Por lo regular se tiene la idea, errada por cierto, de que los grandes inversionistas en las distintas bolsas de valores han maximizado sus ganancias con la inversión directa en acciones, futuros o instrumentos de deudas, mejor conocidos como “outright position”. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues es todo lo contrario, ya que los grandes íconos del mercado bursátil, a través de la historia, tales como Benjamin Graham, William Gann, Warrent Buffet y George Soros han maximizado sus dividendos asumiendo operaciones spread o, como se llama comúnmente, en el idioma inglés, “spread trading”.
Dentro de las operaciones spreads tenemos la compra de un activo y al mismo tiempo la venta de otro (short selling) con la finalidad del inversionista beneficiarse del diferencial entre ambos instrumentos financieros, que casi siempre poseen cierta correlación, o algún común denominador que afecta las fluctuaciones de sus precios. Las operaciones spreads igualmente se pueden hacer entre contratos futuros con diferentes fechas de vencimientos o entregas.
Un ejemplo muy ilustrativo de lo dicho anteriormente es el diferencial de los bonos de 10 años y los bonos de 2 años; al mismo se le conoce como el “near-term forward spread”. Algo muy peculiar en este diferencial, es que primero ha servido como indicador, anticipando una recesión en la economía estadounidense, pero que simultáneamente mantiene una correlación entre el riesgo a largo y el a corto plazo.
Los grandes inversionistas, como los citados previamente, utilizan los spreads por dos únicas razones: primero, bajan sus riesgos, y segundo, les proporciona una tendencia mucho más acentuada, disminuyendo en sus posiciones la volatilidad de los mercados.
Tal como señalábamos, existen otros tipos de diferenciales o “spreads” que son utilizados de manera muy activa en el día a día, como el diferencial de bonos, diferencial en la entrega a futuro de algún “commodity”, diferencial entre divisas, y en otros casos de una manera más creativa, el diferencial entre distintos tipos de futuros.
Uno de los diferenciales más populares y conocidos en el mundo bursátil es el crack spread 3:2:1, que no es más que el diferencial entre el costo de 3 contratos de barriles de petróleo y 2 de gasolina y gasoil, con el propósito de reflejar y aprovechar el potencial de los márgenes de ganancias de las refinerías. Otros utilizados con igual frecuencia son los diferenciales de materia prima con diferentes fechas de entrega, aprovechando el fenómeno de contango o backwardation.
Dentro del mismo contexto, tradicionalmente los inversionistas típicamente buscan instrumentos que reflejen el desempleo y la inflación, los cuales históricamente establecen una relación inversa. De hecho, “el mandato dual” de la Reserva Federal de los EE. UU., por décadas se ha apegado a la famosa curva de Phillips, que parte de la idea de que la mejora de la demanda agregada se traduce en un mayor crecimiento económico, y como consecuencia a su vez. en la creación de nuevos puestos de trabajo. Es así como queda establecida una relación inversa entre inflación y desempleo.
No obstante, en los últimos dos años, esta relación inflación/desempleo más bien se ha convertido en una desconexión, en parte tal vez por las inusuales circunstancias originadas en la pandemia, provocando la ruptura de la cadena de suministros, y al igual que la invasión rusa a Ucrania, poniendo presión a los precios de los hidrocarburos.
Dada esas desconexiones, aún existe un gran número de economistas y reputados analistas que insisten en tratar de mitigar las presiones inflacionarias con medidas tradicionales a un problema poco usual. Veamos, el prestigioso economista y ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Larry Summers, opina que el desempleo en estos momentos se encuentra en 3.5% en los EE. UU., pero que tiene que subir a 4.9%, a fin de aplacar la inflación actual.
Con todo el respeto que se merece Summers por su talento y brillante trayectoria, nos preguntamos ¿qué tanto se puede contribuir a la política monetaria de cualquier Banco Central en el mundo, cuando su mismo titular admite que es poco lo que ellos pueden hacer para mitigar los precios de energía, que son el principal catalizador de la inflación? Más bien pensamos que vivimos en uno de esos momentos de desafíos inusuales, que, al asumir con métodos tradicionales, tendremos resultados inusuales.