Generalmente nos limitamos a abordar temas geopolíticos, económicos, o del mundo bursátil, como los problemas surgidos con los bancos regionales de los Estados Unidos en la última semana. Sin embargo, hoy hacemos un alto y nos salimos de lo acostumbrado para abordar el Clásico Mundial de Béisbol, WBC, por sus siglas en inglés. Obviamente que de ninguna manera pretendemos presumir de especialista en el tema, sino más bien que somos fieles aficionado de nuestro deporte rey, el béisbol.

Es claro que aún sentimos un sabor amargo ante la derrota de la novena dominicana, y después de las cuatro horas más largas de nuestra vida conduciendo rumbo a nuestro hogar, no pretendemos analizar el por qué de la temprana eliminación; eso se lo dejaremos a los más de 10 millones de "analistas" dominicanos. De manera particular, lo dejaría en que unas se gana y otras se pierden.

Más bien lo que nos interesa es sacar a relucir las desafortunadas opiniones de un reducido grupo que promueve la eliminación del torneo, fruto de la reciente lesión del tal vez mejor cerrador de la MLB, Edwin Díaz, bajo el argumento de que a los jugadores quienes les pagan son los equipos de las mayores, no el Clásico, incluso en casos catalogando el evento de "insignificante". Justamente por esa peregrina opinión le comentaba a mi padre que a veces nos pronunciamos acerca de algo en medio del "calor" del momento y que lo hacemos con una miopía crónica, dificultando ver las cosas a largo plazo.

Tenemos que salir del "presentismo" y entender que el Clásico Mundial de Béisbol es una competencia de carácter internacional que se celebra cada 4 años como una plataforma para mostrar lo mejor de ese deporte a nivel mundial, con la pasión y el orgullo que los jugadores y aficionados muestran por ese pasatiempo. A los que argumentan sobre el riesgo de las lesiones, cuando el peso financiero lo llevan los dueños de los equipos de grandes ligas, ni siquiera entenderíamos una comparación con la Copa Mundial donde los jugadores, bajo similares circunstancias juegan para la selección de su país. Esto sería injusto debido a la madurez del torneo y la jerarquía de la FIFA sobre las ligas locales del fútbol.

Sería saludable aumentar el número de equipos que participan en el Clásico Mundial de Béisbol, llegando a más países y contribuyendo a mejorar la calidad de la pelota en todo el mundo.

Pero tomemos una liga que se desarrolla en los Estados Unidos, la NBA, cuyos jugadores representan a su país en un deporte como el baloncesto, donde hay mucho más riego de lesiones que en el béisbol y que igual que los contratos son garantizados. Nada más hay recordar que en el 2014 la fractura de la tibia de Paul George, representando a los EE.UU., sin que podamos recordar que haya habido queja alguna sobre lo sucedido.

De manera que la realidad es que las lesiones de un atleta pueden ocurrir en cualquier torneo, los ejemplos abundan y están ahí. Se podría citar también el caso del Salón de la Fama, y sin dudas, mejor cerrador de todos los tiempos, Mariano Rivera, que "shaggeando" en los jardines perdió una temporada completa al lesionarse una de sus rodillas. Recientemente, la segunda base, estelar de los Dodgers de los Angeles, Gavin Lux, perderá también la temporada, fruto de un deslizamiento en la segunda almohadilla en un "insignificante" juego de Spring Training.

Retomando el baloncesto como ejemplo, le refería a un amigo que la apertura de la NBA a otros mercados se inició con el famoso Dream Team del año 1992. Esa avalancha de jugadores extranjeros en la NBA, que posteriormente surgió, tiene su semilla ahí. Y justamente es eso lo que los críticos del Clásico deberían tener en cuenta, que los jóvenes procedentes de países donde el béisbol no es una tradición, al ver a sus equipos competir con las mesas estrellas del deporte, muy bien podría ser la la motivación de practicar el deporte y probablemente convertirse en los futuros prospectos en una o dos décadas. Los que hoy juegan son las inspiraciones de mañana.

Pero vayamos a los resultados: el juego final de Japón vs Corea del Sur tuvo un "TV rating" de un 44 %, con más de 62 millones de televidentes en Japón, impresionante, tomando en cuenta que el juego más visto aún en la historia de una Serie Mundial tuvo récord de 54 millones de televidentes; eso se registró en el año 1980. Pero hay más: al día siguiente del juego anteriormente señalado entre Japón y Corea del Sur, jugaron Japón vs Italia, superándolo con el 47 % del TV rating; y el de Puerto Rico vs República Dominicana tuvo un 61% de TV rating en Puerto Rico. Ahora bien, ¿y qué decir de la asistencia en el orden general? Bueno, la MLB anunció que tras la conclusión de la primera fase del torneo, la asistencia total fue de 1,010,999, lo que representa un incremento del 98% respecto al Clásico pasado, que fue en el 2017.

La cantidad señalada supera la asistencia de los Miami Marlins y los Atléticos de Oakland en toda una serie regular, vi asistencia de 907,787 y 787,902, respectivamente. El pool D, conformado por República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico, Israel y Nicaragua, tuvo un promedio de asistencia de 29,575, superior al promedio de asistencia de más de 15 equipos de Grandes Ligas en la pasada temporada del 2022.

Como vemos, el éxito del WBC (Clásico Mundial de Béisbol), aún sin concluir su versión del 2023, ha sido rotundo. Aunque nada es perfecto debajo del sol, por el contrario, siempre habrá espacio para mejorar. Como un aficionado más del deporte, creemos que sería saludable aumentar el número de equipos que participan en el Clásico Mundial de Béisbol, en el que actualmente compiten 16, llegando a más países y contribuyendo a mejorar la calidad de la pelota en todo el mundo.

En resumen, el futuro del Clásico Mundial de Béisbol es muy prometedor, emocionante y lleno de posibilidades, pues en la medida en que el  mismo se acerque a su edición 2027, es importante considerar cómo se evoluciona aún más y adaptarse a las realidades expectativas de fanáticos y jugadores en todo el mundo.

¡El Clásico es una realidad!