El presidente de LaLiga, Javier Tebas, afirmó que la Superliga "es la superfake o supertrampa"; representa "un golpe de Estado al modelo del fútbol europeo", que "acabaría con los campeonatos nacionales, digan lo que digan".

"Ya no es la SUPERLIGA, es la SUPERFAKE o SUPERTRAMPA, que los amigos llevan desde el 2000 intentando colarnos y que poco a poco algo han conseguido", escribió este viernes en redes sociales, donde publicó un artículo en el que cuestiona el decálogo que tendría la competición según sus impulsores y también se pregunta si estos son "los más listos del fútbol europeo".

El presidente de la Liga Nacional de Fútbol Profesional, Javier Tebas, en una foto de archivo. EFE/Kiko Huesca

"Su 'autor', Bernd Reichart, se incorporó al mundo del deporte hace apenas cuatro meses como consejero delegado de A22 Sports, una agencia financiada por amigos del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que es el autor intelectual de esta iniciativa. Iniciativa que ha tenido en su mente desde hace muchos años, no solo desde el 2021. Los que hemos estado cerca de Florentino Pérez conocemos bien cuál es su modelo de fútbol profesional, o mejor, el modelo de los grandes clubes."

Tebas califica de "panfleto" el último documento de la Superliga y considera "increíble la receta para el éxito presentada" por Bernd Reichart, consejero delegado de A22 Sports Management, con un nuevo modelo de gobernanza, en el que "solo gobernarían los clubes grandes y los pequeños y medianos no podrán participar ni ser decisivos a cambio de la limosna de los grandes".

"No se dejen engañar. Se trata del último intento de secuestro del fútbol europeo por parte de los grandes clubes. Los grandes clubes, utilizando diversas entidades a lo largo de los años, han tomado repetidamente como rehén los diversos organismos del fútbol europeo asegurándose cada vez más dinero y poder para sí mismos", afirma.

Tebas mantiene que "la competición imaginada por el Sr. Reichart y sus amigos es un golpe de estado al modelo del fútbol europeo y acabaría con los campeonatos nacionales digan lo que digan, por eso la oposición unánime de las Ligas nacionales, de todos los tamaños".

El presidente de LaLiga insiste en que este modelo abierto, con varias divisiones basado en la meritocracia, "es reservar la primera división a los grandes clubes" y en que "esta primera división no tiene acceso directo desde las ligas nacionales", por lo que la pretensión de "trasladar el modelo vertical de las ligas nacionales a Europa supondría la destrucción deportiva y económica de las Ligas Nacionales".

"Como resultado, quedar de los primeros en una liga nacional ya no daría acceso directo a esta primera categoría reservada a los grandes. Su seguridad financiera se construye en la ruina deportiva y económica de todas las ligas nacionales, sus clubes, y de gran parte de la riqueza que se genera alrededor", añade.

Tebas recuerda que "las ligas nacionales representan hoy el 75% de los ingresos generados en el fútbol europeo y que "hay más de 40 ligas y asociaciones profesionales en Europa, más de 1.500 clubes profesionales, más de 53.000 futbolistas profesionales, más de 75.000 empleados no deportivos que, en conjunto, generan más de 25.000 millones de euros en ingresos y muchos puestos de trabajo a su alrededor.

"¿Es que el Sr Reichart y sus amigos son los mas listos, y los demás, UEFA, FEDERACIONES, LIGAS, CLUBES Y AFICIONADOS, somos los mas tontos?", concluye.

Competición abierta, con mérito deportivo y 60 u 80 clubes

La Superliga hizo público este jueves los diez principios de una liga europea, que sería abierta, basada únicamente en el mérito deportivo, con varias divisiones y entre 60 y 80 clubes participantes, junto a un mínimo de 14 partidos europeos garantizados por club.
La empresa A22 Sports Management, promotora de la Superliga, desveló estos planteamientos tras las conversaciones que la organización mantiene desde el pasado mes de octubre con más de 50 clubes y actores del fútbol sobre las competiciones europeas de clubes.
Según informó en un comunicado, los diez principios sobre los que se basaría la Superliga son los siguientes:
.1. Competiciones abiertas basadas en el mérito deportivo
La liga europea debería ser una competición abierta, con varias divisiones, compuesta por entre 60 y 80 equipos, y que permita una distribución sostenible de ingresos a lo largo de la pirámide del fútbol. La participación cada temporada debería basarse en el mérito deportivo, sin que existan miembros permanentes. El sistema de clasificación debería ser abierto, basado en el desempeño en competiciones nacionales, permitiendo de este modo a todos los clubes su acceso a la competición mientras se mantiene la dinámica competitiva a nivel nacional.
.2. Competiciones nacionales: los cimientos del fútbol
Los participantes deberían seguir comprometidos con sus competiciones y torneos nacionales, tal y como hacen en la actualidad. Al mismo tiempo, debe abordarse la necesidad crítica de reforzar y hacer más competitivos los torneos nacionales en todo el continente. Las competiciones europeas deberían desempeñar un papel fundamental en la consecución de este objetivo, generando e inyectando recursos adicionales a todo el sistema.
.3. Mejorar la competitividad con recursos estables y sostenibles
Mejorar la competitividad de los clubes europeos requiere un mayor reparto de recursos financieros para toda la pirámide y normas de sostenibilidad financiera que se apliquen de forma rigurosa. Los clubes necesitan mayor estabilidad y visibilidad de sus ingresos anuales para poder asumir compromisos a largo plazo, tanto con sus jugadores como con el desarrollo de infraestructuras.
Un mejor y más atractivo formato de competición europea generaría recursos adicionales, y no cabe duda de que la estabilidad financiera de los clubes se incrementaría notablemente si se les garantiza un mínimo de 14 partidos europeos por temporada.
.4 La salud de los jugadores debe estar en el centro de nuestro deporte
El número de jornadas de competición europea no debería aumentar con respecto al planificado en los calendarios actuales. Las asociaciones de jugadores deberían tener mayor involucración velando por la salud de los jugadores, y el dialogo social debería ser promovido en la UE. Es esencial que los clubes europeos y sus jugadores no puedan verse obligados por terceros a participar en nuevas competiciones o en calendarios expandidos de los torneos actuales.
.5. Competiciones gobernadas por los clubes con normas de sostenibilidad financiera transparentes y aplicadas de forma rigurosa
Las competiciones europeas de clubes deberían estar gobernadas por los clubes, tal como ocurre en el ámbito nacional, y no por terceros que se benefician del sistema sin asumir ningún riesgo. Su estructura de gobernanza debe cumplir plenamente con la normativa de la UE.
El fútbol europeo debe ser sostenible y, para ello, el gasto de los clubes debería apoyarse únicamente en los recursos que los clubes son capaces de generar, y no en inyecciones de capital de terceros que distorsionan la competición.
Las normas de sostenibilidad financiera deben limitar el gasto de los clubes en salarios y traspasos de jugadores a un porcentaje fijo de sus ingresos anuales, con normativa específica ajustada a los clubes más pequeños y al periodo transitorio.
.6. La mejor competición de fútbol del mundo
El objetivo debe ser desarrollar una competición europea de fútbol que se convierta en el acontecimiento deportivo más emocionante del mundo. Los aficionados europeos se merecen los mejores partidos y la mejor experiencia.
También es fundamental que las generaciones más jóvenes, que se ven atraídas por deportes estadounidenses en expansión a nivel global y medios de entretenimiento digital, sigan abrazando al fútbol como el deporte más amado del mundo. Y todo ello sólo puede lograrse con competiciones que permitan a los mejores jugadores del mundo competir durante toda la temporada con partidos emocionantes, de principio a fin.
.7. Mejorar la experiencia de los aficionados
Deberían tomarse medidas adicionales para facilitar la asistencia de los aficionados a partidos fuera de casa. También deberían establecerse normas con el objetivo de regular la calidad de los estadios y demás infraestructuras del fútbol, mejorando así la experiencia del fútbol en directo.
.8. Desarrollar y financiar el fútbol femenino
Es imprescindible promover y desarrollar el fútbol femenino, elevar su perfil y ponerlo bajo el foco junto con las competiciones masculinas. Para lograr este objetivo debería ampliarse significativamente la financiación proveniente de competiciones europeas femeninas de clubes. Las inversiones en el fútbol femenino deberían destinarse tanto al nivel profesional como al desarrollo del fútbol base.
.9. Aumentar significativamente la solidaridad
Tal y como se anunció, la contribución de un mínimo de 400 millones de euros anuales destinados a solidaridad, clubes que no participen en la competición y causas sociales -esto es, más del doble de la contribución de las actuales Competiciones Europeas de Clubes- debería ayudar a alcanzar este objetivo. Debería garantizarse igualmente la transparencia en la gestión mediante la supervisión de autoridades independientes que informen de forma pública y periódica sobre el destino de los fondos y su impacto.
10. Respeto de los valores y normativa de la Unión Europea
Ningún club europeo debería verse obligado a someterse a sistemas de resolución de conflictos ajenos a la Unión Europea y su Estado de Derecho. La jurisdicción del arbitraje deportivo debería limitarse estrictamente a cuestiones de naturaleza deportiva, y cualquier cuestión jurídica de otra naturaleza debería dirimirse en el foro adecuado para ello. Y en todos los casos, bajo la supervisión última del sistema judicial de la Unión Europea.
En el citado comunicado, Bernd Reichart, consejero delegado de A22 Sports Management, aseguró que en los encuentros mantenidos hasta el momento han "podido sentir el temor de los clubes a manifestarse públicamente contra un sistema en el que la amenaza de sanciones se utiliza para impedir cualquier intento de oposición".
"Nuestro diálogo ha sido honesto, directo y fructífero. Y las conclusiones son claras, tanto sobre la necesidad de cambiar el sistema como sobre el modo de hacerlo. Nuestro objetivo es presentar a Europa, tras la resolución del caso, un proyecto deportivo sostenible para las competiciones de clubes, abierto como mínimo a los 27 Estados miembros de la Unión Europea. Los problemas son evidentes y hay que actuar en beneficio de los aficionados, jugadores y clubes", añadió.

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