Cada año ocurren 1.6 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en la región de las Américas, de las cuales alrededor de medio millón son menores de 70 años, lo cual se considera una muerte prematura y evitable.

Ante el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y no transmisibles, los países de la región de América Latina y el Caribe se enfrentan a aumentar su gasto de salud con relación al producto interno bruto (PIB).

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el gasto público en salud corresponde a un 3.8 % del PIB, lejos del 6 % del PIB recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En el caso de Quisqueya, el Seguro Nacional de Salud (SeNaSa) autorizó RD$ 674.8 millones a pacientes con diagnóstico de hipertensión arterial por 1,654,910 servicios prestados a la población usuaria de 323,593, al cierre del 2019.

La población de 55 a 59 años representan un grupo de 37,194 asegurados, seguidos de los de 65 a 69 años con 36,603, y desde 60 hasta 64 años son 36,056 pacientes. Si bien este grupo representa el 33.9 % de los 323,593 usuarios, esta patología también incide en los jóvenes. Los datos indican que 2,174 adolescente de 15 a 19 años; 5,199 jóvenes de 20 a 24 años y 9,146 adultos de 25 a 29 años tienen HTA.

Según el Plan nacional de prevención y control de las enfermedades no transmisibles (2019-2024), encontró que un 31 % (30.8 %) de dominicanos mayores de 18 años padecen HTA; siendo la prevalencia mayor en mujeres (32 %) que en los hombres (29.7 %).

La doctora Clara Inés Saldarriaga indicó que las enfermedades cardiovasculares se relaciona con la diabetes y la obesidad, patologías que agravan la vida del paciente. Agregó que el 80 % de los casos es prevenible, pero el 20 % de los pacientes pueden desarrollar la enfermedad mediante a la exposición de sustancias tóxicas como el alcohol o las drogas.

Resaltó que en el 80 % de los casos se relaciona con enfermedades previas como la hipertensión mal controlada, la diabetes y la obesidad. Las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a 41 millones de personas cada año, lo que equivale al 71 % de las muertes que se producen en el mundo. En las Américas, son 5.5 millones las muertes por ENT cada año.

“Las enfermedades del corazón son progresivas y si no se tratan adecuadamente es mortal, o sea, dependerá de qué tan pronto se diagnostica y el acceso a tratamientos y el cambio de estilo a uno más saludable”, expresó.

En República Dominicana, el 31 % de la población padece hipertensión arterial (HTA) y de este, un 60 % lleva tratamiento médico, cifra que para la cardióloga Saldarriaga se debe a que los pacientes en condiciones de vulnerabilidad deben “decidir entre los alimentos del día a día para su sobrevivencia o pagar un medicamento”.

“El costo del tratamiento es un reto para los médicos y los gobiernos, porque estos pacientes tienen que tomar varios medicamentos y no siempre están cubiertos por el sistema de salud, a veces, en países como los nuestros se tiene que elegir entre comprar el medicamento o comer”, aseguró.

El Servicio Nacional de Salud (SNS) registró 191,446 consultas en la especialidad de cardiología, mientras que 38,939 fueron cirugías cardiovasculares, ambos procedimientos ascendieron a 230,385, para representar apenas el 3.4 % de las 6,627,162 en 2023.

La Oficina Nacional de Estadística (ONE) establece que los hogares dominicanos gastan en promedio RD$ 2,596 en bienes y servicios de salud. En la región urbana el egreso ascenderá a RD$ 2,707.8 y disminuye RD$ 453, en el caso de las rurales (RD$ 2,116).

De los RD$ 2,596, el 47.5 % del egreso se destina a la compra de productos, artefactos y equipos médicos; el 30.96 % al pago de servicios médicos y 21.55 % a servicios de hospitales.

Para la doctora Clara Inés Saldarriaga, la región debe abordar los retos del acceso a exámenes, análisis y consultas de prevención. “Creo que los sistemas de salud también deberían invertir en el acceso en medicina preventiva, para evitar el desarrollo de enfermedades progresivas y silenciosas”, explicó.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la medicina preventiva busca evitar la aparición de enfermedades, retrasar su progreso y reducir su impacto, a través de la promoción de hábitos saludables, la detección temprana y el tratamiento oportuno de enfermedades.