América Latina ha sufrido las consecuencias económicas que han traído diversas situaciones mundiales. En el 2022 la inflación sigue en aumento y se espera que cierre en 8,2%, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), que representa el 99% de las empresas formales de la región, han sido las más afectadas ante la situación. La incertidumbre, la confianza del consumidor ante el alza de precios (en República Dominicana, la inflación está en 9,43% según cifras del Banco Central ) y la volatilidad del dólar, puede hacer que estas tomen decisiones que no les ayuden a entender las obligaciones que se tienen con colaboradores, proveedores, regulaciones y entidades bancarias.

De acuerdo con la plataforma de contabilidad, administración y facturación electrónica Alegra.com, ante esta situación el flujo de caja toma relevancia.

¿Qué es un flujo de caja?

El flujo de caja es un indicador de liquidez el cual representa las entradas y salidas de dinero efectivas que se dan en una empresa. No todas las ventas representan una entrada de dinero y no todos los gastos representan una salida.

Para poder saber que efectivo corresponde al flujo de caja, se deben identificar a qué tipo pertenecen.  Existen tres tipos según la Enciclopedia Económica:

Flujo de caja operativo: Contiene los flujos que entran y salen de la empresa por concepto de sus operaciones o actividad comercial. En este flujo se encuentran los ingresos por ventas y los gastos por pago a proveedores.

Flujo de caja de inversión: Son los ingresos y egresos que tiene la compañía de acuerdo a las inversiones que tenga. En este se reflejan los cobros que se tienen por activos no corrientes, así como los pagos que deben hacer. Se entiende también como el dinero que ha ingresado y egresado por concepto de una inversión.

Flujo de caja financiero: Este contiene la cantidad de efectivo que ha ingresado por concepto de emisión de acciones o deuda y los egresos que se han tenido que realizar por concepto de pago de dividendos a los accionistas.

En el flujo de caja no se analizan las ganancias o pérdidas, sino el saldo de la empresa, información que se utiliza para la toma de decisiones.

Daniel Aterhortúa, CFO de Alegra.com, recomienda cómo mantener el flujo de caja ante la situación actual de inflación:

1- Analizar la situación de cada empresa​

​Lo primero que se debe hacer es un análisis de la situación actual de cada empresa, un llamado a la calma antes de entrar a decisiones que pongan en riesgo el negocio, como la de terminación de contratos o cambio de insumos de menor calidad.

2- Plantear escenarios y soluciones posibles​

​Después del análisis, lo ideal es el planteamiento de escenarios y soluciones posibles, porque mantener el flujo de caja ayudará a disminuir la incertidumbre y proyectarse ante cualquier situación posible. Se pueden tener las siguientes alternativas:

Disminuir la inversión o redirigir esfuerzos de promoción. Revalorar cómo se puede llegar a los potenciales y actuales clientes reduciendo el costo de difusión.

Disminuir las cantidades a producir para evitar caer en excesos de inventario y así controlar los costos variables.

Reducir costos y gastos no necesarios para la operación de la empresa.​ ​​

3- Tener presente los gastos prioritarios

​Toda empresa tiene gastos prioritarios que son necesarios para que la operación no se vea afectada. Entre esos gastos están: salarios de colaboradores, pago a proveedores, seguridad social e impuestos. De acuerdo con el análisis y las situaciones que se vayan presentando se puede entrar a negociar con cada uno de los casos. En el caso de los colaboradores, se debe recordar que son fundamentales para la operación del negocio, así como la buena relación con los proveedores.

4- Implementar una cultura de caja en la empresa.

​​Si ya se ha analizado la situación, planteado los escenarios posibles y priorizado los gastos se va por muy buen camino para la construcción de una cultura de caja deseada, pero también se debe lograr que los días de cuentas por cobrar sean menores a los días de cuentas por pagar, así como fortalecer la relación con los bancos para seguir buscando alternativas para alivianar el flujo de caja.