Los fraudes internos en los bancos se refieren a las prácticas fraudulentas realizadas por empleados o colaboradores internos de la entidad bancaria con el objetivo de obtener beneficios personales ilegítimos o causar daño a la institución financiera. Estos fraudes se llevan a cabo utilizando el acceso privilegiado que tienen los empleados a los sistemas, información confidencial y procesos internos del banco.

Los fraudes internos en los bancos representan una amenaza significativa para la integridad y la reputación de las entidades de intermediación financiera, así como para los clientes y el sistema financiero en general.

Existen varias modalidades de fraudes internos que pueden afectar a las entidades bancarias, las más comunes son:

Manipulación de registros contables: Este tipo de fraude implica la alteración de los registros contables de la entidad bancaria. Los empleados o colaboradores internos pueden manipular los registros para ocultar transacciones ilícitas, desviar fondos o encubrir actividades fraudulentas.

Malversación de fondos: En este tipo de fraude, los empleados desvían fondos de la entidad bancaria para beneficio personal. Pueden hacerlo de diferentes formas, como desviando dinero de cuentas de clientes, falsificando cheques o realizando transferencias no autorizadas.

Fraude en préstamos y créditos: Los empleados pueden aprovechar su posición en el banco para otorgar préstamos o créditos fraudulentos a personas que no cumplen con los requisitos o que no existen. También pueden modificar las condiciones de los préstamos para obtener beneficios personales.

Acceso no autorizado a sistemas y datos: Los empleados pueden utilizar su acceso privilegiado a los sistemas informáticos de la entidad bancaria para acceder a información confidencial, como datos personales de los clientes o números de tarjetas de crédito. Esta información puede ser utilizada para cometer fraudes financieros.

Colusión con clientes o terceros: Algunos empleados pueden colaborar con clientes o terceros externos para cometer fraudes. Pueden proporcionar información confidencial, facilitar transacciones fraudulentas o participar en esquemas de lavado de dinero.

Falsificación de documentos: Los empleados pueden falsificar documentos bancarios, como cheques, transferencias o contratos, para realizar transacciones fraudulentas o para ocultar actividades ilícitas.

Uso indebido de información privilegiada: Los empleados utilizan información confidencial a la que tienen acceso, como datos personales de los clientes o información financiera, para obtener ganancias personales o proporcionar ventajas indebidas a terceros.

Llama la atención las estadísticas disponibles en el portal web de la Superintendencia de Bancos, que a pesar de que las pérdidas brutas según tipo de evento por riesgo operacional muestran una tendencia creciente en los últimos cinco años, los valores que corresponden a fraudes internos son pocos significativos o casi irrelevantes.

En ese sentido, existen varias razones por las cuales los bancos pueden optar por no reportar los fraudes internos a los órganos reguladores o supervisores, entre las que podemos citar:

Protección de la reputación: Los bancos temen que la divulgación de casos de fraude interno pueda dañar su reputación y generar desconfianza entre los clientes y el público en general. Prefieren manejar los casos internamente para evitar una publicidad negativa y proteger su imagen.

Riesgo de pérdida de clientes: Si se informa sobre un fraude interno, los clientes pueden perder confianza en el banco y optar por llevar sus cuentas y negocios a otras entidades bancarias. Para evitar la fuga de clientes, los bancos pueden optar por resolver el problema internamente sin involucrar a los órganos reguladores.

Costos legales y financieros: El proceso de investigación y reporte de un fraude interno puede ser costoso en términos de recursos financieros y tiempo. Los bancos pueden optar por no reportar los casos para evitar los costos asociados con la investigación, los litigios y las sanciones potenciales.

Protección de la confidencialidad: Algunos bancos pueden considerar que la divulgación de información sobre los fraudes internos podría poner en riesgo la confidencialidad de los datos de sus clientes u otros aspectos sensibles de su negocio. Optan por abordar los casos internamente para evitar la exposición innecesaria de información confidencial.

Sin embargo, es importante destacar que existen regulaciones y requerimientos normativos que obligan a las entidades bancarias a informar sobre los casos de fraude interno a los órganos reguladores y autoridades competentes, y los bancos están sujetos a sanciones si no cumplen con estas obligaciones de reporte.

Finalmente, es importante destacar que las entidades bancarias implementan medidas de seguridad y controles internos para prevenir y detectar estos tipos de fraudes internos. Estos incluyen políticas de cumplimiento, capacitación, supervisión y auditoría interna, así como el uso de tecnología y sistemas de monitoreo avanzados.

Además, trabajan en colaboración con las autoridades reguladoras y de cumplimiento para investigar y tomar acciones legales contra los responsables de estos delitos. Sin embargo, es necesario mantener una vigilancia constante y estar actualizado sobre las nuevas modalidades de fraude que puedan surgir.

Cabe señalar que ninguna medida de seguridad es completamente infalible, pero la implementación de controles adecuados y la promoción de una cultura ética y de cumplimiento pueden ayudar a minimizar los riesgos de fraude interno en los bancos.

La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram.