Venezuela cerró este viernes la edición 65 de la Serie del Caribe, el máximo torneo de béisbol de Latinoamérica, con República Dominicana en la cima y varios récords alcanzados, entre ellos, el haber acumulado una asistencia de más de 200.000 personas durante los nueve días de competición.
El país sudamericano consiguió lo que quería, una cita deportiva a lo grande que, por primera vez en 65 años de existencia, amplió a ocho el número de equipos participantes, lo que permitió el debut de Curazao y el regreso de Cuba, luego de tres años ausente.
De principio a fin, la competencia dejó ver la grandeza de las expectativas en los dos estadios que sirvieron como sede, el monumental Simón Bolívar, con capacidad para 38.000 personas, y el Jorge Luis García Carneiro, con 14.000 asientos frente al mar Caribe, en el estado costero de La Guaira.
Solo los Leones del Caracas, el equipo local, acapararon una audiencia de más de 150.000 personas en los ocho partidos que lo condujeron a la final, en la que casi 40.000 hinchas abarrotaron el Simón Bolívar para presenciar la entronización de los Tigres del Licey como amos del béisbol latinoamericano.
ONCE VECES CAMPEONES
Los dominicanos alzaron su undécima copa ante un estadio que se vació en cuestión de minutos, lo que no bajó los ánimos de la barra que trajeron desde Santo Domingo y que aplaudió con euforia a sus campeones, especialmente a César Valdez, distinguido como el jugador más valioso del torneo.
Bandera en mano, los Tigres del Licey tuvieron su momento estelar al alzar la copa de la edición 65, llamada Gran Caracas 2023, amenizados por fuegos artificiales que anunciaban su victoria a toda la ciudad.
El combinado, que no conquistaba la Serie desde 2008, demostró la fuerza del llamado "plátano power" al vencer al anfitrión, ante una multitud que gritó hasta el último minuto esperando un milagro que cambiara el marcador.
El equipo del Licey, el que más veces se ha impuesto en la competición, regresará a Dominicana la corona que solo estuvo un año fuera de ese país.
CARAVANA DEL SUBCAMPEÓN
Tres horas antes de que empezara el partido, los jugadores venezolanos recorrieron unos 15 kilómetros en Caracas a bordo de un autobús en el que se pasearon, mientras sonaban las bocinas que pretendían predestinar la victoria que les fue esquiva.
La caravana fue acompañada por decenas de motoristas y encontró en las calles el apoyo de fanáticos que vivieron intensamente la competición y que soñaban con ver a Venezuela nuevamente en la cima del béisbol caribeño.
"Estamos muy motivados y vamos a salir a dar el 100 %", dijo a EFE el lanzador Yapson Gómez, lleno de expectativas que no se cumplieron al final de la noche.
De cualquier manera, los melenudos, que cumplieron 80 años de constituidos, completaron una temporada de lujo al ser los primeros de todas las etapas en la liga nacional y destacar durante la Serie que devolvió la grandeza al béisbol venezolano.
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