El comercio ilícito de medicamentos falsificados, contrabandeados, adulterados y reetiquetados en República Dominicana continúa siendo uno de los "mayores dolores del país", afectando la salud de las personas que los consumen e impactando negativamente el desarrollo económico.

Así lo consideró la Asociación de Representantes, Agentes y Productores Farmacéuticos (ARAPF), tras indicar que a pesar de que las autoridades, durante los últimos años, han realizado arduas labores con miras a reducir esta actividad,  todavía presenta "oportunidades de mejora".

En un comunicado, la Asociación dijo que de acuerdo con datos suministrados por la Procuraduría Especializada de Crímenes y Delitos contra la Salud (Pedecsa), en los últimos 20 años, se han realizado alrededor de 300 operativos donde se incautaron medicamentos y aparatos o dispositivos médicos de dudosa procedencia, con un valor aproximado de RD$ 1,700 millones.

"Es una muestra de que todavía existe amplia demanda para el comercio ilícito de medicamentos, por lo que se necesitan acciones adicionales de cara a concientizar al consumidor respecto a los daños", afirmó.

ARAPF dijo que busca ampliar la conversación con las autoridades sobre el impacto negativo que podría tener el consumo de este tipo de medicamentos para la salud.

Indicó que en momentos sensibles para la economía mundial y nacional, el comercio ilícito de productos, incluyendo la industria farmacéutica, es un cáncer para el desarrollo del país.

Según datos del Ministerio de Industria y Comercio, la República Dominicana deja de percibir alrededor de US$ 50 millones al año por prácticas como el contrabando, falsificación, adulteración de productos y evasión fiscal.

Instó a las autoridades a mantener una alianza público-privada colaborativa donde ambos sectores unan fuerzas para reducir el comercio ilícito de medicamentos.