El día que inauguraron la casona de la Respetable Logia Progreso de la Frontera, en el municipio Pedernales hubo un pasadía en grande con la banda de música, comida y bebidas alcohólicas al gusto. Hinchados de emociones, los integrantes de una embajada (misión de odfelos) que viajó desde Santiago en un bimotor DC-3 de la Compañía Dominicana de Aviación, comieron y bebieron hasta la borrachera.
Y, cuando se disponían al regreso, aquella tarde del sábado 8 de diciembre de 1952, cada pasajero se despidió con un discurso, al pie de la escalinata. Seguido, el piloto avanzó bailoteando sobre la pista de tierra del Campo de Aviación, en el norte de la ciudad, y, en el despegue, rozó el bosque seco. Los presentes desorbitaron los ojos.
Pero, como cuenta Miguel Pérez, 84 años, músico pedernalense que amenizaba fiestas en el lugar, el piloto pudo estabilizar el aparato.
“Por poco sufren un accidente porque estaban pasados de tragos, borrachos, y parece que el piloto también. Él pudo controlar el avión, dio la vuelta, nos pasó por arriba para mostrar a los pasajeros contentos, y enfiló hacia Santiago. Llegaron sin problemas”.
Y enfatiza: “Era la crema y nata de esa provincia. Llevaron un cargamento de vermú (vermouth) americano que vendía Carlos Bello en Santiago. Se pasaron el día bebiendo y comiendo. El avión rentado estuvo todo el día parqueado en el aeródromo”.
A Pérez, un muchachón de la época, la misión santiaguera le parecía rica e intelectual.
“Al menos eso parecía por la manera como se comportaban. Cuando se iban, cada uno tiraba un discurso que podíamos escuchar las personas que estábamos allí para despedirlos. Cuando venía un avión, o se iba, los muchachos siempre íbamos, porque eso era un espectáculo. Siempre llegaban aviones de la aviación militar dominicana, pero el que llegó de Santiago era de la CDA (Compañía Dominicana de Aviación). Ahí se hacían todas las fiestas mejores, las más bonitas. Yo llegué a participar como músico, tocando bailes”.
La casa del miedo
La Logia antecede a la sudoestana provincia Pedernales, en la frontera dominico-haitiana, que fue fundada el 1 de abril de 1958 por mandato de la Ley 4815 del 17 de diciembre de 1957.
En sus inicios operó por breve tiempo en una casa de Maximiliano Fernández en la calle 16 de Agosto esquina Duarte, donde luego funcionaría la fábrica de hielo de su hijo Pipín Fernández.
El experto carpintero Pedro Mella, artífice de la mayoría de las viviendas en madera de la comarca, fue encargado de construir un local a unos cuantos pasos hacia al sur, en un solar del lado oeste de la calle Duarte, entre la vivienda de Muñeca Maldonado y la bodega de Carlitos Pérez, frente a la de Largo Méndez.
Desde entonces, el auge de esa entidad fue grande. Resaltaba tanto por su meticulosa organización como por la vestimenta de sus miembros, aunque ninguno de ellos imaginó los años de incertidumbre que vendrían.
Sobre ella se tejió una leyenda que aterrorizaba a jóvenes de los 60. Hasta pasar por el frente les hacía temblar. En su imaginario estaban ancladas escenas de rituales de brujería con un supuesto chivo, el “famoso chivo de la logia”, que nadie vio jamás, pero que durante las noches oían sus pasos y el arrastrar de la cadena.
Julio Antonio Mella (Cucuyo), 82 años, nativo de Pedernales, ingresó a la sociedad en 1963 y hoy ocupa el rango de Paz Noble Padre activo. Hurga en su memoria y recrea las vivencias.
Llegó de lejos
La Orden Independiente Odds Fellows (Odfelos) fue fundada en Inglaterra por Thomas Wildey. Esta organización internacional se califica como laica, filantrópica y humanitaria. Neutral en los ámbitos confesional y político.
Su expansión por América se produjo en 1817 cuando Wildey partió de Inglaterra hacia Estados Unidos. Comenzó en Maryland.
Antes, había fundado en Londres la logia Evening Star 38. A inicios de la década de 1840 el odfelismo de América se dividió en dos partes: los Unidos y los Independientes, que se expandieron rápidamente.
En la década de 1880, los independientes cambiaron su nombre por el Soberana Gran Logia de la Independiente Orden de Odd Fellows
Los integrantes pueden practicar cualquier religión y participar en partidos políticos. Las actividades comerciales, confesionales y políticas o de partidos políticos están prohibidas.
Los pilares éticos que guían su labor son: visitar a los enfermos, ayudar a los desamparados, enterrar a los muertos y educar a los huérfanos, proteger a las viudas, proclamar la amistad, el amor y la verdad.
El emblema consiste en tres eslabones de cadena que simbolizan “amistad, amor y verdad”. Compromete a los integrantes a hacer obras de caridad y a mostrar una actitud humana y tolerante.
https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_independiente_de_Odd_Fellows.
En República Dominicana el odfelismo llegó el 8 de diciembre de 1885 con la instalación en Santo Domingo de la Respetable Logia Flor del Ozama, 2638, por iniciativa del señor Henry Astwood, vicecónsul de Estados Unidos.
Una resolución del Senado propuesta en 2013 por el senador Prim Pujals Nolasco estableció el 8 de diciembre de cada año como el Día de la Gran Orden Unida de Odfelos de la República Dominicana, por su labor altruista y respetuosa y los aportes brindados a la sociedad dominicana. Hasta el momento de la resolución, había en RD 25 logias, cada una con más de 25 miembros
RD pertenece a la Gran Orden de Odfelos como sociedad fraternal, con sede en Inglaterra.
El sexto considerando de la resolución destaca que los odfelos han trabajado para fomentar el amor y la amistad en la humanidad, luchar por los derechos individuales, socorrer a sus miembros cuando se hallaren enfermos o imposibilitados de trabajar, y recaudar fondos para el sostenimiento de la Orden”.
Entre los objetivos de esta organización, están: trabajar por la confraternidad, la concordia entre los hombres, combatir el vicio y la ignorancia y mantener una actitud firme en defensa de la verdad.
Julio Mella (Cucuyo), 82 años, nativo de Pedernales, hijo del constructor de la casona de la Duarte, ingresó a la sociedad en 1963 y hoy ocupa el rango de Paz Noble Padre Activo. Hurga en su memoria y recrea las vivencias.
“En 1952, Pedernales fue elegido por el comité administrativo de Santo Domingo para la instalación de una logia odfélica. Primero funcionó en la Duarte con 16 de Agosto, y luego, después de construir un local en la Duarte, se trasladó para allá, y allí estuvo hasta los años 70, en que la quemaron. Fue constituida por un grupo de ciudadanos de Pedernales. Entre los miembros de la primera oficialidad estaban Bienvenido Morillo, Ramón Tejada y Aquilino Collado (esposo de Bienvenida Trujillo), un Sargento de la guardia que llegó al pueblo y se convirtió en propulsor porque ya tenía la experiencia de otras latitudes. Él se integró de una vez a la Logia. Había condiciones muy rigurosas para que usted perteneciera a las logias. Había que ser muy limpio de conducta y muy sobrio en su quehacer.
El chivo chivo
El rumor corría de boca en boca en los predios de Pedernales. El peso de los rumores era más fuerte que el discurso formal y las actividades públicas de la organización. Creían que era una máscara para ocultar lo malo. El chivo aparece en cada relato.
“La logia era como una sociedad de alguna corriente, no sé si religiosa o qué. Tenían sus socios, no era todo el mundo que podía entrar. Tenían ahí como si fuera un clan o una secta. Entonces, hacían sus reuniones ellos solos, en secreto”, refiere Sarah Nin, 68 años, oriunda del pueblo, odontóloga con ejercicio en España.
Y relata: “Siempre hacían fiestas. Yo, ya muchacha, a principio del año 70 o 71, estaba bailando. Creo que la fiesta era con el combo Pedernales de Librado Santana. Entonces, de repente tiraron una lluvia de piedras al zinc del techo y todo el mundo salió huyendo. Al poco tiempo la quemaron. Allá había como una leyenda. Decían que ellos ponían sábanas blancas en sus reuniones. En el campamento había muchas matas de bambú y decían allá que sólo florecían una vez al año, en Viernes Santo, a las doce de la noche. Decían que ellos iban con sus sábanas blancas a recoger esas flores”.
Milagros Caraballo, 62 años, arquitecta nativa de la provincia, considera que el local era “una edificación emblemática con una construcción propia de la época. Aunque no sé cuántos metros cuadrados tenía, yo pequeña la veía demasiado grande. Cuando se quemó o la quemaron fue muy triste para mí. Al ver esas inmensas llamas en aquella época las comparaba con la bomba atómica. Pude observar las llamas desde el frente de mi casa. Escuchaba el sonido en vivo, era muy angustiante”.
Conforme a Caraballo, “para poder entrar era difícil, algo como místico. Se hacían actividades muy formales. Recuerdo que en esos actos participaba la banda de música. Era una asociación en que sus miembros tenían un estilo de vestir muy peculiar. Uno no podía entrar sin un permiso. Tenía que hacerlo con una autoridad, y eso le daba a uno, a los más pequeños como yo, mucho miedo. Y si nos dejaban solos, crecía más el temor. Sobre el chivo, eran rumores, como los famosos bacás. Y eso te creaba más miedo. Nunca vi nada, pero sentía en la madrugada pasos de caballos”.
José María Muñoz, 67 años, abogado y enfermero, miraba a la casona con ojeriza.
“El problema es que era una sociedad muy cerrada. Chino, mi hermano, era odfelo. Ellos tienen un misticismo, un misterio. En realidad, la iniciación de ellos es muy cerrada. Hay muchas creencias. Incluso, cuando se quemó su local, en la Duarte frente al cine Doris, se dijo que estaban haciendo una misa negra con un chivo; dizque sacrificaban animales para la iniciación de nuevos miembros. Y para eso prendían candelabros. Entonces dizque se cayó un candelabro, una vaina de esas antiguas… y vino el fuego. Y mira como son las cosas, se quemó a ras. Sólo quedó el piso alto sobre dos líneas de blocks. Allá hay frases que le dicen a la gente, como: Tú tienes más suerte que el chivo de la Logia. Eso porque supuestamente el chivo de la logia fue el único que se salvó dizque porque era Satanás, que era el diablo, que fumaba, berreaba, hablaba, dirigía la ceremonia, hacía de todo… el macho cabrío. Son anécdotas, creencias de la gente común y corriente, que crea mitos, leyendas”.
Ritual de la iniciación
El odfelo Cucuyo asegura que tales apreciaciones son falsas y las atribuye a la falta de comprensión sobre el origen y el rol de la institución.
“Lo del chivo como arrastrando una cadena no era más que una simbología que usaba la institución para infundir cierto temor, espanto y miedo en el iniciado para que éste comenzara con rigor, adjurando cualquier rechazo y se integrara a la hermandad bajo un juramento. Eso se hacía en todas las logias para la iniciación de cada odfelo. Internamente, se usaba una vestimenta y prendas. Además, había un libro, que era una especie de ordenamiento sobre el comportamiento, los saludos, las reuniones. No todo el mundo podía entrar como odfelo. Debía mantener una conducta limpia y respeto. De todas manera, en síntesis, la Logia tiene como único objetivo lograr la fraternidad del hombre para que haya paz, armonía, amor entre los hermanos”.
Tras el ajusticiamiento del tirano Rafael L. Trujillo, el 30 de mayo de 1961, el país hervía en inestabilidad. Balaguer gobernó con mano dura desde 1966 hasta 1978. Las persecuciones ideológicas y los asesinatos de jóvenes eran norma.
En Pedernales, el espíritu rebelde en los muchachos echaba raíces. Latía en ellos la convicción de que las garras de Estados Unidos estaban detrás de organizaciones internacionales con perfil de filantropía y asistencia social.
El hermetismo atribuido a la logia y el relato construido sobre supuestos actos de brujería entre sus cuatro paredes, la habían puesto en la mira de algunos radicales.
A inicios de la década del 70, el local ardió en llamas hasta convertirse en cenizas. No había bomberos. Hubo pocos lamentos. El solar quedó baldío durante muchos años. Una agencia comercial funciona ahora en el lugar. La Respetable Logia Progreso de la Frontera, con registro 47-11675, activa en la calle Libertad 31.