La COVID-19 ha atacado con fuerza en todo el mundo y el béisbol dominicano no ha sido la excepción, en especial ahora que el país está sumido en la quinta ola, causada por la variante ómicron.

El campeonato, que se encuentra en su etapa semifinal, ha visto a varios de sus equipos sufrir bajas considerables a causa del virus, pero ningún conjunto ha recibido golpes de mayor nivel que los Tigres del Licey, como consecuencia de la enfermedad.

En medio de su lucha por conseguir uno de los dos boletos a la final de la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom), los Tigres han perdido a su principal lanzador y dos de los pilares ofensivos en su alineación titular.

Debido al virus, los felinos solo han podido contar con dos aperturas de su principal lanzador y figura central del equipo, César Valdez, quien fue colocado en protocolo de COVID-19 de la liga dominicana.

Valdez, ganador de los premios Jugador Más Valioso y Lanzador del año en la fase regular del torneo, no pudo subir al montículo el pasado domingo ante las Águilas Cibaeñas, en la que sería su tercera apertura de la semifinal, donde tiene registro de 1-1 con 2.03 de efectividad.

El veterano diestro es una carta de triunfo para los Tigres, quienes, aunque lo han intentado no han podido llenar ese vacío, que ha sido aún más evidente en sus últimos cuatro encuentros, todos saldados con derrotas.

En dos de estos partidos, han tenido que utilizar abridores de emergencia ante la ausencia del Hombre de las 5 Letras, como es conocido Valdez, y debido a la baja de Ervin Santana, por un virus gripal, que no ha sido confirmado como COVID.

Pero los Tigres no solo han sido golpeados en el picheo, también han sufrido en la ofensiva, perdiendo a bateadores del medio de su alineación, como el receptor y bateador designado Yermín Mercedes y el jardinero de Grandes Ligas Ramón Laureano.

Mercedes, quien estuvo fuera desde el pasado 4 del presente mes, se reintegró a la alineación del conjunto azul en el partido del pasado martes, cuando los felinos cayeron frente a los Gigantes del Cibao.

Antes de salir por su situación de salud, Mercedes bateaba para promedio de .280, mientras lideraba el conjunto en remolcadas, con cuatro y había anotado en tres oportunidades, mostrando un gran reconocimiento de la zona de strike, al registrar cinco bases por bolas y solo dos ponches, desempeñándose como tercero y cuarto en el orden al bate del equipo dirigido por José Offerman.

Laureano, quien disputó solo dos partidos en la serie regular, se uniformó con los azules en cuatro juegos de la semifinal y aunque sus números no son tan llamativos, ya que tuvo promedio de bateo de .154, con una remolcada y dos anotadas, su estatus de jugador de Grandes Ligas y su gran defensa en los jardines, son elementos que sin dudas suman valor a su presencia con el conjunto.

Para empeorar la situación, a las ausencias de Mercedes y Laureano, se sumó la salida por molestias en la espalda del jardinero Nomar Mazara, quienes junto constituían la casa de poder de los Tigres, a quienes su falta de productividad con el madero, los ha llevado a perder la segunda posición de la semifinal, que otorga uno, de los dos pases a la final.

Otros equipos como las Estrellas Orientales han perdido a jugadores como Abraham Almonte, o las Águilas, a Luis Valenzuela o Eric Filia, quienes pasaron por el protocolo, pero ninguno ha lidiado con ausencias tan notables y vitales para las aspiraciones de conquistar el campeonato, como lo ha hecho, el autodenominado “Glorioso” de la pelota dominicana.