El Foro Económico Mundial (WEF) dio a conocer el reporte de los riesgos globales correspondiente al 2024, eventos o condiciones que, de ocurrir, impactarían negativamente una proporción significativa del producto interno bruto, la población o los recursos naturales a nivel mundial.
De acuerdo con el informe, los principales riesgos que podrían presentar una crisis a escala global son: el clima extremo, la desinformación generada por la inteligencia artificial, la polarización social y/o política, la crisis del costo de vida y los ataques cibernéticos.
La Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (GRPS), basado en la opinión de 1,490 expertos del mundo académico, empresarial, gubernamental, la comunidad internacional y la sociedad civil, sostiene que el clima extremo (66% de los encuestados) sería el principal riesgo a enfrentar en 2024.
Explica que se espera que el Niño, o la fase de calentamiento de la alternancia de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), se fortalezca y persista hasta mayo de este año. Esto podría seguir estableciendo nuevos récords en condiciones de calor (con olas de calor extremas), sequías, incendios forestales e inundaciones.
En cuanto a la desinformación generada por la IA (53%) y la polarización social y/o política (46%), sostiene que muchos países todavía luchan por recuperar años perdidos de progreso que surgieron de la pandemia de COVID-19, creando un terreno fértil para que la desinformación se afiance y polarice a comunidades, sociedades y países.
Asimismo, indica que la crisis del costo de vida (42%) y los ataques cibernéticos (39%) siguen siendo preocupaciones importantes sobre todo para los encuestados del gobierno y del sector privado, respectivamente.
En 2023 las crisis energética y alimentaria estaban entre los principales riesgos, sin embargo, para este año, menos de una quinta parte de los encuestados seleccionaron las cadenas de suministro de alimentos interrumpidas (18%) o las cadenas de suministro de energía (14%) como preocupaciones primordiales.
Riesgos en los próximos 2 años
En los próximos dos años, en 2026, las corrosivas vulnerabilidades socioeconómicas se amplificarán en el corto plazo, con preocupaciones inminentes sobre una desaceleración económica, riesgos resurgentes como un conflicto armado interestatal y otros que evolucionan como la desinformación y la información falsa.
El reporte indica que la desinformación puede perturbar radicalmente los procesos electorales en varias economías durante los próximos dos años.
“Una creciente desconfianza en la información, así como en los medios y los gobiernos como fuentes, profundizará las opiniones polarizadas, un círculo vicioso que podría desencadenar disturbios civiles y posiblemente confrontaciones”, sostiene
Plantea, además, que la polarización social es el tercer riesgo más grave a corto plazo y una preocupación constante en casi todos los grupos encuestados.
“Factores divisivos como la polarización política y las dificultades económicas están disminuyendo la confianza y el sentido de valores compartidos. La erosión de la cohesión social está dejando un amplio margen para que, a su vez, se propaguen riesgos nuevos y en evolución. La polarización social, junto con la recesión económica, se considera uno de los riesgos más centrales en la “red de riesgos” interconectada, con el mayor potencial para desencadenar otros riesgos y verse influenciados por ellos”, dice
El conflicto armado interestatal, los fenómenos meteorológicos extremos, la inseguridad cibernética, la migración involuntaria y la contaminación, completan las 10 principales preocupaciones según la percepción de riesgo de los encuestados hasta 2026.
El reporte del Foro Económico Mundial, concluye con el planteamiento de que el mundo está atravesando múltiples transformaciones estructurales de largo plazo: el auge de la inteligencia artificial, el cambio climático, un cambio en la distribución geopolítica del poder y transiciones demográficas.
Sostiene que los riesgos conocidos y los nuevos emergentes necesitan preparación y mitigación, y que las estrategias localizadas, los esfuerzos innovadores, las acciones colectivas y la coordinación transfronteriza desempeñan un papel importante para abordarlos.
“Las estrategias localizadas, que aprovechan la inversión y la regulación, son fundamentales para reducir el impacto de los riesgos globales, y tanto el sector público como el privado pueden desempeñar un papel clave para extender los beneficios a todos”, sostiene
Asimismo, plantea que la coordinación transfronteriza sigue siendo la única vía viable para afrontar los riesgos más críticos para la seguridad y la prosperidad humana.