Ante la pérdida del 40 % de las empresas distribuidoras de electricidad (EDE), el Gobierno dominicano eroga elevados montos de subsidios a ese sector, con un monto de RD$ 80,690.2 millones, de acuerdo con la Dirección General de Presupuesto (Digepres) en 2023.

Para el economista Jaime Aristy Escuder, las pérdidas de las EDE se deben a una “mala gestión” de las tres empresas distribuidoras que nacieron en un proceso de capitalización en 1999, las cuales tienen en promedio un nivel de pérdida de 40 % cada año. 

El economista ejemplificó que si un negocio compra RD$ 100 de energía y las EDE cobran RD$ 60, se establece un déficit de RD$ 40.

“Es un problema de falta de inversión y de gestión que nos representa US$ 1,500 millones o el 1.3 % del producto interno bruto (PIB) cada año”, dijo, gasto que lo lleva a considerar que se debe abogar por una reforma tributaria en este 2024.

“Nosotros estamos abogando a lo que será una reforma tributaria en ese año, porque no podemos continuar con un déficit público de 3 % y que sigue creciendo continuamente deudas”, explicó.

La deuda pública está en el 60 % del PIB nacional, según datos del Banco Central (BCRD), 20 puntos porcentuales más por encima de la región de América Latina y el Caribe, que se ubica en 40 %.

“Este panorama implica la necesidad de una reforma fiscal y tributaria”, agregó. Sin embargo, aclaró que la tarifa no es el problema, sino la incorrecta gestión para recaudar y recibir los recursos.

Pese a esta pérdida, Aristy Escuder informó que las empresas siguen invirtiendo en el sector energético, debido a que conocen que el Estado tiene la capacidad de intervenir en el mercado e inyectar los recursos “para cerrar ese agujero fiscal”. De lo contrario, “nadie apostaría en la generación de electricidad por la incertidumbre de no contar con el respaldo estatal”.

Aclaró que alrededor de US$ 150 millones al año se invierten para enfrentar el problema, es decir, un 10 % del déficit. Sin embargo, “antes de la pandemia se estaban destinando más de US$ 300 millones para enfrentar el agujero del sector eléctrico”, por lo que recalcó que para disminuir hay que realizar una reforma tributaria en 2024.

Peso de los combustibles fósiles 

Quisqueya importa los hidrocarburos para las actividades productivas, comerciales, educativas y de ocio. De hecho, es uno de los productos de mayor peso en las importaciones del país. 

Como depende del mercado internacional, condicionado por las tensiones geopolíticas como Israel y Hamás, Rusia y Ucrania, la pandemia coronavirus y el cese del mar Rojo, los consumidores “sienten” que los precios de la gasolina están en aumento.

Antes del coronavirus, el costo de un barril de petróleo era menor de US$ 48, en 2021 ascendió a US$ 120 y a finales del 2023 se mantuvo entre US$ 78 y US$ 80, mostrando la volatilidad del mercado. 

“La expectativa y los presupuestos dominicanos esperan que esté en 80 dólares el barril, puede ser que suba cuatro dólares pero va a estar estabilizando con 80 dólares y ese impacto dependerá de los futuros impactos geopolíticos inciertos que se vive internacionalmente”, expresó el director ejecutivo de TotalEnergies en República Dominicana, Jorge Galiber.

La alternativa se convirtió en necesidad: pero peligra debido a su intermitencia

Antes se hablaba de las energías renovables como una alternativa de los combustibles fósiles. No obstante, el cambio climático y la transformación de los consumidores han obligado a las naciones a ver estas fuentes como una necesidad de asegurar un futuro sostenible.

Cuando el sector empresarial decide invertir en estas tecnologías alternativas generan beneficios a la sociedad civil, como sucedió en isla Saona con la instalación de paneles solares debido a la autogeneración de electricidad. Pero hay una realidad: se requiere de inversiones en  las fuentes limpias, quienes aumentan y diversifican la matriz energética de República Dominicana.

En su discurso de rendición de cuentas, el presidente de la República, Luis Abinader, dijo que debido a las fuentes renovables, el país redujo el consumo de hidrocarburos para la generación de electricidad, lo que provocó un ahorro de US$ 280 millones.

El economista dijo que para lograr que la entrada de fuentes naturales sea una apuesta diferente a las administraciones y sea “consistente”, se debe tener una energía de respaldo que garantice la seguridad en el suministro.

“La naturaleza de las energías renovables es intermitente… Al no tener el costo de combustibles, son unidades que las plantas bases entran antes que cualquier otra unidad en el sistema. Sin embargo, el costo de oportunidad es cero”, afirmó el gerente de Interenergy Group, Roberto Herrera.

De acuerdo con el ejecutivo, la energía sostenible no solamente debe ser competitiva, debe ser capaz de entrar inmediatamente y contar con reserva que esté disponible para hacer frente a la intermitencia.

“Además, no solamente se debe garantizar la inversión, sino asegurar la demanda que va creciendo y te puedes garantizar la operación de mantenimiento, es decir, cubrir los costos que requieren mantener el sistema”, subrayó.

Mientras que Galiber explicó que se tardará en llegar a la transformación hacia la descarbonización, pero que ya se evidencia la compra de vehículos eléctricos, paneles solares en los hogares y la sostenibilidad, ligada al hidrógeno verde.