La materia prima más alcista de este año sigue batiendo récords. El precio del cacao está liderando las subidas con US$ 10,000 la tonelada por primera vez en la historia.

Este rally meteórico tiene su origen en las malas perspectivas para las cosechas en Costa de Marfil y Ghana, dos países responsables del 60% de la oferta mundial de cacao, y las perspectivas no son nada positivas para el futuro.

Sólo en marzo, los futuros sobre el precio del cacao se han encarecido un 50%. La mala cosecha en África Occidental sigue sin dar tregua, con las plantaciones en Costa de Marfil y Ghana, que suponen más del 55% de la oferta mundial, sufriendo las condiciones climatológicas adversas para la cosecha, además de una enfermedad que está deteriorando la producción del grano.

Con una subida de precio anual que ya supera el 135%, el cacao lidera el ránking de las materias primas que más se encarecen del planeta, y con mucha diferencia: tras ella se mantiene la gasolina, con una subida de más del 30% desde el primer día del ejercicio.

El aumento de precios del cacao se está dejando sentir en el principal alimento que lo utiliza como materia prima: el chocolate. La analista de Bloomberg, Diana Gomes, avisa de que "los precios del chocolate van a ser todavía más caros en la Pascua de 2025, si el clima y las enfermedades de las plantas prolongan el déficit de producción", algo que, para muchos analistas, es probable que continúe ocurriendo.

Las subidas han sido tan agresivas que han llevado al cacao a superar el precio del cobre por primera vez desde 2003. Entonces, una enorme sobreoferta de cobre hundió los precios del metal hasta caer por debajo de los del cacao, pero ahora la situación está siendo la opuesta: si a principios de año la tonelada de cobre era el doble de cara que la del cacao, ahora ya cuesta más el grano que el metal.

Los mercados están pendientes de ver cómo será la cosecha de cacao de mitad de año, y las perspectivas, según ha anunciado Costa de Marfil, no son positivas.

El rally que está viviendo el cacao en el corto plazo está siendo impulsado por los compradores físicos de la materia prima, y no tanto por los especuladores, ya que el número de contratos en vigor sobre el futuro de la materia prima no ha parado de caer desde enero.