Este domingo ya estamos compartiendo la reflexión número cuatro, de las cinco que estamos dedicando a la experiencia vivida en Santiago de Cuba en la versión 42 Festival de Caribe el pasado mes de julio del presente año.

Participación del grupo religioso afrocubano Palo Monte en el desfile de la serpiente.

Agradecimiento a los amigos cubano

En esta ocasión me permito agradecer a todos los amigos de Santiago de Cuba, que se han ido interesando por estas publicaciones, las que comparten en sus redes y nos escriben, agradeciendo lo que vamos haciendo. De manera especial, al amigo Naskicet Domínguez Pérez, un trabajador del equipo de comunicaciones del evento, que detrás de cámaras se iba encargando de dar a conocer al mundo el transcurrir del festival luego de ir captando con su lente, los significativos e históricos momentos, para publicarlos en las plataformas de las instituciones organizadoras, Cuba y la casa del Caribe están muy a la vanguardia de estos tiempos tecnológicos.

Hoy me permito compartir una de las actividades más trascendentales del festival y por ende la más esperada por los que asisten cada año al desfile de la serpiente.

Escribir sobre este acontecimiento que lleva cuarenta y dos años de realización y describirlo, para que otros lo conozcan, es muy significativo y puede servir de motivación para que, en una próxima celebración, los que no han vivido la experiencia se puedan animar y viajar a disfrutar de ese verano caribeño y antillano que brinda Cuba como país, Santiago como ciudad, su gente, cultura y las actividades extraordinarias e innovadoras que tiene la apretada agenda de la Fiesta del Fuego.

El desfile de la serpiente

El Parque Céspedes de Santiago de Cuba, se convierte cada año en el centro de este encuentro multitudinario, muy esperado, por participantes que llegan de todos los puntos de la provincia y diferentes partes del mundo, para vivir la experiencia que da por iniciada la Fiesta del Fuego en el mes julio de cada año.

Yo estuve en primera fila, captando los momentos con mi cámara, grabando con el celular, preguntado siempre que podía sobre aspectos que llamaban mi atención de los grupos que desfilaban. Lo hacía con el interés de aprender, vivir el momento, hasta con miedo, para que no se me quedara algo por disfrutar.

Quienes me conocen, saben que yo en ese tipo de actividades soy muy intenso y las tomo muy en serio, por el interés y la pasión que se desprende de disfrutar de la puesta en valor de la cultura vernácula de los pueblos, y en este caso, no es cualquier pueblo, es Santiago de Cuba señores y señoras.

fueron cantidades los grupos que desfilaron, desde portadores de tradición, santeros sacerdotes de las religiones populares afrocubanas, comparsas de carnavales, grupos artísticos de todas las edades, organizaciones de jóvenes, grupo de teatro, de bailes típicos compuestos por señores de la tercera edad que de forma magistral nos deleitaron con baile de danzón, guaracha, son y otros ritmos. No se quedaron los grupos de gagá de Cuba, los representantes de las comunidades de descendientes de haitianos con una amplia delegación y los grupos de participantes de países que estaban presentes en el festival.

Los dominicanos que siempre participamos en el evento, este año llevamos este las emblemáticas Cachuas de Cabral, desde Barahona para el mundo en delegación que estuvo coordinada por el amigo y colega Julio Encarnación y el equipo del Circuitos de Casas de Culturas del país. La bandera dominicana ondeó por las calles más importantes de Santiago de Cuba y se mezcló con otros lienzos de la región junto al calor antillano de esta ciudad caribeña, amada por el Comandante Fidel y la que escogió en vida para que descansaran sus restos mortales, junto a los del mártir del Caribe, José Martí en el histórico cementerio Santa Ifigenia.

México y Las Catrinas  

En otros artículos, ya les había compartido que esta versión del festival estuvo dedicada a México como país y como tema general, las tradiciones mexicanas de la vida y la muerte. El pueblo azteca, con su amplia delegación tanto en el festival como en desfile, estuvo a la altura, como solo lo saben hacer los mexicanos donde quiera que llegan.

El inicio del desfile lo marcó la tradicional ceremonia ancestral cubana de la entrega de la Mpaka, un tarro de bovino que simboliza la carga positiva de paz, unidad y defensa de las culturas de las naciones caribeñas que inspiran al Festival.

José Ramón Monteagudo Ruiz, Primer Secretario del Partido en la provincia, recibió por parte de un sacerdote de Ifá presente en evento, dicho artilugio mágico-religioso que igualmente transmitió energías positivas y cargas de prosperidad para los presentes.

Las Catrinas mexicanas inaugurando el desfile de la serpiente.

Dentro de actividades de inicio, se realizaron rituales en los que participaron los representantes de las delegaciones mexicanas comandada por la Catrina, como personaje emblemático del país. Ver a la Catrina hacer un ritual yoruba junto a un santero y un sacerdote de una religión afrocubana fue algo impresionante. Además, disfrutar la algarabía de la multitud, por lo que estaban presenciando, fue muy importante, desde el punto de vista de la confraternidad religiosa, o como le llaman, el ecumenismo.

Los cubanos son muy creyentes en sus religiones populares, las conocen muy bien, las respetan, valoran, promueven, defienden y las celan sobre todas las cosas, y como debe ser. Ojalá los ciudadanos de otros pueblos caribeños podamos tomar esa actitud de los hermanos cubanos, de asumir, reconocer y visibilizar nuestra identidad negra, no solo en el aspecto religioso, también en todo lo que la engloba, ya que historia afro si tenemos, de manera muy particular los que hemos nacido en esta isla compartida con Haití.

Si hablamos de asumir la identidad, el mejor ejemplo es México, ellos aman su cultura, su historia, sus ancestros, conocen su idiosincrasia y se sienten orgullosos al llevarla en su sangre, como lo hicieron en todas las presentaciones que realizaron en el festival.

La Conga Santiaguera

El paso de la conga santiaguera en el desfile de la serpiente.

El majestuoso cierre del desfile tuvo una particularidad, por la entrada del grupo más esperado por los participantes, la habitual, conga santiaguera, con su toque de tambor, cornete, el baile de todo un pueblo integrado con alegría y las mujeres cimarronas cubanas moviendo las caderas con el toque del tambor negro, fue arrastrando todo lo encontró por su paso, tomando los espacios y las calles de la ciudad. Hasta nosotros nos dejamos llevar por la conga y nos arropamos de identidad cubana y herencia cimarrona viviendo la experiencia entre la multitud.

Hablando de la conga, creemos que importante que sepamos un poco sobre la misma, por eso compartimos estas informaciones de investigadores cubanos expertos en el tema:

Emilio Grenet en la obra, Música Popular Cubana, 1939, sobre la conga, establece:

«Es un baile popular cubano de origen africano que tiene un ritmo sincopado y se acompaña con tambores. Sirve de acompañamiento para las comparsas carnavalescas y se originó en las festividades que efectuaban los negros esclavos. Esta toponimia creada en Camagüey, aparece en los años 30, con antecedentes de «La Arrolladora» de Izaguirre, con tambores de barriles, campanas (Comandos, Muchachos Durmientes, Los Pulpos, Farola, Los Caribes). Durante esta década se convirtió en un baile de salón. En su instrumental participan tambores de diversos tipos, abarrilados y de un solo parche (conga, tumbadora, quinto); bombo, cencerros, sartenes y otros objetos de metal. En los inicios de la república se usó como elemento de propaganda política, utilizada por los candidatos en el período preelectoral para mover las masas populares tras sus ritmos y cantos, en los que se propugnaba su triunfo».

«El baile se reduce a marchar al compás del ritmo característico, en que alternativamente, en todos los compases pares, se destaca una síncopa que los bailadores subrayan levantando ligeramente una pierna y marcando el golpe con un brusco movimiento del cuerpo» (Emilio Grenet, Emilio 1939).

En la obra Santiago de Cuba: Conga y Carnaval del investigador Rafael Brea López, el autor manifiesta:

«La conga es un género bailable y cantable, donde se destaca la alegría, el ritmo y el sabor de la música cubana. Las fiestas de las congas se realizaban en las ocasiones en que las autoridades permitían ciertas distracciones a los esclavos: en la festividad del Habeas, los domingos y principalmente el Día de Reyes. Era un suceso musical y social que llenaba de alegría las ciudades, subordinándose los cantos, toques de tambor y las fabulosas coreografías, en un jolgorio que contrastaba con los bailes de salón que la burguesía generaba para su disfrute y aún con los llamados bailes de cuna, donde se mezclaban diversos estratos y grupos sociales».

Con el calor y la adrenalina del desfile de la conga y el toque de los tambores, acompañados de las Catrinas y las parejas de soneros, nos despedimos de esta cuarta experiencia compartida del Festival del Caribe. Nos vemos el próximo domingo kalungueros y kalungueras.