El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este viernes con una subida del 2,78 %, situándose en los 89,02 dólares el barril. Pero, pese a este cambio de rumbo, el crudo va en camino de registrar pérdidas en su cierre semanal debido al miedo de que las restricciones de la COVID-19 en China y el débil crecimiento mundial afecten la demanda.

A las 09.00 hora local de Nueva York (13.00 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en octubre restaban 2,41 dólares con respecto al cierre de la sesión anterior.

Los precios del petróleo subieron hoy debido a las posibilidades de que la OPEP+ discuta los recortes de producción en su reunión del 5 de septiembre.

La OPEP+ recortó esta semana su perspectiva de la demanda, pronosticando ahora que la demanda se retrasará en la oferta en 400.000 barriles por día en 2022.

Los inversores están preocupados por el impacto de las últimas restricciones de COVID-19 en China. Ayer, la ciudad de Chengdu de más de 21 millones de habitantes se volvió a confinar, afectando, entre otros, a fabricantes como Volvo.

Además, esta semana se anunció que la actividad de las fábricas chinas en agosto se contrajo por primera vez en tres meses.

Por otra parte, la inflación está cerca del territorio de dos dígitos en muchas de las economías más grandes del mundo, por lo que muchos bancos centrales están recurriendo a aumentos más agresivos de las tasas de interés, lo que podría traducirse en una desaceleración generalizada y afectar a la demanda de combustible.