A octubre del 2024, el total de las captaciones en los bancos múltiples asciende a RD$2,520,368 millones, distribuidos en diversas categorías como cuentas activas, que representan RD$2,403,283 millones, fondos embargados por un total de RD$32,511 millones, y cuentas de clientes fallecidos que acumulan RD$8,566 millones. También se destacan los montos afectados en garantía, los cuales suman RD$67,310 millones, mientras que las cuentas inactivas de 3 a 10 años ascienden a RD$8,243 millones. Finalmente, las cuentas abandonadas por más de 10 años alcanzan un total de RD$453 millones, lo que evidencia la necesidad de estrategias de recuperación y optimización de estos recursos en el sistema bancario.
El sistema bancario dominicano gestiona un total de 8,887,314 instrumentos financieros, distribuidos en diversas categorías que reflejan tanto actividad operativa como recursos inmovilizados. De este total, 7,899,023 corresponden a cuentas activas, lo que representa la mayoría de los instrumentos y un indicador del dinamismo financiero en el país. Sin embargo, existen otros segmentos que plantean retos significativos para las entidades bancarias: 120,907 cuentas abandonadas, 503,569 cuentas inactivas entre 3 y 10 años, 182,782 cuentas con fondos embargados, y 110,353 cuentas asociadas a personas fallecidas.
Estos datos destacan la importancia de adoptar estrategias para gestionar eficientemente los recursos inmovilizados. Las cuentas abandonadas y las inactivas representan un potencial económico no aprovechado, mientras que los fondos embargados y las cuentas de personas fallecidas reflejan la necesidad de mejoras en los procesos legales y administrativos. Este panorama subraya la urgencia de implementar medidas proactivas que permitan optimizar estos recursos y generar mayor valor tanto para los clientes como para el sistema financiero en general.
Para los clientes, el principal problema radica en el desconocimiento o la falta de acceso a estos recursos. Muchas personas ignoran la existencia de cuentas olvidadas o de clientes fallecidos, los procedimientos necesarios para reclamar fondos embargados, lo que puede derivar en frustración y pérdida de dinero. Por otro lado, el tiempo prolongado de los trámites judiciales relacionados con los embargos complica aún más la recuperación de estos recursos. A esto se suma el impacto económico de la inflación, que disminuye el poder adquisitivo del dinero inmovilizado en cuentas inactivas, erosionando aún más el valor de los ahorros de los clientes.
Los bancos también enfrentan desafíos importantes. La gestión de cuentas de personas fallecidas, abandonadas, inactivas y fondos embargados representa una carga administrativa significativa que incrementa los costos operativos. Además, estos recursos inmovilizados reducen la capacidad de las entidades financieras para utilizarlos en actividades más productivas, como la concesión de préstamos o la inversión en instrumentos que impulsen el crecimiento económico. Por otro lado, la administración efectiva de estos recursos es crucial para mantener una relación sólida con los clientes, ya que una gestión proactiva y transparente fortalece la percepción de eficiencia y compromiso por parte de las instituciones bancarias.
La Superintendencia de Bancos, como organismo supervisor, juega un papel crucial en la solución de este problema. Una de las acciones más efectivas es continuar promoviendo el registro por los clientes de los bancos en el APP de Prousuario Digital para consultar si tienen cuentas olvidadas en cualquier institución financiera del país, además debería facilitar el proceso donde los familiares de personas fallecidas pueden consultar y el procedimiento para reclamar esos recursos.
La Superintendencia podría emitir normativas que instruya a los bancos a notificar periódicamente a los clientes sobre el estado de sus cuentas, especialmente aquellas que se acercan al límite para ser declaradas inactivas o abandonadas.
Sería altamente beneficioso que la Superintendencia de Bancos impulse, ante el Congreso de la República, la creación de una ley que modernice y fortalezca el marco legal para los embargos de cuentas bancarias. Esta legislación debería incluir disposiciones que establezcan plazos más cortos y claros para la liberación de fondos embargados, garantizando al mismo tiempo el respeto de los procesos judiciales y los derechos de todas las partes involucradas. Al optimizar los tiempos y procedimientos, esta iniciativa no solo aliviaría las cargas administrativas y financieras, sino que también contribuiría a agilizar el acceso de los ciudadanos a sus recursos, fomentando un sistema bancario más eficiente y equitativo.
La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram.