La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que el 75 % de los suelos en América Latina y el Caribe presentan problemas de degradación. Esta degradación se traduce en pérdidas que podrían ascender a US$ 60,000 millones anuales.
“Los suelos son el mayor filtro de agua de la Tierra, contienen más carbono que toda la vegetación del planeta junta y albergan una enorme diversidad de organismos cruciales, como las bacterias y los hongos, que desempeñan un papel vital en la descomposición de la materia orgánica, al liberar nutrientes que son esenciales para el crecimiento de las plantas”, explica Ana Posas, oficial de Agricultura de la FAO.
Según datos de la FAO, los suelos de América Latina y el Caribe tiene el potencial de contribuir a la captación de carbono del mundo y podrían mitigar entre el 12 % y el 48 % del total regional neto de los gases de efecto invernadero.
“Se estima que la formación de un suelo sano, apto para la producción agrícola, podría tomar entre tres mil y 12 mil años. Por eso, debemos entender que el manejo sostenible de los suelos es la base para la seguridad alimentaria, la resiliencia y la adaptación al cambio climático”, agregó la experta.