La zona fronteriza es un área llena de oportunidades, pero a la vez, es una zona donde abundan las  precariedades y pobreza. De siete provincias que la conforman, cuatro de estas tienen el índice de desarrollo humano más bajo de la República Dominicana.

Estas son Elías Piña, Pedernales, Independencia y Bahoruco, que tienen la casualidad de encontrarse geográficamente en la frontera centro y sur, zona a la cual no le va tan bien en términos de desarrollo como lo tiene la frontera norte.

Erick Dorrejo, director de políticas de desarrollo para la zona fronteriza, expresó que para hablar de crear oportunidades para la frontera, se tienen que enfocar la visión en mejorar el índice de desarrollo humano de la zona.

Al participar en un panel realizado en Barna Management School para destacar el valor compartido que ha creado la empresa Codevi en la frontera, Dorrejo señaló que el primer reto que se vislumbra en esas provincias es la necesidad de aumentar el número de industrias que hay en la zona, pues allí sólo se encuentra el 1.6 % de las empresas del país.

Dijo que en la ley 28-01, que crea la Zona Especial de Desarrollo Fronterizo y que incentiva una serie de elementos atractivos para cualquier empresa localizada en la frontera, solamente se acogieron 82 empresas en 22 años para recibir incentivos y estas generaron 8,800 empleos directos, es decir, 400 empleos por año.

El problema no es solamente el número de empresas que allí se localizan. También está el hecho de que estas son muy pequeñas. El 98.6 % de estas son mipymes, apenas existen 24 empresas que tienen más de 151 empleados.

Dorrejo puntualizó que en la zona también se necesita diversificar los sectores productivos. En la actualidad predominan sectores de baja productividad: cuatro de cada cinco empleos son de agropecuaria y comercio, fundamentalmente minoristas.

Es decir, las actividades de menor valor agregado a la economía dominicana se encuentran en la frontera.

Las zonas francas son uno de los sectores que mayor potencial tiene para desarrollarse en las provincias de la frontera. En la actualidad, en la zona fronteriza solo hay tres de estas, dos en Montecristi y una en Pedernales.

“En el caso de Pedernales ninguna empresa se pudo acoger a la Ley 28-01 y apenas DM Group, que es una zona franca, es la única empresa que se encuentra allí”, señaló Dorrejo.

Otros retos y precariedades

Otro factor determinante para lograr aumentar el índice de desarrollo humano en la frontera es eliminar la informalidad de los empleos, pues a diferencia del dato de que a nivel nacional existe un 54 % de informalidad, en la zona fronteriza existe un 66 %.

A esto se le suma la falta de acceso a los servicios públicos. El 63 % de la zona no tiene acceso a agua potable con relación al 46 % nacional, el 10 % no tiene acceso a la energía eléctrica con relación al 2 % a nivel nacional y todavía un 26 % cocina con leña o carbón.

A ese grupo se le agrega la falta de conectividad vial, es decir, la falta de carreteras que comuniquen una provincia de la otra o incluso el centro de la provincia con el sur de la misma, como es el caso de Elías Piña.

“Hay mucha precariedad en términos de acceso a los servicios básicos. Hay pocas carreteras internas y la mayoría son de mala calidad”, lamentó.

En definitiva, la zona fronteriza tiene potencialidades pero a la vez necesita avanzar y para ello el experto enfatizó que hay que priorizar y adelantar las obras importantes que impulsarán el desarrollo de esas comunidades, destacando el esperado puerto de Manzanillo, el acceso de del agua potable, llevar la cobertura de telefonía móvil y proveer acceso a otros servicios básicos.