La historia de la monarquía israelita desde los tiempos de David hasta el exilio está plasmada en los libros de los Reyes. Estos libros forman parte de los Nevi’im o como figuran en el canon hebreo “Profetas anteriores. Éstos presentan a Dios como soberano, que controla los acontecimientos históricos, y al mismo tiempo, al hombre como responsable de sus actos, que ocasionan la bendición o el juicio de Dios. De este modo, los diferentes reinados son evaluados desde una óptica religiosa y la explicación de los progresos o los desastres se vinculan a la práctica de la fe israelita que hacían sus reyes. Este breve ensayo pretende ofrecer a cada lector una visión general tanto del contenido, la trascendencia en la narrativa bíblica como el propósito teológico de estos libros.
Basando lo consultado en un comentario bíblico titulado: “El trasfondo de Samuel, Reyes y Crónicas” el interés de los libros se centra en el trabajo del rey cuando Israel se convierte en una monarquía. Después de casi doscientos años de gobiernos cada vez peores de varios “jueces” (líderes temporales), Israel se encuentra en ruinas. Samuel, Reyes y Crónicas narran la intervención de Dios en el gobierno de Israel mientras su pueblo pasa de ser una débil confederación tribal a una monarquía prometedora, lo que lleva al fracaso cuando las siguientes generaciones de reyes abandonan a Dios y sus enseñanzas. Lamentablemente, la historia termina con la destrucción de la nación de Israel, la cual nunca fue restaurada durante el período bíblico. Este pareciera no ser un contexto prometedor para un estudio del arte de gobernar o liderar, sin embargo, la guía de Dios siempre es evidente en la narrativa, sea que las personas decidan seguirla o no.
La autoría de estos libros (1 y 2 Reyes) no se conoce con exactitud. En 1 Reyes 11:41 se menciona un “libro de los hechos de Salomón”. En muchas ocasiones también se nombra “el libro de las historias de los reyes de Israel” (1 R. 14:19) así como “las crónicas de los reyes de Judá” (1 R.14:29). Es posible que estas fuentes estaban construidas por memorias o registros hechos por escribanos reales y compiladas durante el exilio en Babilonia. Primero y segundo de Reyes se completaron originalmente como un solo texto, el cual fue escrito para el pueblo judío, quienes probablemente vivían en el exilio cuando se completó originalmente. Esta parte de las escrituras enfatizan la historia de los reyes de Judá e Israel.
Respecto al contenido, los libros narran lo que se denomina la historia de la monarquía de Israel a la luz de la predicación de los profetas. Los libros de los reyes son una narración que abarcan la historia del reino de Israel desde la vejez del rey David hasta la destrucción del templo de Jerusalén por Babilonia. Abarca desde el año 970 hasta el año 560 a.c. La posición teológica fundamental de los libros es que, si el rey es fiel a Dios, la nación prospera económica, social y militarmente. Si el rey es infiel, surge una catástrofe nacional. Así que la historia del pueblo de Dios se cuenta principalmente por medio de las acciones de los altos líderes del gobierno, para decirlo en términos modernos.
Parte de la historia de las monarquías de Israel se encuentra plasmada en 1 de Reyes y 2 de Reyes. El primer libro de reyes consta de veintidós (22) capítulos e incluye dos secciones principales. La primera sección registra la historia de los reyes del reino unificado, específicamente el final del reinado de David y la historia del reinado de Salomón durante los capítulos 1-12. Éste llegó al poder dentro de un contexto bastante 3 tenso, (1 Reyes 1-2) sin embargo, demostró su sabiduría desde sus inicios siendo rey lo cual demostró a los demás que Dios estaba con él. Más adelante los capítulos 6-9 de 1 de Reyes describen el proceso de construcción del templo y la casa de Salomón, así como otros proyectos de construcción.
La segunda sección que comprende los capítulos 12-22 se dedica a describir la división de la nación de Israel en los reinos del Norte (Israel) y sur (Judá). La división de la nación provoca que Jeroboam se convierta en rey de Israel y entonces la adoración de ídolos comenzó a incrementarse. Posteriormente, en los capítulos 16 en adelante se nombran varios reyes y se observa un culto dedicado al dios Baal, lo que provoca que el pueblo se aleje del único Dios verdadero y peque contra él.
Los profetas son personajes fundamentales en los libros de Reyes, desempeñando el papel de mensajeros de Dios. La función de estos consistía en alertar a los reyes. Las escrituras demuestran cómo el pecado y la idolatría de los monarcas y la población conducen a la decadencia moral y espiritual, y al final, a la caída de Jerusalén y al exilio de Babilonia y a la población acerca de la desobediencia y promover el arrepentimiento.
El segundo libro de Reyes consta de veinticinco (25) capítulos e incluye también dos secciones principales. La primera de ellas registra los ministerios de los profetas Elías y Eliseo. El segundo libro de Reyes inicia con Elías denunciando las malas obras del rey Ocozías y prediciendo su muerte (2 Reyes 1). Más adelante, el profeta Eliseo sucede a Elías, recibiendo una “doble porción de su espíritu”. Cabe resaltar que, esta primera sección también se registra cómo los cultos al dios Baal fueron progresivamente disminuyendo.
La segunda sección se centra en el reino del Sur (Judá) con Ezequías como rey. El reinado de este da lugar a que se hagan reformas positivas en el reino ya que su reinado viene seguido por dos reyes impíos llamados Manasés y Amón (2 Reyes 21). Otro rey destacado es Josías, quien desarrolla un reinado justo durante el cual se restableció la ley (2 Reyes 22-23). Finalizando el segundo libro de Reyes su reinado fue derrotado y entonces ocurrió el exilio de Judá por parte de Babilonia (2 Reyes 24-25). Este reino perdió la protección de Dios por causa de su rebelión e idolatría.
En conclusión, los libros de los reyes reflejan la manera en que la obediencia o la desobediencia de los grandes reyes de Israel hacia Dios influía en el destino del pueblo con la finalidad de mostrar la fidelidad a Dios y las consecuencias de la adoración a los ídolos. Estos libros enseñan que el hombre es forjador de su destino, y que el carácter de Dios, que es justo, misericordioso y fiel es inmutable. Este mensaje continúa siendo sustancial en el relato bíblico, subrayando la relación entre la humanidad y Dios.
Referencias
Baker, J. Housman, B. (2014). Samuel, Reyes, Crónicas y el trabajo. Proyecto de la Teología del trabajo. https://www.teologiadeltrabajo.org/antiguo-testamento/samuel-reyes-cronicas
Lockward, A. (2003). Libro de los Reyes. Nuevo diccionario de la Biblia. (1a edición. pp. 886-887). Unilit.
Ropero, A. (2013). Libro de los Reyes. Gran diccionario enciclopédico de la Biblia. (1a edición. pp. 3780-3795). Clie. http://www.yahwehjireh.org