Los Golden State Warriors dieron este miércoles un importante golpe en la mesa al ganar a domicilio a los Sacramento Kings (116-123), con lo que el viernes tendrán en su cancha la opción de cerrar su clasificación para las semifinales del Oeste (2-3).
Stephen Curry (31 puntos y 8 asistencias) fue el faro de unos Warriors muy concentrados, serios y completos en todos los frentes.
Así, la gran labor colectiva de los vigentes campeones de la NBA (33 asistencias de todo el equipo para 50 canastas) tuvo también como puntales a Klay Thompson (25 puntos), Andrew Wiggins (20 puntos) y, especialmente, a un Draymond Green multiusos y tremendamente efectivo desde el banquillo (21 puntos y 7 asistencias) y a un Kevon Looney otra vez gigantesco en la pintura (22 rebotes, 7 de ellos ofensivos, además de 7 asistencias).
El triunfo en Sacramento para los de Steve Kerr resulta especialmente valioso ya que en la temporada regular fueron un equipo penoso fuera de casa (11-30) pero muy sólido en San Francisco (33-8).
En los Kings, De’Aaron Fox, en su primer partido tras fracturarse el índice de la mano izquierda, jugó con una tablilla para proteger su dedo lesionado y consiguió 24 puntos (9 de 25 en tiros, 3 de 10 en triples), 7 rebotes y 9 asistencias.
Malik Monk y Domantas Sabonis sumaron 21 puntos por cabeza en unos Kings obligados ahora a ganar dos encuentros seguidos y que esta noche empezaron de maravilla en el triple (8 de 12) y se estrellaron en los tres últimos cuartos (2 de 22).
LA LUPA SOBRE FOX
Había mucha expectación por ver cómo le afectarían a Fox sus problemas en el índice de su mano izquierda, especialmente en el tiro ya que es zurdo, pero el base despejó muy rápido cualquier duda.
Con un impactante 3 de 3 en triples de salida, Fox dejó claro a los Warriors que seguiría siendo un peligro temible en la ofensiva local.
El novato Keegan Murray sumó 10 puntos para los locales y Sacramento exhibió una finísima puntería desde el perímetro en el primer cuarto con un gran 8 de 12 en triples, pero los Warriors no se quedaron atrás y, con Wiggins al frente (8 puntos), llegaron al segundo periodo sin perder demasiado terreno (36-33).
Curry no tuvo una primera mitad especialmente brillante (12 puntos con 3 pérdidas de balón) pero Thompson, su inseparable compañero de los "Splash Brothers", entró en combustión antes del descanso.
Con tres triples consecutivos, el alero lideró un parcial de 0-12 con el que Golden State le dio la vuelta al encuentro.
Thompson aterrizó en el intermdio con 16 puntos -y tres faltas-, Green hizo un poco de todo y todo bien (11 puntos y 4 rebotes) y Kevon Looney se puso las botas en bajo los aros (10 rebotes) para unos Warriors que se marcharon al vestuario con ventaja (56-60) frente a unos Kings a los que se les agotó de repente la magia desde el triple (0 de 9 en el segundo cuarto).
La cuarta falta de Thompson nada más empezar el tercer periodo encendió la alarma en Golden State.
Al rescate apareció Curry con 9 puntos, un Green omnipresente en ambos lados de la pista y un Looney que solo en ese cuarto capturó 8 rebotes (4 de ellos en ataque).
Además, la pesadilla local en los triples continuó en ese periodo (1 de 7), Fox estuvo a punto de irse a la calle por doble técnica y los Kings afrontaron el último cuarto obligados a remontar (90-99).
Una bandeja de Curry colocó un +12 para los visitantes con 9 minutos en el reloj que parecía dejar el partido muy difícil para Sacramento.
Pero entonces surgió una versión incandescente Monk, que llegaría a firmar 14 puntos en los últimos 12 minutos y que colocó a su equipo a solo un punto con todo un mundo por delante (106-107 a falta de 5.46).
Con los dos conjuntos incapaces de tomar las riendas en un desenlace muy apretado, Monk y Fox fallaron dos triples en los últimos dos minutos para los Kings mientras que Wiggins con un 'fade away' y Curry con un dos más uno crucial a falta de solo 22 segundos sentenciaron la victoria de los Warriors.
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