Con un aspecto inofensivo o dócil, de cola esponjosa y un singular antifaz de pelo, los mapaches han sido introducidos en las islas del caribe desde el siglo XVII, ignorándose el grave peligro que pueden representar para la biodiversidad nativa de estos lugares.

En los últimos 90 años, estos depredadores han venido demostrando que sus habilidades naturales les permiten imponerse rápidamente en ecosistemas insulares (de islas) o donde la fauna local ha tenido poca exposición a la depredación.

En la región del Caribe, el mapache (Procyon lotor) afecta las poblaciones de diversas especies endémicas como aves, tortugas e iguanas que frecuentemente se encuentran en peligro de extinción. En el caso de República Dominicana, estos depredadores afectan diferentes ejemplares de tortugas marinas y reptiles.

Daniel Ramadori, representante de Latinoamérica y el Caribe del Comité de Fauna de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre), explicó a Acento que los mapaches son muy adaptables a distintos ambientes y tienen la habilidad de  prosperar en diferentes hábitats. 

El experto agrega que, además del Caribe, esta especie está generando graves problemas en parte de Europa, en Japón y otros países asiáticos continentales, así como algunas islas del Pacifico. “Esto habla de su potencial invasor, capacidad adaptativa y del potencial problema si no se toma una decisión de erradicarlo”.

El mapache no solo altera los ecosistemas silvestres; se ha demostrado que estos mamíferos afectan cultivos, huertas y la alimentación del ganado, además de que son conocidos por ser vectores de enfermedades como la rabia y otras patologías infecciosas y parasitarias

El informe Planeta Vivo 2020 del Fondo Mundial para la naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) indica que entre las consecuencias ecológicas que provocan las especies invasoras como esta, se encuentra el riesgo de pueden llegar a superar a las autóctonas, perturbando ecosistemas y provocando extinciones locales o globales.

El Caribe es un ambiente muy favorable para su proliferación

Además de su impacto para la biodiversidad, las islas del Caribe poseen condiciones climáticas y geográficas propicias para la supervivencia y proliferación de estas criaturas. Eso establece un estudio publicado en la revista Scientific Reports, titulado Regiones climáticas actuales y futuras para una favorable introducción global del mapache”.

“Nuestros hallazgos revelan la tolerancia del mapache a una amplia gama de condiciones bioclimáticas… Los resultados indican áreas muy favorables que cubren una gran cantidad de islas, como diferentes islas del Caribe y el archipiélago japonés, pero también Madagascar, Nueva Zelanda o Tasmania”, precisa el texto. 

Es muy difícil conocer la densidad poblacional de los mapaches en la región. Sin embargo, se sabe que tienen presencia en varios países del archipiélago de las Antillas, dentro de los que se mencionan Bahamas, República Dominicana y Guadalupe. 

Los riesgos que representan los mapaches como especie exótica invasora han sido enumerados en diferentes investigaciones a lo largo de los años.

Iván Salgado, en un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España (CSIC), en 2015, asegura que “el éxito de la introducción del mapache en 2 regiones biogeográficas y en 3 continentes (América, Asia y Europa), indica la adaptabilidad y el potencial invasor de la especie”. 

Daniel Ramadori, de la CITES, destacó que “los países deberían invertir esfuerzos en contrarrestar la expansión de las invasiones biológicas en sentido general y en el caso particular de esta especie tan perjudicial para la biodiversidad”.

Historia de los mapaches en República Dominicana

Aunque pueda sorprender a muchos, en República Dominicana hay mapaches desde la década de los 40. Fueron introducidos a territorio nacional por Ramfis Trujillo con la intención de ser utilizados para actividades de cacería deportiva.

Actualmente se encuentran solo en la isla Catalina, pero han sido protagonistas de varios avistamientos aislados en algunas zonas de Santo Domingo desde la semana pasada. 

En esta isla, ubicada al sureste del país, los mapaches han provocado, a lo largo del tiempo, daños significativos para la biodiversidad local y han impactado a una numerosa variedad de especies endémicas y nativas.

La encargada de la división de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Isabela Hernández, explica que los mapaches depredan tortugas marinas (que se encuentran mundialmente amenazadas), reptiles y otros animales que forman parte de los ecosistemas de esta localización.

“A estos (los mapaches) les gusta atacar a los nidos;  sacan a los neonatos e incluso le muerden la cabeza y al final arruinan la puesta completa de esta especie”, puntualiza la experta.

La especialista agrega que estas criaturas también se alimentan de dos especies de reptiles que solamente se encuentran en esa isla y de los cangrejos makey que son parte de la fauna silvestre de la zona.

Los programas de control a los mapaches iniciaron en República Dominicana en 2009, a raíz de que un turista que visitaba la zona fue mordido por uno de estos. El acontecimiento generó mucha controversia en la sociedad y desde entonces se tienen registros del seguimiento y monitoreo de la especie. 

Al cuestionar sobre los daños que podrían provocar estos animales si logran establecerse en la isla de Santo Domingo, Hernández respondió que las consecuencias e implicaciones para el medio ambiente y la salud, “serían incalculables”.

Panoramas favorables

Aunque República Dominicana posee condiciones muy favorables para la reproducción de los mapaches, sus características aisladas podrían ser su principal aliado para evitar que la especie se propague en la región.

El representante regional  del Comité de Fauna de la CITES, Daniel Ramadori, plantea que esta condición le permite a estos territorios controlar las migraciones de especies exóticas invasoras de manera oportuna.

“Creo que los países del Caribe, al menos las islas, tienen una ventaja relativa a la hora de trabajar en el control o erradicación de especies exóticas invasoras, debido a lo acotado de sus territorios, lo que hace mucho más manejable la logística de trabajo, para lo que hay numerosos ejemplos en casos de islas (Galápagos, Nueva Zelanda, etc.)”, expresa el especialista.

En ese orden,  el estudio publicado en Scientific Reports dice que para el 2050, se podría eliminar la especie de las islas del Caribe.

“Nuestros análisis de espacio geográfico favorable para el mapache en el horizonte 2050 predicen, con ambos enfoques, una estabilidad global de las áreas favorables actuales, con la excepción de las islas del Caribe donde se puede producir una potencial extirpación de la especie para 2050”, indica el texto.

Las recomendaciones internacionales para el manejo y control de especies invasoras incluyen la identificación de especies exóticas invasoras, la definición de las vías de introducción de estas especies, redactar leyes y reglamentos nacionales sobre el comercio de especímenes vivos de animales o plantas, examinar las exportaciones de especies potencialmente invasoras y la sinergia de organismos locales y externos.