas, nos coloca aún más en situación de vulnerabilidad ante los fenómenos que puede desatar el cambio climático y la madre naturaleza", resaltó.