La directora de Medio Ambiente en la provincia Peravia, Patricia Báez Martínez, explicó las razones por las cuales se concedieron tres permisos para intervenciones en área protegida de esa demarcación.

En una comunicación enviada a este medio Báez Martínez explica en detalle lo sucedido:

"El 14 de junio de este año, el señor Edward Lara Franco solicitó una ampliación de un camino vecinal en el paraje Los Pinos, en El Recodo. Y el 8 de julio el señor Eliseo Atanasio Peguero solicitó la rehabilitación de otro camino vecinal, en los mismos Pinos de El Recodo, pero después de "El desecho".

"La inspección por parte de los técnicos de la Dirección Provincial de Medio Ambiente se realizó el 15 de julio, participando en ella Marcos Chalas (técnico) y Jonathan German y Rubén Andújar (inspectores). De los tres, Chalas es quien tiene mejor conocimiento de la zona y por eso, pese a estar como técnico de Costeros y Marinos, fue asignado a dicha inspección.

"El resultado de la inspección dio como resultado que ellos tuvieran de acuerdo en dar el permiso para rehabilitar la trocha de Eliseo Atanasio Peguero y se refiriera a Santo Domingo el caso de Edward Lara Franco, pues en este último caso, según ellos, la mitad de la trocha entraba en área protegida.

"Lara Franco, a quien los técnicos le dijeron que hasta su propiedad la trocha no entraría en área protegida, sino de ahí en adelante, solicitó una reconsideración a la directora de Medio Ambiente de Peravia, Patricia Báez Martinez, pidiendo hacer la trocha hasta su propiedad (con una longitud de un kilometro), y desistiendo de hacer el camino hasta la propiedad de su suegro (2.3 kilómetros).

"Siendo que el inspector Jonathan Germán escribió en las conclusiones del informe que de una solicitud de trocha por 2.3 kilómetros, 1.2 caían en área del área protegida del Parque Nacional Luis Quinn, Báez Martínez reconsidero la decisión del Comité de Evaluación Ambiental de enviar el caso a la sede del Ministerio de Medio Ambiente, y le otorgó el permiso por 1 kilómetro, es decir, hasta la puerta de la propiedad del solicitante.

"Lara Franco ejecutó el permiso sin que los guardaparques del Luis Quinn se dieran cuenta, y quince días después de hacer la trocha manda a buscar el bulldozer otra vez para rebajar unas pendientes y es en ese momento, el 5 de.septiembre, cuando los guardaparques notan la presencia y dan la voz de alerta de que se había hecho una trocha en la zona de amortiguamiento del parque.

"Y, efectivamente, una nueva inspección, esta vez realizada por la directora y el asistente tecnológico, revelan el dato de que no era 1.2 kilómetros el tramo del camino que entraba en el área protegida, sino los 2.3 kilómetros solicitados por Lara Franco.

"Cuestionado el técnico Marcos Chalas al respecto por Báez Martínez, éste admitió que cuando se refería a que el Parque Nacional Luis Quinn estaba cerca, se refería a la zona núcleo y no al área de amortiguamiento.

"En esos mismos días, Eliseo Atanasio Guerrero ejecutó su permiso para rehabilitar una trocha, realizada durante la gestión peledeista con permiso de Joaquín Bautista, que en realidad no era para llevar comida a unos 20 cerdos, como escribieron los técnicos, sino que da acceso a una finca de aguacates ubicada ya en la zona núcleo del parque. En este informe, los técnicos escribieron que a 20 metros iniciaba el Parque Luis Quinn, cuando en realidad se trataba de la zona núcleo y todo el trayecto, desde el río Bani hasta la pocilga, está en zona de amortiguamiento.

"Nadie ha cuestionado el permiso que le dieron a Eliseo hace 6 años ni la rehabilitación actual porque tanto la directora del Parque Nacional Luis Quinn como sus guardaparques y los técnicos de la dirección provincial, al parecer, están de acuerdo con la trocha de Eliseo Atanasio Peguero, no así con la de Edward Lara Franco. Es como si Eliseo tuviera el poder de tener una trocha invisible a los ojos de los responsables de cuidar la zona.
Báez Martínez ha realizado varios informes sobre la situación y los ha enviado al ministerio, sin embargo el viceministro de Áreas Protegidas, Federico Franco, es solo la cabeza suya la que pide.

"El permiso para cercar 3,000 metros en Las Calderas

"El 25 de agosto, Manuel de Jesús Hernández se dirigió a la sede del Ministerio de Medio Ambiente con el fin de solicitar un permiso para limpiar de basuras y escombros un solar de 3,185 metros cuadrados, y hacer una verja perimetral. Desde la Dirección de Ventanilla Única enviaron a Hernández a la Dirección Provincial de Peravia para que allí se conociera el caso.

"Los mismos inspectores Jonathan Germán y Rubén Andújar confirmaron que el lugar estaba lleno de basura, pero por ser área de amortiguamiento del Monumento Natural Dunas de Las Calderas, recomendaron que el caso sea remitido a Santo Domingo y así se le informó al solicitante, quien -no conforme- pidió hablar con la directora, explicando que era un contrasentido que lo remitieran al lugar del cual lo habían enviado hasta donde ella, y aseguró que si le daban el permiso no entraría equipos pesados en el lugar, es decir, que sacaría la basura con las manos y que construiría la verja en alambres de púa, para lo cual algunos arbustos serían afectuados. Su interés era cuidar el lugar, del cual los dueños cuentan con títulos de propiedad.

"Con esas condiciones, le fue otorgado un permiso para limpieza de vegetación arbustiva (no árboles adultos) para la construcción de empalizada.

"Intrusos en el lugar

"Manuel de Jesús Hernández, representante de Julio Alberto Peguero Baéz y de Flor María Cabreja Soto, no llegó a ejecutar el permiso dado por la Dirección Provincial de Medio Ambiente, pero un espacio de unos 300 metros (en la parte trasera del terreno) fue impactada por un equipo pesado para eliminar la vegetación (adulta y arbustiva), sin que el encargado en ese momento de proteger el monumento, Alex Melo, lo informara.

"Según vecinos del lugar (hay un barrio en la zona y varias propiedades veraniegas con verja perimetral en block), el equipo pesado lo llevó allí un tal "Greñita" (Santo Esteban Guzmán) que resultó ser quien le vendió el terreno a Julio Alberto Peguero Baéz y a Flor María Cabreja Soto, es decir, que el lugar no solo está siendo usado como vertedero del entorno, sino que también existe la intención de invadir lo, afectando la vegetación de la zona sin ningún criterio técnico porque el supuesto invasor no tiene permiso.

"Ante todo este embrollo, cabe preguntarse si el terreno de 3,185 metros cuadrados -a cuyos dueños se les dio un permiso para cercarlo con alambre de púas-, solo es zona de amortiguamiento cuando se va a proteger de invasores y desaprensivos que echan allí basura y la queman, pero que cuando es el vertedero de Las Calderas (siendo zona de amortiguamiento), no es área protegida".