La Asociación Profesional de Tenis (ATP) destacó su firme apoyo a la vacunación contra la COVID-19 después de la saga de episodios legales que vivió el primer clasificado mundial de este deporte, Novak Djokovic (1) tras su llegada a Melbourne para disputar el Abierto de Australia, quien repudia la ciencia y se ha convertido también en líder de los "antivacunas".
“ATP continúa recomendando firmemente la vacunación de todos los jugadores del circuito, la cual creemos que es esencial para nuestro deporte en tiempos de pandemia. Esto está basado en evidencia científica y supone beneficios para la salud”, explicó la instancia en un comunicado emitido en dirección totalmente contraria al deportista.
La asociación, no obstante, exigió la necesidad por mejorar la comunicación y la aplicación de las normas a la hora de conceder visas para poder entrar a Australia a pesar de que incidió en que acata las políticas de inmigración impuestas y que entiende el esfuerzo que han hecho los australianos después de haber sufrido los confinamientos más estrictos del mundo.
“La ATP entiende totalmente los sacrificios hechos por la gente de Australia y las políticas de inmigración impuestas desde la llegada de la pandemia. Sin embargo, las complicaciones que experimentó un jugador en su llegada subrayaron la necesidad de un entendimiento más claro, comunicación y aplicación de la reglas”, escribió el organismo deportivo en el primer párrafo de su texto.
En el comunicado también se explicó que todos los eventos ocurridos desde que se le cancelara la visa al serbio a su llegada a Melbourne hasta que el juez aceptara su apelación el lunes y por tanto le permitiera quedarse en el país, han dañado a todos los frentes.
“Incluyendo el bienestar de Novak y su preparación para el Abierto de Australia. Su exención médica se hizo de manera independiente a la ATP, sin embargo hemos estado en contacto con la Federación Australiana de Tenis para buscar claridad en el proceso”, argumentó.
El serbio, que defenderá la novena corona conseguida a orillas del río Yarra en la edición de 2021, no tardó en sumar su primera sesión de entrenamiento después de subir una foto cuando el reloj se acercaba a la medianoche junto a su equipo en la pista Rod Laver Arena.
"Estoy complacido y agradecido de que el juez anuló la cancelación de mi visa. A pesar de todo lo que ha pasado, quiero quedarme e intentar competir en el @AustralianOpen Sigo enfocado en eso. Volé hasta aquí para jugar en uno de los eventos más importantes que tenemos frente a los increíbles fanáticos", dice la traducción de su texto.
Australia y Serbia hablan de manera "constructiva" sobre el caso Djokovic
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, y su homóloga serbia, Ana Brnabić, conversaron este martes por teléfono de manera "constructiva" sobre el caso del tenista serbio Novak Djokovic, mientras Canberra sopesa si deportar al número uno del mundo a pesar de su victoria en los tribunales.
Djokovic consiguió este lunes permiso de un tribunal australiano para permanecer en el país a pesar de no estar vacunado contra la COVID-19 tras recurrir la revocación de su visado, aunque el Gobierno australiano sigue teniendo potestad para expulsarlo del país.
Según la Oficina del Primer Ministro australiano, Morrison explicó hoy a Brnabić las restricciones de entrada al país oceánico impuestas para combatir la pandemia, entre las que se exige la pauta completa de la vacuna contra la COVID-19, aunque concede una serie de exenciones.
En un diálogo descrito como "constructivo", Morrison aseguró a su homóloga que estas restricciones no son discriminatorias y han servido para proteger a la nación durante la pandemia, recoge el canal público ABC.
Por su parte, Brnabić pidió que Djokovic fuera tratado de manera justa y que sus derechos fueran respetados, recoge el canal público de radio-televisión serbio.
El incidente creado en torno a este caso ha afectado las relaciones bilaterales entre ambos países, especialmente a raíz de que el presidente serbio, Aleksandar Vucic, denunciara un presunto "acoso" contra el deportista por parte de las autoridades australianas.
Djokovic, de 34 años, llegó el miércoles de la semana pasada al aeropuerto de Melbourne, con una exención médica para no vacunarse al haber contraído recientemente la COVID-19, a pesar de lo cual las autoridades fronterizas le anularon su permiso de entrada y le enviaron a un hotel donde permaneció retenido hasta ayer.
Los abogados del tenista apelaron la decisión de las autoridades ante un tribunal de Melbourne que dio la razón al deportista serbio, quien ayer ya pudo entrenarse con libertad para preparar el Abierto de Australia que comienza el día 17 en la misma ciudad.
A pesar de victoria judicial, el ministro de Inmigración australiano, Alex Hawke, podría usar su potestad para revocar el visado de Djokovic y expulsarle del país.