El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con una bajada del 0,87 %, hasta 88,19 dólares el barril, tras un fortalecimiento del dólar, el aumento de los casos de COVID en China y el pronóstico a la baja de la OPEP sobre el consumo de crudo.
A las 9.00 hora de Nueva York (14.00 GMT), los contratos de futuros del WTI para entrega en diciembre restaban 0,77 dólares con respecto al cierre del día anterior.
El crudo de referencia en Estados Unidos arrancaba la semana a la baja, después del pico del viernes cuando cerró con subida de un 2,95 % en reacción al anuncio de China de que relaja algunas de sus medidas para combatir la COVID-19, lo que se espera que haga aumentar la demanda de crudo.
Sin embargo, el aumento de los contagios de COVID-19 anunciados por las autoridades parece haber preocupado a los inversores.
La Comisión Nacional de Sanidad de China notificó este lunes la detección de 1.794 nuevos positivos del coronavirus SARS-CoV-2 en la víspera, 1.747 de ellos por contagio local en lugares como Cantón (sureste, 707), Pekín (237), Henan (centro, 225) o Chongqing (centro, 150) .
Hoy también, los países productores de petróleos de la OPEP, han revisado a la baja, en 200.000 barriles diarios, su pronóstico sobre el consumo mundial de crudo hasta fines de 2023 por los problemas económicos causados por la invasión rusa de Ucrania y los confinamientos por la covid-19 en China.
En su informe mensual, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estima que la demanda de "oro negro" será de media este año 99,57 millones de barriles diarios (mbd), un 2,43 % más que el año pasado, pero 100.000 barriles diarios (bd) menos que lo calculado hace un mes.
Sin embargo, los expertos de la OPEP han mantenido sin cambios el crecimiento de la economía mundial para 2022 y 2023, del 2,7 % y 2,5 % respectivamente, en el que basa sus estimaciones, aunque advierte de un alto grado de "incertidumbre".
El dólar, principal moneda de intercambio del crudo, también ha vuelto a subir esta mañana tras la caída sufrida la semana pasada tras los últimos datos de la inflación, que se situó en octubre en un 7,7 % tras cuatro meses a la baja.
La semana pasada China, el mayor consumidor de petróleo del mundo, anunció la relajación de sus políticas contra la COVID-19, entre otras cosas con una reducción de las cuarentenas para contactos de infectados y para viajeros que llegan al país, el petróleo se disparó el viernes.
Pekín también anunció el viernes la revocación del mecanismo de sanciones a aerolíneas, según el cual la detección de casos de COVID entre los pasajeros a su llegada a China provocaba la cancelación de la ruta durante semanas, política que mermó notablemente los vuelos hacia el gigante asiático.