República Dominicana brinda estabilidad política, paz social y presenta cada año crecimiento económico, tres pilares que ha edificado el progreso y la confianza del país durante las ultimas seis décadas. Pese a esto, el país enfrenta retos que se pueden convertir en oportunidades para el desarrollo y una economía de bienestar. Así lo explicó el presidente del Consejo Nacional de Empresas Privadas (Conep), Celso Juan Marranzini.

“Hay preguntas que hace semanas nos persiguen por todas partes. ¿Cuándo será la reforma? ¿De qué tamaño será la reforma? ¿Qué efectos traería consigo la reforma? Aunque no tenemos las repuestas a estas interrogantes, sí coincidimos en que el abordaje del tema fiscal no debe ser visto de manera segregada ni coyuntural. Debe ser objeto de un amplio proceso de consulta y discusión, que conduzca, como ha dicho el presidente Abinader, a la concertación integral de un gran pacto de nación”, explicó.

Ante esta situación, el Conep sugirió la construcción de un sistema tributario ágil y simple, que traiga consigo una progresividad en función de la capacidad contributiva de cada sector; la corrección de las distorsiones que sean un freno al desarrollo, que se desincentive la competencia desleal y el comercio ilícito, así como la informalidad, el fraude y la evasión fiscal.

Además, el fomento de mayor calidad, transparencia y eficiencia del gasto público. “Son urgentes las acciones necesarias para la eliminación de las pérdidas en las EDES del Estado, pero, además, lograr la consolidación de la deuda pública con un enfoque de sostenibilidad, y basada en la realidad de nuestras finanzas públicas”, señaló.

Resaltó que República Dominicana se enfrenta a un déficit de 5 % del producto interno bruto (PIB), que equivale a US$ 6,000 millones o RD$ 350,000 millones, que, medidos por la presión tributaria, “los ingresos del Estado son bajos”.

Además, citó al CIAT, que establece que por cada RD$ 1 que el Estado dominicano puede recaudar por concepto de impuesto de transferencias de bienes y servicios (Itbis), apenas recibe 34 centavos, y de los 66 restantes, 47 centavos no entran a las arcas públicas por evasión, contrabando e informalidad.

“El gobierno enfrenta limitaciones de recursos para poder construir las obras para el desarrollo y mejorar los servicios requeridos por la población, como la seguridad ciudadana, por ejemplo, mientras el gasto de capital se ha reducido 1 %, el corriente ha aumentado 3 % del PIB”, aclaró el ejecutivo.

El titular del Conep indicó que los subsidios por pérdidas en las EDES superan US$ 1,500 millones o alrededor de 1.5 % del PIB, es decir, “gran parte del déficit fiscal está explicado por los problemas del sector eléctrico”.

“Un parche fiscal sería un retroceso. Es por esto por lo que el enfoque de un posible Pacto Fiscal debe estar orientado a promover empleo, inversión y bienestar social, impulsando nuestro crecimiento y desarrollo”, aseguró.

Potencial de la región del Cibao

El presidente del Consejo Nacional de Empresas Privadas (Conep), Celso Juan Marranzini, indicó que el sector privado fomenta el desarrollo de República Dominicana, debido a la unión empresarial “pujante, solidario y comprometido con una economía al servicio de los dominicanos”.

“Somos conscientes de nuestra responsabilidad con la sociedad, teniendo en cuenta que nuestro aporte al país es decisivo y fundamental. Somos responsables del 85 % del crecimiento de la economía y del 89 % de las inversiones”, resaltó el ejecutivo durante la Décima Convención Empresarial, celebrada en Santiago.

Para Marranzini, el sector privado ha contribuido con el crecimiento del producto interno bruto (PIB) 5.2% en los últimos 50 años, convirtiéndose en el “motor” del progreso. “Desde nuestras empresas surgen las oportunidades de desarrollo para las familias dominicanas, la energía que necesitamos, los servicios financieros que respaldan los emprendimientos e, incluso, la comida que cosechamos y disfrutamos”, destacó.

El titular del Conep resaltó que el 35 % de la actividad económica nacional se origina en la región Norte, además del aporte del 40 % de los puestos laborales regulados y el 50 % de las operaciones de las zonas francas. A la vez, agregó, que el potencial económico del Cibao se refleja en los flujos de capitales que alcanzan US$ 1,000 millones cada año, citando el Banco Central (BCRD).

“Sin lugar a duda, estamos sobre tierras fértiles, gente muy laboriosa y un sector empresarial comprometido con el desarrollo de la región y de todo el país, porque el impacto económico del Cibao se ve y se siente en toda la geografía nacional”, expresó Marranzini.