La estadounidense Lindsey Harding, seleccionadora mexicana de baloncesto femenino, aseguró este domingo que mientras los dueños de la NBA no den el paso, no contratarán a una entrenadora en jefe en el principal basquetbol del mundo.
"Los dueños tienen que dar el paso para que una mujer entrene en la NBA. Todo depende de ellos", dijo a EFE la ganadora con la sucursal de los Sacramento Kings del premio Entrenador del Año en la última temporada en la G-League.
Harding es de las mujeres más adelantadas en la carrera por tener a una mujer que dirija en la NBA. Su trabajo en la G-League, liga de desarrollo del circuito, la impulsó en julio pasado a ser nombrada asistente en el cuerpo técnico de J.J. Redick, nuevo entrenador de Los Angeles Lakers.
Semanas atrás fue entrevistada para dirigir el banquillo de los Charlotte Hornets este año en la NBA, pero al final Charles Lee se quedó con el cargo.
"No se trata de si eres hombre o mujer, eso no debe importar. A lo que hay que prestarle atención es si eres un buen entrenador o no. Muchos hombres que no han jugado a un nivel alto o tenido mi carrera como entrenadora como yo, se ganan el respeto más fácil", añadió Harding, primera selección del draft de 2007 de la WNBA, versión femenina de la NBA.
Adam Silver, comisionado de la NBA, es uno de los principales promotores para que una mujer tome el cargo de primera entrenadora en la liga e incluso dijo en 2022 que si para 2026 no sucede, estaría "decepcionado" y sería un síntoma de "atraso".
La que más cerca ha estado de asumir el mando de una quinteta es Becky Hammon, una de las pioneras cuando de 2014 a 2021 fue asistente del legendario 'coach' Gregg Poppovich, ganador de cinco títulos de la NBA con los San Antonio Spurs.
Hammon fue entrevistada por diferentes equipos, mientras se mantuvo en el equipo de trabajo de Poppovich, al que incluso sustituyó tras ser expulsado en un partido en diciembre de 2020 y con eso hizo historia al ser la primera mujer en ocupar, sólo por unos minutos, el puesto de entrenadora en jefe en la NBA.
Sin embargo, Becky se hartó de no ser contratada para liderar un proyecto en la NBA y, por ello, optó por dirigir a Las Vegas Aces, a las que ha hecho campeonas de la WNBA los dos últimos años.
"Becky dio la muestra, cuando el 'coach' Poppovich le dio la oportunidad, de que no es relevante si eres hombre o mujer. Deben tener esto en mente. También dice mucho el que haya ganado por votos de puros hombres el premio a Entrenador del Año en la G-League", sentenció Harding, parte del mejor equipo de novatas de la WNBA en 2007. (Rodrigo Corona, México, EFE)