El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este miércoles con una subida del 1,58 %, hasta los 113,53 dólares el barril, continuando la racha ascendente de las últimas jornadas por las continuas tensiones entre la oferta y la demanda, que están eclipsando los temores a una posible recesión.
A las 09.01 hora local de Nueva York (13.01 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en agosto sumaban 1,77 dólares con respecto al cierre de la sesión anterior.
Los inversores siguen apostando por el petróleo tras la nueva relajación de las restricciones propiciada por las autoridades chinas frente a la COVID, después de que remitieran los contagios, lo que se interpreta como un futuro impulso de la demanda.
Un impulso que incide en el precario equilibrio entre la demanda y la oferta propiciado por la guerra de Ucrania y la política de los países de la OPEP, que se reúnen hoy y mañana, de aumentar progresivamente su producción de crudo.
Las tensiones políticas que han forzado el bloqueo de pozos en Libia y que en Ecuador han desembocado en la reducción de la producción también son factores que están sumando para impulsar el precio del oro negro.
Ayer, además, el Instituto Estadounidense del Petróleo (API, por sus siglas en inglés) adelantó que los inventarios de petróleo en Estados Unidos cayeron en 3,8 millones de barriles en la semana pasada. Hoy, se espera que el Departamento para la Información de la Energía ofrezca los datos oficiales.
La preocupación a que la inflación no vaya a remitir, al menos en algunas partes de Europa, después de que se conociera que en España se disparó en junio hasta el 10,2 %, frente al 8,7 % de mayo, no parece que esté afectando, al menos de momento, al ánimo de los inversores.