Francia espera a alrededor de una decena de líderes mundiales en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos el próximo domingo, que será la ocasión de algunos encuentros diplomáticos.
Fuentes diplomáticas francesas precisaron este martes que el número de jefes de Estado y Gobierno o responsables de organismos internacionales que acudirán a esa ceremonia que se celebrará en el Estadio de Francia no se ha estabilizado todavía.
En cualquier caso, habrá muchas menos delegaciones extranjeras que en la inauguración que se organizó el 26 de julio en el tramo del río Sena que atraviesa el centro de París, a la que acudieron en torno a un centenar de líderes de todo el mundo.
En la delegación estadounidense, que es la que tomará el relevo olímpico con vistas a la celebración de los Juegos de Los Ángeles en 2028, estará Douglas Emhoff, el marido de la vicepresidenta, Kamala Harris.
Las autoridades francesas están muy satisfechas por cómo están desarrollándose estos Juegos y consideran que la organización es "un éxito", según quisieron destacar las fuentes diplomáticas, que subrayaron la "audacia" de la ceremonia inaugural y la buena imagen que se está dando del país.
Como ya preveían desde el comienzo, han detectado tentativas de injerencia en las que ven la huella de Rusia en algunas operaciones de descrédito, en particular en las redes sociales o en la falsificación de informaciones en algunos medios de comunicación, por ejemplo sobre la calidad del agua del Sena.
Esa cuestión ha sido uno de los focos de atención de los Juegos por las pruebas que se han previsto en el río como un reto después de las grandes obras en las que las administraciones públicas francesas han invertido unos 1.400 millones de euros para su descontaminación y poder recuperar el Sena en el futuro para el baño.
En cualquier caso, después de que ya se hayan celebrado las pruebas del triatlón en el río (quedan las de natación en aguas abiertas), las autoridades francesas están convencido de que el resultado final va a contribuir positivamente a la imagen exterior del país.
Uno de los momentos particularmente críticos para los organizadores fue la interrupción de tres de los cuatro grandes corredores de tren de alta velocidad (TGV) en Francia por un sabotaje coordinado a unas pocas horas de la ceremonia de inauguración, el día 26.
Al menos 100.000 personas se quedaron sin poder viajar ese día por los desperfectos causados con incendios voluntarios en instalaciones de señalización del TGV y los efectos se hicieron sentir todavía en los dos días siguientes.
Otra cuestión que ha suscitado mucha atención y que lo continuará haciendo es la seguridad, sobre todo por un posible efecto de contagio del conflicto de Oriente Medio. La delegación israelí, pero no sólo, es objeto de un nivel de protección muy alto, que se ha concertado desde hace meses con sus servicios de seguridad.