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Poeta, periodista y político Virgilio Martínez Reyna.

Aunque la Academia Dominicana de la Historia quedó formalmente instalada el domingo 16 de agosto de 1931, en el Aula Magna de la entonces Universidad de Santo Domingo, hoy Autónoma, la propuesta de su creación se produjo cuatro años antes, es decir, en 1927, durante el gobierno del presidente Horacio Vásquez, quien tres años después sería derrocado por el golpe artero del 23 de febrero de 1930, alentado por Trujillo, para la ocasión jefe del Ejército.

A una digna figura, de alto relieve cívico e intelectual, corresponde el honor de haber sido el proponente inicial de la idea de la creación de la Academia Dominicana de la Historia: nos referimos al destacado poeta, periodista y político Virgilio Martínez Reyna.

Martínez Reyna,  una de las figuras más prominentes del partido nacional, fue junto a su distinguida consorte, Doña Altagracia Almánzar, de las primeras víctimas causadas por el trujillismo, pues, aunque al momento de su asesinato ostentaba formalmente el poder, de forma transitoria,  el Lic. Rafael Estrella Ureña, para nadie era un secreto quién controlaba los hilos de la trama siniestra, lo cual no sería óbice, para que diez años más tarde, en uno de  esos típicos juegos de cinismo e ironía que le eran característicos, Trujillo decidiera llevar al banquillo de los acusados al sanguinario José Estrella junto a su sobrino Rafael acusándoles de ser los artífices de la muerte de Virgilio.

En agosto de 1927, siendo Secretario de Estado de la Presidencia durante el gobierno de Horacio Vásquez, asumió Martínez Reyna interinamente la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública, y es en tal condición, que en fecha 2 de agosto del precitado año, mediante el oficio No. 7299, se dirige al gobernante a fines de elevar a su consideración la propuesta destinada a crear la Academia Dominicana de la Historia lo mismo que una Academia de Artes y Letras.

El oficio en cuestión es el siguiente, a saber:

De la: Secretaría de Estado de Justicia e Instrucción Pública

Al: Honorable Presidente de la República.

Mansión Presidencial.

 

Asunto: Sugestión relativa a la creación de las academias de Historia y de Artes y Letras.

 

 

1.- Persuadida de que es un deber  del gobierno favorecer el desarrollo de las artes y de las letras nacionales y de que hasta ahora poco se ha hecho en este sentido, siendo esto causa de que las manifestaciones de la vida nacional no guarden relación, a este respecto, con los progresos alcanzados en otros órdenes; la Secretaria viene respetuosamente a sugerir al Honorable Presidente una idea que espera merecerá toda su aceptación, y es de fundar dos academias, una de Historia de Santo Domingo, y otra de Artes y Letras, con su asiento en la Capital de la República.

 

2.- Huelga ponderar la importancia que tiene en sí mismo cada uno de esos centros de cultura, pues es bien sabido que en casi todos los países de avanzada civilización juegan papel de primer orden que nadie les discute. En cuanto al nuestro, su necesidad es tanto mayor y tanto más grande su utilidad, cuanto que la iniciativa privada es débil aún para despertar las dormidas fuerzas del intelecto y del gusto artístico dominicano y requiere la organización de una institución que, al amparo del gobierno y bajo el eficaz impulso de la patria, coordine sus esfuerzos, estimule sus nobles aspiraciones y facilite la difusión de sus conocimientos y de sus obras.

 

3.- No se oculta a esta Secretaría que esta idea encontrará en el medio múltiples obstáculos para su realización, pero confía en que, a la postre, si Usted se digna ponerla bajo su alto patrocinio, cristalizará bien pronto en una hermosa realidad, con el aplauso unánime de cuantos se preocupan por los problemas culturales de la patria dominicana.

 

Saluda a Ud. muy atentamente, El Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública Int.

 

Virgilio Martínez Reyna

 

Tres días después, en fecha 5 de agosto de 1927, el presidente Horacio Vásquez respondió el oficio indicado, en los siguientes términos, a saber:

 

Del: Presidente de la República

 

Al: Secretario de Estado de Justicia e Instrucción Pública

 

Asunto: Sugestión relativa a la creación de las academias de Historia y de Artes y Letras

 

1.- El proyecto de creación de la Academia de la Historia y de la de Artes y Letras, insinuado por esa Secretaría en su comunicación No. 7299, de fecha 2 del mes en curso, ha sido considerado favorablemente por mí; y en consecuencia, me complazco en participarle que merece mi más completa aprobación.

 

2.- Es indudable que las Academias mencionadas vendrán a llenar un vacío que ya se dejaba sentir en la Vieja Atenas del Nuevo Mundo; y por ello, es indispensable proceder cuando antes a su creación.

 

3.- Como consecuencia de lo expuesto, esa Secretaría se servirá formular el proyecto de ley, los reglamentos y los presupuestos correspondientes, así como otra disposición que sea necesaria tomar para el fin deseado.

 

4.- Esta creación es de urgente necesidad ya, debido a que el Gobierno está dando los primeros pasos para la realización del Teatro, Museo y Biblioteca Nacionales obras que, junto con las Academias de Historia y de Artes y Letras, completarán el plan acariciado por mi administración para intensificar la cultura histórica y artística del país.

 

Muy atentamente,

 

Horacio Vásquez,

Presidente de la República

 

El 4 de Agosto de 1927, dos días después del envío del oficio ya citado, del Lic. Martínez Reyna,  se hizo público un artículo del  periodista e intelectual Federico Llaverías, titulado “Academia de la Historia” en el que consignaba:

“…debemos pensar en lo que otros tienen, que nosotros no tenemos. Y para ayudar en esa obra a la vez que para estimular a que se celebren nuestras grandes fechas con actos de verdadero civismo, un grupo de amantes de la historia nos proponemos fundar el 16 de este mes, aniversario de la Restauración política del país, la Academia de la Historia de Santo Domingo.

Y se preguntaba: “¿se ayudará a consolidar esta obra? ¿El egoísmo y la maledicencia no la malograrán? Esfuerzos serán desarrollados en favor de lo primero y en contra de lo segundo”.

No hizo referencia el Lic. Llaverías en su artículo a la propuesta de Martínez Reyna, por lo que no queda claro si la Academia de la Historia de Santo Domingo, cuya creación anunciaba, era una iniciativa de carácter privado de quienes le secundaban en el propósito o si en el caso se trataba de la misma propuesta formulada por el ilustre poeta e intelectual.

En plena concordancia con lo expuesto por el Lic. Llaverías , también escribiría al respecto  el Lic. Juan Vicioso, el día 5 de agosto de 1927, bajo el pseudónimo de “Diodoro Danilo”, otro artículo titulado “La Academia de la Historia”, secundando sus propósitos.

Refería en la ocasión:

Desde que se comenzaron las gestiones para la formación del CLUB NOSOTRAS o lo que es lo mismo guía cultural de la mujer dominicana, pensamos en la organización de un organismo que fuera centro donde concurrieran las ideas más avanzadas de refinamiento y de cultura; un organismo donde fueran discutidos y expuestos los más hermosos principios de moral y de mejoramiento cultural del elemento intelectual dominicano.

Y este pensamiento nuestro, siempre encaminado a la expansión cultural del medio, no tuvo más forma que la recibida en la imaginación creadora.

Pero ahora surge- siempre dentro del propósito emulador- la pluma del distinguido amigo Don Federico Llaverías, y nos muestra la necesidad inaplazable de fundar un organismo cultural que corresponda no sólo a la preparación, sino que sea el encauzador, por un derrotero sabio y científico, del desenvolvimiento progresivo del medio ambiente dominicano.

Fundada la “ ACADEMIA DOMINICANA DE  HISTORIA DE SANTO DOMINGO” el 16 de agosto para “ estimular a que se celebren nuestras grandes fechas con actos de verdadero civismo” se habrá hecho mucho, se habrá roto el silencio que envuelven las letras nacionales; habrá campo, amplísimo donde modelarse las ideas lanzadas sin el natural pulimiento que necesitan las obras bien hechas; se estrecharán los lazos que ahora han distanciado a los hombres cultos y mejor intencionados del país; habrá una multiplicación de buena voluntad y la ACADEMIA DE HISTORIA DE SANTO DOMINGO, será el árbol prodigioso productor de frutos y productor de sombra reparadora de bien espiritual y bien patrio.

Desde luego, no es que pensemos que la ACADEMIA DE HISTORIA DE SANTO DOMINGO abrace los diversos ramales de la literatura, toda vez que su fin entraña algo más grande y más puro: llenar de brillo las reliquias históricas del país; pero si se puede conseguir, con la formación de este organismo la creación de otros, que tengan como centro natural el desenvolvimiento educativo de todos los dominicanos.

Es por eso, por lo que hemos creído y entendemos un esfuerzo meritísimo, la formación de la Academia de la Historia. “

Se tratara o no de dos iniciativas diferentes, es lo cierto que en 1927 no fue posible que se concretizara la creación de la Academia de la Historia, como lo había propuesto Virgilio Martínez Reyna y lo había aprobado el presidente Vásquez, aunque sí vería su nacimiento la Academia Dominicana de la Lengua el 16 de agosto del indicado año.

Tronchada de forma aleve la vida del destacado poeta e intelectual, junto a su digna consorte, la noche lúgubre y fatídica del 1 de junio de 1930, no le fue dable contemplar, un año después, la concreción de su loable propuesta, pero sirvan las presentes líneas como póstumo homenaje de reconocimiento a quien con toda justeza puede llamársele el verdadero propulsor intelectual y proponente de la Academia Dominicana de la Historia.

Fuentes

1.-Diodoro, Danilo. Listín Diario, 5 de agosto de 1927,

2.- Llaverías, Federico. Academia de la Historia. Listín Diario , 4 de agosto de 1927.

3.-Una sugerencia del Secretario de Estado de la Presidencia que merece estudio y atención, Periódico La Opinión, No. 178, 8 de agosto de 1927, Santo Domingo, República Dominicana.